#IndustriasCulturales Tabaquería Libros: “Vivir de los libros es una cosa muy complicada, pero también divertida, placentera”.

// Por: Concepción Moreno

jue 4 marzo, 2021

Pat Sánchez Ponti no es muy seguidora de las modas literarias. No le atrae la crónica, género que hoy en día es un hervidero en Latinoamérica o ni tampoco la autoficción.

Eso de no seguir modas se refleja en el catálogo de Tabaquería Libros, el sello editorial independiente que Sánchez Ponti dirige junto a la mexicana Mónica Jones.

Llegada desde Argentina al principio de este siglo, Sánchez Ponti ama los libros. Su trabajo al frente de Tabaquería, empresa editorial y distribuidora de libros, es una labor de amor. “Y, se puede vivir del libro, pero depende cómo se quiera vivir”, dice en entrevista con Warp. “Es una cosa muy complicada, pero también divertida, placentera”.

Tabaquería nació en 2012, después de otras aventuras editoriales que “como siempre acabaron con todos peleándonos”, dice con humor.

¿Por qué hacer una distribuidora? “Teníamos una editorial pequeña, allá por 2006, cuando todavía no estaban nada de moda las editoriales independientes. Nadie quería comprar nuestros libros que porque teníamos pocos títulos, en fin. Así que decidí crear la distribuidora para mover nuestros libros”. 

De la tiranía de la novedad a poner temas importantes sobre la mesa

El trabajo de Tabaquería es, como explica la editora, así: Tabaquería se pone en contacto con editoriales independientes de Argentina y España, seleccionan editoriales (“la selección más crucial son la editoriales”, explica) títulos y autores que, aun cuando sean desconocidos en México.

Se eligen editoriales que trabajen en con literatura, sobre todo que tengan una buena colección de poesía y narrativa, así como las humanidades como el género y el feminismo. “Tenemos editoriales multidisciplinarias como Brumaria, de España, que trabajan sobre todo con arte y hacen cruces de temas: el arte y el psicoanálisis, el arte y el feminismo…”.

Cuando llega ya el momento de seleccionar títulos, dice Sánchez Ponti, se llega a un punto de quiebre: ¿qué títulos y por qué? El trabajo es una especie de curaduría, una selección hecha a mano, llena de riesgos. “Tratamos de elegir autores que puedan venderse en México, aunque no se los conozcan mucho. Elegimos libros que a nosotras nos gustaría leer”.

Uno de los puntos importante para vender libros, explica, son los años de edición, puesto que las librerías y bibliotecas prefieren los libros recientes. “Si se quiere mover libros de autores poco conocidos y de editoriales pequeñas, lo mejor es que sean recientes”. La tiranía de la mesa de novedades.

Hay, por supuesto, una selección de mercado; se buscan autores y temas que tengan interés en el contexto mexicano, pero también hay una creencia, una declaración de principios: si es necesario que algún tema se ponga sobre la mesa en nuestro país, Tabaquería abona para que así sea y trae libros que hablen al respecto.

No venden libros como quien venden latas de sardina. “Va a sonar pretencioso, pero trazamos un mapa para los lectores, sobre lo que nos gustaría compartir con ellos”.

Aunque la principal labor de Tabaquería es la venta y distribución de libros, no se abandona el trabajo como editorial. Este año publicarán la antología Palabras liberada: siete poetas norteamericanas, con introducción de la escritora Sara Uribe.