Una calavera y un par de huesos en forma de “X” ilustraron el fondo del concierto de The Cult en la Ciudad de México. Poco más de una hora después de la apertura de la banda telonera, Eco, The Cult arribó al escenario, con un Teatro Metropólitan a medio llenar, que obligó a los organizadores a conjuntar a todo el público presente en la parte frontal del lugar. La baja asistencia no fue motivo para detener a una banda que en su nombre lleva su sentencia. La gente se levantó de sus asientos y rindió culto a Ian Astbury, quien no dejó de moverse un solo momento y saludar con un: “muchas gracias muchachos”. Sonó ‘Rain’ y Astbury agradeció de nuevo con un discurso a favor de los indios, de la revolución, de México. El intermedio sorprendió: Dejaron de sonar los instrumentos y se proyectó un corto de tres minutos con imágenes de fuego, personas y sonidos entrecruzados. Y ante lo inusual, los aplausos. ‘Sweet Soul Sister’, ’The Saints Are Down’ provocaron los gritos de un público espectador. The Cult (integrado también por Billy Duffy en la guitarra, Chris Wyse al bajo, Mike Dimkich en la rítmica y el famoso batería John Tempesta) también tocó ‘Revolution’ y ‘Fire Woman’, que encendieron más los ánimos. Astbury prometió el regreso de The Cult a México con un concierto gratuito. A hora y media del inicio, y tras escuchar cómo el Hard Rock se fusionó con la psicodelia y lo progresivo, los ingleses se despidieron con un cover a The Doors, ‘Break On Through’.