Después del frenesí y la efusividad del primer día del Vive Latino tras dos años de ausencia, el domingo fue el día para abrocharse los cinturones y ver a una nueva generación de artistas que apuntan a tomar la batuta como los nuevos consentidos del festival en ausencia de nombres clásicos como el de Zoé, Café Tacvba y Molotov.
Entre giras de promoción de discos del 2021 y la antesala para algunos que se publicarán en el transcurso de este año, también fuimos testigos de una transición en el público, al que se añaden gente de otros nichos y otras edades que ya reclaman alternativas a los proyectos usuales y otro tipo de experiencias.
Para bien, no fue un Vive Latino ordinario. La gente se negaba a irse e incluso, llegada la madrugada tuvieron que detener la venta de cerveza y clausurar los baños como señal de que el telón se había cerrado hasta 2023. Los nuevos locos años 20’s están aquí y parece que el festival consentido de la Ciudad de México será el escenario para desbordarnos.
Una vez más te presentamos el recuento de los que consideramos los mejores actos del segundo día.
Con apenas diez minutos de set, los originarios de Baja California Sur -ganadores del concurso organizado por Bajo Circuito- dieron una exhibición de todo lo que son y pueden hacer. La deconstrucción de algunos de sus hits a modo de Jam fue el gancho perfecto para que los transeúntes casuales se volvieran oídos interesados y no sería raro que Duck Fizz regrese, sin intermediarios, como parte de la selección oficial del festival. Tu nueva banda favorita.
Históricamente, el Reggae es uno de los géneros consentidos del Vive Latino y es probable que en la actualidad, Dread Mar I sea uno de los tres máximos exponentes de esta expresión. Un set hecho para sus fans de toda la vida fue la mecha para disparar la energía del escenario principal que no se calló hasta que Groove Armada tocó el último acordé.
La demostración de poder que dieron estos colombianos fue un recordatorio de que el Rock no está muerto para el Vive Latino, solo necesitaba nuevas caras. Más tarde que temprano, pero tras diez años, Oh Laville finalmente tuvo su graduación en el festival más grande de América Latina.
Y hablando de la nueva generación de consentidos, a la tijuanense le bastó su debut en el festival para echarse a la bolsa a todos los que estábamos en la Carpa Intolerante por ahí de las 4:30 de la tarde. Es una rockstar en toda la expresión del concepto. Todavía sin ese alcance mediático, pero su confianza y su despliegue musical juegan en la misma liga que los de Joan Jett, Stevie Nicks, Kim Gordon y Beth Gibbons. Y si bien solo nos dejó escuchar los éxitos de su primer disco, el disco que ha cocinado desde hace un par de años y que apunta a salir en verano de este año pinta para ser una auténtica obra maestra.
Uno de los actos que levantaban mayores expectativas al anunciarse el cartel era el de Trueno; y es que sin importar que su nombre no se anunció como headliner, la importancia que tiene en la nueva movida de raperos hispanohablante auguraba un escenario a reventar. Y así fue: tanto que podríamos decir que fue el proyecto netamente Hip Hop que más gente reunió en su escenario. A veces como MC puro, a veces como cantante de R&B, el argentino dio un golpe sobre la mesa y amenaza con convertir al Vive Latino en su nuevo patio de juegos.
Vieja loba de mar. Leyenda absoluta del Rock y el Blues mexicano. Sin la fanfarria ni el despliegue físico de otros en la Carpa Intolerante, llevó su voz inconfundible hasta las últimas consecuencias para dar cátedra de toda la historia que representa. El Vive Latino le debía una tarde como la del domingo.
Qué grato es ver a cualquier proyecto en su máximo estado de forma, con la madurez artística que solo dan las horas de vuelo. Y Love Of Lesbian está en ese punto de su carrera. Un set muy consistente, coreado de principio a fin y abarrotado por miles nos da dimensión de lo que representan para el público mexicano.
Cinemático. Impecable. Ambicioso. Inmersivo. Pucho no solo dio la mejor presentación de esta edición del festival sino que además se apuntó a los candidatos de los mejores performances en los veintitantos años de historia del Vive. Cuando terminó, ninguno de los que lo presenciamos sabíamos con exactitud lo que acabamos de vivir. De ese tamaño.
Que quede claro: los Cadillacs aún son garantía de un gran show; pero no todos pueden ser Mick Jagger y Keith Richards a sus casi 60. La de ayer fue la presentación más discreta que los argentinos han dado en México y eso que se necesitan varias manos para contarlas. Sea como sea, el público se comprometió y les rindió homenaje como lo que son: auténticas leyendas del Vive Latino.
Empecemos por el hecho de que se cometió un error al no programarlos en el escenario principal. A diez minutos de su set, el espacio asignado para su set estaba rebasado por tres y la gente seguía llegando. Y lo que alguna vez fue prejuicio, después e ironía, hoy es un nicho consolidado en el Vive Latino: el regional mexicano llegó para quedarse en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
WARP MAGAZINE siempre presente en el Vive Latino. Nos vemos el próximo año. Cambio y fuera.