// Por: Oscar Adame

mar 30 julio, 2019

Hoy Iggy Pop sorprendió a sus seguidores con el estreno de ‘James Bond’, su primer canción inédita desde la publicación de Post Pop Depression (2016). Se trata de una pieza de poco más de cuatro minutos de duración que encuentra su fuerza en una pegajosa línea de bajo que se repite de forma cíclica durante un par de minutos hasta la entrada de los demás elementos, los cuales integran un solo de saxofón en su último cuarto. 

Este será el principal sencillo de Free (2019), su próximo álbum de estudio que ha sido descrito por el cantautor ex-líder de The Stooges como un material “sombrío y contemplativo de una forma única. Es un álbum en el cual otros artistas hablan por mí, pero con mi voz prestada”. 

Él continuó declarando que todo inició porque “al finalizar el último tour me di cuenta de que había dejado atrás mi problema de inseguridad crónica que había afectado mi vida y carrera por tanto tiempo, pero al mismo tiempo me sentí consumido, quería convertirme en una sombra, dar la vuelta y caminar lejos. Quería ser libre y eso es una ilusión”. 

El líder del punk

James Newell Osterberg es un músico y actor nacido el 21 de abril de 1947 que llegó a la fama internacional gracias a su papel como líder y vocalista de The Stooges, considerada como la banda pionera del punk. Ellos fueron muy famosos durante los años sesenta y setenta, entregando tres álbumes de estudio que han sido señalados desde entonces como clásicos de la música popular. 

Fue en aquella época en la cual llamó la atención por su acto en vivo, en donde Iggy Pop aparece con el torso desnudo, bailando de forma violenta y llegando incluso a cortarse sobre el escenario, provocándose lesiones graves en el cuerpo. Además, se le considera como el inventor del crowd-surfing. 

Desde entonces ha fungido como un exitoso artista solista, entregando 17 álbumes de estudio en 25 años de carrera, incluyendo clásicos del rock como The Idiot (1977), el cual fue co-producido y co-escrito por David Bowie. Lust For Life (1977) fungió como un hito cultural gracias a su uso protagónico en la película Trainspotting (1997).