Este sábado fue realizado el Wirikuta Fest, en el Foro Sol, de la Ciudad de México, un evento musical con fines sociales organizado por el Colectivo Aho, encabezado por Rubén Albarrán, que busca proteger la zona del Wirikuta, en San Luis Potosí, de empresas canadienses que pretenden instalarse para iniciar la extracción de plata en el lugar.
Aunque en el cartel se dio espacio a agrupaciones musicales étnicas, fueron los nombres de músicos como Julieta Venegas, Ely Guerra, Enrique Bunbury, Café Tacvba y Caifanes quienes resultaron ser el atractivo principal, con un aforo numeroso que disfrutó cada actuación.
Fue así que luego de escuchar a agrupaciones como Nubes de la Sierra y Venado Azul, Sonidero Meztizo inició como uno de los proyectos conocidos por el público, teniendo como líder a Roco (Maldita Vecindad). Y aunque el público que lo escuchaba era nutrido, más fue la gente que se reunió en el escenario Xure-Rojo para escuchar a Ely Guerra.
Consentida del público por su pasión y entrega, “la Guerra”, como se le conoce cariñosamente, ofreció una actuación completamente acústica y en solitario; sólo ella, su potente voz y su guitarra. Temas como ‘Stranger’, ‘Colmena’, ‘Peligro’, ‘Júrame’ y ‘Mi Playa’, todas ellas cantadas con el alma y en una versión distinta a la original, hicieron que el público le aplaudiera sonoramente.
“Estamos en un día en que una voz y una guitarra hacen revolución… muchas gracias por ser lo diferente de este país”, dijo Ely al público, en reconocimiento al apoyo de la gente a través de su asistencia al festival.
Fue en ese momento, terminada la presentación de Ely Guerra, que el grueso de los asistentes se apostó frente al escenario principal, el Yuawi-Azul, para recibir a Julieta Venegas y sus canciones pop, las cuales fueron coreadas en menor o mayor intensidad. Desde ‘Despedida’ hasta ‘Sería Feliz’, Julieta ofreció un recorrido por su discografía, incluyendo también ‘Algo Está Cambiando’, ‘Revolución’, ‘Algún Día’ y ‘Me Voy’, pieza con la que logró el mayor coro de la tarde. Fue ‘El Presente’ la canción con la que se despidió Venegas, no sin antes expresar su apoyo a la causa del festival y decir: “Arriba Wirikuta”.
Aunque en el horario establecido por el festival el Colectivo Aho subiría después de Calle 13, por razones que no fueron explicadas ambas presentaciones fueron cambiadas. Entonces, luego de Julieta Venegas, Rubén Albarrán, Sonidero Mestizo, miembros del colectivo y representantes de Wirikuta subieron al escenario para agradecer al público, para explicar su causa y expresar su rechazo a las políticas aplicadas por el gobierno en contra de los pueblos indígenas. Pero no fue sólo eso lo que se vio en el discurso de cada miembro de Aho, también la presencia de Javier Sicilia hizo reflexionar al público sobre la violencia que ha afectado al país, por lo que un minuto de silencio invadió el Yuawi-Azul. Un momento necesario para entender la finalidad de Wirikuta Fest.
El retraso arrastrado de presentaciones previas hizo que la gente esperara varios minutos entre Aho Colectivo y Calle 13; sin embargo, valió la pena con la entrega, fiesta e irreverencia entregada por Residente y Visitante a las 20:00 horas. Como era de esperarse, René terminó sin playera y fue entonces que relució la leyenda “Yo Soy 132” en la espalda del músico, quien versó temas como ‘Baile de los Pobres’, ‘No Hay Nadie Como Tú’ (con Rubén Albarrán acompañándolo), ‘Vamo’a Portarnos Mal’ y ‘Cumbia de los Aburridos’.
Uno de los momentos relevantes fue cuando Zach de la Rocha subió al escenario para cantar una parte de ‘Calma Pueblo’, y cuando Residente hizo un llamado a luchar, como los estudiantes han venido haciendo en últimas fechas. ‘Fiesta de Locos’ cerró la actuación del proyecto portorricense, creando justamente eso, una fiesta total mientras la tarde caía en la Ciudad de México.
