El segundo concierto de la agrupación alemana en el DF, tuvo que ser suspendido debido al vergonzoso comportamiento de un “fanático”.
Al parecer la fecha pintaba para que al igual que la anterior, la noche culminara en una gran fiesta, sin embargo, cuando el concierto comenzaba a encenderse, Erlend Oye, líder de la banda, decidió acercarse al público de la zona “VIP”, en donde uno de los asistentes arrebató al frontman sus anteojos de aumento. Erlend, de inmediato paró el show y pidió que le devolvieran sus lentes, sin embargo la petición fue ignorada y el vocalista decidió parar el concierto -con justa razón- para retirarse al backstage.
Fue así que el show se suspendió. La banda posteriormente salió a ofrecer disculpas (ya sin Erlend) y se retiraron sin reanudar el concierto.
Este acto se suma a otros en el pasado de muchas bandas que, lamentable y penosamente han tenido que enfrentar la falta de educación de algunos que dan una terrible impresión acerca de nuestra aún jóven escena de conciertos, y es que desafortunadamente, la culpa no es de los promotores que llevan a los grupos a tocar en antros, la culpa es de ciertas personas que arruinan la diversión de muchos más que pagaron por ver en vivo una gran propuesta, misma que obviamente, lo pensará dos veces antes de tomar la decisión de regresar a México.