//Fotos: Diogo Heber, Nacorock, Héctor Márquez y Nadia Olvera para WARP
Cuando parecía que este año no tendríamos Festival Ceremonia, la sorpresa de poder asistir al evento en domingo fue una buena noticia para todos (haciendo a un lado el hecho de que la desvelada no fue el mejor acompañante para comenzar la semana). A pesar de la cancelación, clima y ubicación del evento, el festival supo cómo enmendar la cancelación de ayer, con un día lleno de actividades, comida y buena música.
Artistas como M.I.A., Beach House y Gallant, no pudieron asistir a esta nueva fecha de Ceremonia, lo que fue causa de queja para muchos; sin embargo, el nuevo line up tampoco decepcionó. Con la sorpresa de la llegada de Mylko al evento, la fiesta comenzó con este dúo mexicano y su electrónica psicodélica. Si bien aún no había mucha gente a esta hora, el reducido público que llegó a recibir a Pato y Jopa, dejándose llevar por su contagioso ritmo que puso a todos a bailar.
El Foro Dinámico Pegaso comenzaba a llenarse poco a poco, y los escenarios hacían cada vez más ruido. Ni el aire, ni el frío, ni el hecho de que fuera domingo impidió que cientos de melómanos disfrutaran el evento.
El público comenzaba a entrar en calor con A.J. Dávila y su sonido puertorriqueño en el escenario Vans, mientras Kali Mutsa dejaba a todos boquiabiertos con su espectacular voz y su mística propuesta musical en la carpa Camp Roswell.
Por su parte, James Blake inauguró el escenario Corona con una comunidad de fans que no podía esperar más para escucharlo. Era temprano aún, y el público ya bailaba, saltaba y jugaba con enormes pelotas inflables, ambientando el lugar con un tono bastante divertido.
Para quienes habían asistido solamente para ver los números principales, el festival ofrecía una gran variedad de actividades para el relativamente poco espacio que éste ocupaba (comparando con un Vive Latino o Bahidorá). Desde sillas voladoras y atracciones como parque de diversiones, hasta el amplio menú gastronómico, todos podían pasar un buen rato, siempre acompañados de buena música.
Se dejaba escuchar el innovador sonido electrónico de Sotomayor y el público seguía aumentando en número. He de decir que fue una sorpresa bastante agradable poder ver que el festival corría sin mayor problema, y que todos sus asistentes decidieran formar parte de él a pesar de los contratiempos.
Antes de que se pusiera el sol, Snakehips ya ponía un ambiente nocturno con su DJ set. A pesar de contar con un visual bastante sencillo, el dúo no necesitaba más para poner a todos a bailar. Quien se acercaba al escenario Vans, inmediatamente se contagiaba del ambiente, y terminaba por quedarse. Así, poco a poco, el concierto fue tomando forma hasta tener a todos bailando y bebiendo al ritmo de su set.
Llegaba la hora de Nicolas Jaar, y para sopresa de muchos, su música no fue lo que esperaban. Los verdaderos fans disfrutaron hasta el final de su número, pero quienes apenas lo iban conociendo, esperaron un sonido mucho más movido, lo que causó que varios se salieran del escenario. A decir verdad, quedé fascinada con su presentación; acompañado de un juego de luces que iba perfecto con su música, Jaar siempre se mostró amable y platicador con el público.
Llegó la hora que todos esperaban. Ya era de noche, y el frío aumentaba el nivel de emoción en los espectadores. Una orquesta de cuerdas ocupaba su lugar, y el talentoso productor Arca, se ubicaba a la mitad del escenario con todo su equipo, para acompañar el que sería uno de los números musicales más destacados del festival, y del año.
Björk cantaba las primeras palabras de ‘Stonemilker’, y el público ya estaba perdiendo la cabeza. Muchos asistentes, que la veían por primera vez, quedaron atónitos con su atuendo, su máscara y sobre todo, su voz. A diferencia de su concierto en el Auditorio Nacional, la cantante ofreció una experiencia mucho más compleja; no sólo contaba con Arca para darle ese toque especial a sus canciones, también contaba con una pantalla como complemento visual, misma que no usó en su presentación anterior.
Tomando como apoyo algunos videos que confundieron a muchos y fascinaban a otros, Björk ofreció un impactante número musical, mezclando viejos temas como ‘Isobel’, hasta lo más reciente de Vulnicura, como ‘Mouth Mantra’ y la disruptiva ‘Notget’. Finalizando con una impactante pirotecnia, Björk dejó a su público satisfecho, y fascinado.
Para cerrar la noche, que idealmente hubiera sido de sábado para seguir con la fiesta, Underworld nos regresó en un nostálgico viaje, de vuelta a los noventa con su contagioso techno. Más de tres décadas respaldan a un número musical como el de este grupo inglés. Un show de luces invadió el escenario Corona, y todos nos sacudimos el frío al ritmo de ‘Cowgirl’ y ‘Rez’.
Para cerrar la noche, ‘Born Slippy’ era lo único que sonaba en el Ceremonia, y todos corrían al escenario para escuchar este tema que, podría decirse, es prácticamente un himno. Las luces, la música y la gente daban la impresión de que en algún momento Mark Renton saldría de entre la gente. Extendiendo su presentación hasta medianoche, Underworld finalizó el Ceremonia de una manera épica.
Sin duda alguna, el festival Ceremonia logró cumplir con las expectativas de miles de asistentes molestos por la previa cancelación. A pesar del clima y de las breves modificaciones de horarios y fechas, nada de esto quitó las sonrisas y las ganas de bailar con las que todos comenzaron y terminaron este día.