Ya entrada la noche Café Tacvba se encontró con su público, el más numeroso de toda la jornada, para ejecutar los clásicos que siempre, siempre son coreados, brincados y bailados. ‘Las Flores’ fue el primero, para después escuchar ‘Ingrata’ (con un mensaje en pantalla que rezaba “Con todo respeto, amor y admiración para las lindas damitas que esta noche nos acompañan”), ‘Cero y Uno’, ‘La Locomotora’, ‘Volver A Comenzar’, ‘No Controles’ y ‘La Chica Banda’. El discurso político no podía faltar, primero con una pancarta sobre el escenario que decía “Yo Soy 132” y después con Rubén asegurando que los gobernantes están vendiendo todo, “… la clase política vendiéndolo todo, la venta total del fin del mundo”, declaró Rubén.
Con el líder de “los tacvbos” bajando del escenario a saludar a la gente, con la banda agradeciendo por el apoyo a Wirikuta y enviando saludos al movimiento Yo Soy 132, Café Tacvba se despidió con la tan pedida siempre ‘El Baile y El Salón’.
Con casi una hora de retraso acumulado, Enrique Bunbury llegó al escenario principal (el único activo para ese momento) a las 22:17 horas, con buen número de público, aunque era evidente que muchos se encontraban ahí más para esperar a Caifanes que para ver el show del español. Sin embargo, todos respondieron bien, con canciones como ‘El Cielo Está Dentro de Mí’, ‘El Extranjero’, ‘Ódiame’ y ‘Que tengas Suertecita’, a la par de la energía escénica del intérprete; todos aplaudieron, además de participar cantando cada que él mismo se los pedía. Vestido de rojo, como ha venido haciéndolo, Bunbury empezó con un escrito que hizo de camino al Foro Sol, donde rechazó las decisiones gubernamentales en ambos lados del Atlántico, las cuales “se supone son en beneficio de nosotros pero nunca lo son al final”. “Wirikuta no se vende”, fue la afirmación que cerró su discurso, para dar paso a la música, misma que incluyó también temas como ‘Sí’ y ‘Los Habitantes’.
El espectáculo de cierre corrió a cargo de Caifanes, banda con gran peso que hizo valer su importancia ante un recinto lleno, que cantó tan fuerte que en muchas ocasiones tapó la voz de Saúl Hernández. Fue el caso de ‘Los Dioses Ocultos’, ‘Viento’, ‘Aquí No Es Así’ y ‘Nubes’.
“Hoy, aquí no hay protagonismos. Hoy lo que rige es la unión, la solidaridad, la reflexión, estar juntos con nuestros hermanos indígenas y dar un grito de exigencia (…) Al mexicano se le respeta”, declaró el frontman de la banda, para después hacer algo que pocas bandas logran: dominar al respetable.
“En esta ocasión te pedimos que no grites, que no aplaudas. Piensa en Wirikuta, con los ojos cerrados. ¿Para qué?… para que nadie te haga daño”. Acto seguido, los acordes de ‘Ayer Me Dijo Un Ave’, en un tono más tranquilo, relajante, sin ruido del público, sin coro. Una vez terminada, la gente temía aplaudir, hasta que Saúl los invitó a hacerlo y entonces estallaron en ovación.
Vendrían ‘Mátenme Porque Me Muero’, ‘No dejes Que…’, ‘Nos Vamos Juntos’ y el encore, el único del día, pues ninguna banda regresó terminada su presentación. Con dos canciones más (‘La Célula Que Explota’ y ‘La Negra Tomasa’), Caifanes se despidió del público, y antes de que Saúl se fuera ‘Imagine’ empezó a sonar, como un último mensaje para los asistentes.
Wirikuta Fest, un evento importante por el apoyo que recibirá dicha zona a raíz del festival, de acuerdo con Aho, y por la calidad de las presentaciones que se desarrollaron.