Cuando el trapero A$AP Rocky tuvo su primer viaje en LSD, un arcoíris salió disparado de su pene. Cuando Sting lo hizo, la hierba comenzó a hablar con él. Y para Rosie Pérez, su viaje psicodélico hizo que se sintiera como si su cuerpo se volviera uno con su colchón.
Estas historias son parte del próximo documental de Netflix, Have a Good Trip: Adventures in Psychedelics (2020). Se trata del proyecto del director, guionista y también productor Donick Cary, quien además ha escrito episodios para Los Simpson, Late Night with David Letterman, entre otros.
En el documental, que se estrena el 11 de mayo, las celebridades cuentan cómo fue tomar drogas que alteran la mente como el LSD y los hongos mágicos; los actores recrean aquellos momentos salvajes que presenciaron bajo los efectos de psicotrópicos. Los espectadores podrán esperar historias de Ben Stiller, Natasha Lyonne, Sarah Silverman y otros. Los actores también realizarán viajes de drogas descritos por las estrellas fallecidas Anthony Bourdain y Carrie Fisher.
Los investigadores que han explicado la ciencia de los psicodélicos y su potencial para tratar la ansiedad, la depresión y la adicción les dan una gran ventaja a éstas experiencias que de pronto pueden tornarse muy extrañas. De hecho, la investigación existente sobre el LSD y la psilocibina, el compuesto psicoactivo en los hongos psicodélicos, sugiere que las drogas podrían abrir vías neuronales latentes en el cerebro de las personas para ayudarlas a tener experiencias espirituales e incluso encontrar alivio para los trastornos de salud mental.
Las drogas psicodélicas son en gran medida ilegales, pero los estudios existentes sugieren que podrían ser tratamientos para la ansiedad y la depresión. Los hongos mágicos han estado en la escena psicodélica durante décadas, pero actualmente están ganando terreno en la comunidad médica como un posible tratamiento para la depresión, la ansiedad y el TEPT.
Sin embargo, los estudios al respecto no tienen largo alcance y son muy pocos los que se han publicado, dado a que la administración de control de drogas ha limitado el uso médico de los mismos.