A las 6:20 de la tarde del pasado domingo 24 de enero, apenas dos días después de haber asistido a la movilización convocada en honor a su compañero fotoperiodista Margarito Martínez -asesinado también en Tijuana la semana previa- Lourdes Maldonado fue hallada muerta en su vehículo, a causa de un balazo que impactó contra su rostro.
La asesinaron en el fraccionamiento Santa Fe, a unos metros de su casa: el lugar preciso en el que en más de una ocasión advirtió que podía ser blanco de un crímen de violencia y represión.
Recién la semana pasada, la comunicadora había salido victoriosa en un litigio laboral que durante años la enfrentó contra una televisora local para la que había trabajado, propiedad del exgobernador estatal Jaime Bonilla, quien este lunes negó cualquier tipo de relación con el homicidio.
Tanto en lo privado como en lo público, Lourdes manifestó que temía por su vida. Como aquella vez, el 26 de marzo de 2019 en la que viajó de Tijuana a la Ciudad de México para presentarse ante el presidente López Obrador en su conferencia matutina.
Ahí, frente a todos los medios, Maldonado relató las diversas amenazas que había sufrido durante aquellos días. El mandatario la escuchó atento, serio y en silencio, para luego comprometerse a darle seguimiento a su caso al canalizarla con Jesús Ramírez, su vocero.
Según compañeros y organizaciones cercanas a Maldonado, ella estaba inscrita en el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas; acción que, evidentemente, no sirvió para evitar su asesinato.
Eduardo Pérez -su abogado- declaró en entrevista para Milenio Noticias que Lourdes tenía dos botones de pánico: uno en su casa y otro en su teléfono celular; sin embargo, no tenía acceso a ellos. “De nada sirvieron” sentenció Pérez.
Al ser cuestionado por los hechos, el presidente López Obrador expuso que “no es responsable adelantar ningún juicio”; para después asegurar que su compromiso será encargarse de que no exista impunidad al respecto, y aseguró que haga cuanto esté en sus manos para encontrar a los responsables.
Lourdes Maldonado contaba con una amplia trayectoria profesional en diferentes plataformas, cubriendo especialmente las fuentes de política y corrupción en el estado de Baja California.
En un estado machista que relegaba a sus periodistas mujeres a los temas de sociales y espectáculos, Lourdes fue una referente por su estilo frontal y aguerrido; además de su incansable labor por brindar espacios a las voces de grupos marginales y periféricos en situaciones de crisis.
El viernes 21, Maldonado había asistido al evento de protesta por el asesinato de Margarito Martínez. “Para todos nosotros ha sido un shock. En el microsegundo que él abrió la puerta de su auto y se agachó para dejar su material, pum, le dieron el balazo en la cabeza. Si eso no es planeado y no es cazado, no sé cómo lo llamarían ustedes. Todos estamos exigiendo que no se quede impune su asesinato“, declaró Lourdes, tajante.
Margarito Martínez fue un fotoperiodista independiente, destacado por sus coberturas en temas de drogas, violencia y migración en Tijuana.
A Martínez lo asesinaron afuera de su casa en la colonia Sánchez Taboada, también en la ciudad de Tijuana, Baja California.
Ambos crímenes se suman al asesinato de José Luis Gamboa Arenas en Veracruz. Él era director general del diario digital Inforegio.
Según el informe anual de Reporteros sin Fronteras -publicado en diciembre- México y Afganistán encabezan la lista de países donde es más peligroso ejercer el periodismo.
El mismo informe señala que en México fueron asesinados 47 reporteros en los últimos cinco años.
En WARP nos solidarizamos con las familias de las víctimas y expresamos nuestro apoyo al resto de la comunidad periodística ante los terribles hechos.
De igual manera, nos unimos a los reclamos hacia las autoridades pertinentes para que se haga justicia respecto a los casos de Lourdes Maldonado, Margarito Martínez, José Luis Gamboa y todos los periodistas asesinados en México.