Por María José Tielve
La noche de ayer, Sala anunciaba en su marquesina la llegada de Temples, banda de rock neo psicodélica originaria de Kettering, Inglaterra.
El cuarteto conformado por Sam Toms en la batería, Adam Smith en la guitarra y teclados, Thomas Edison Warmsley en el bajo y James Edward Bagshawen voz y guitarra principal, se caracteriza por ser una banda descaradamente visual, con la facilidad de dibujar en lo imaginario las figuras de las que nos hablan sus canciones poderosas, melodías en las que sobresalen los alucinantes riffs de la guitarra, desplazadas por la voz suave y profunda de James Edward, mientras que la batería plasma el ritmo necesario para hipnotizar a quien ponga atención a detalle.
Esta es la segunda vez que la banda visita México, después de su actuación en el Corona Capital 2014 y a pesar de ser un foro pequeño como lo es Sala, fue perfecto para la gente que asistió al concierto, no importó el retraso de la banda a la hora de salir al escenario o la fila para entrar al lugar, que parecía no tener fin.
El foro estaba totalmente lleno, no había lugar para moverse, la gente se desesperaba preguntándose “¿A qué hora saldría la banda?”, alrededor de las 10:20 pm las luces comenzaron a bajar en señal de que los ingleses estaban listos para dejar caer esos ritmos que nos hacen compararlos con bandas como The Beatles, The Velvet Underground, Led Zeppelin, The Byrds o Pink Floyd .
La gente empezó a gritar en espera de verlos arribar al escenario, los gritos se hicieron cada vez mas fuertes al escuchar las primeras palabras de James “hola”, la guitarra y el bajo dieron paso a los primeros acordes, marcando así el momento en que la batería entraría explotando al ritmo de ‘Sun Structures’, canción que lleva el titulo de su álbum debut, “Gracias” pareció ser la palabra de la noche que repetía el vocalista canción tras canción, la gente no dejaba de aplaudir y gritar, así fue como recibieron a una de las canciones mas ricas en cuanto a elementos psicodélicos se refiere, en donde Smith se destaca con los arreglos, mientras que James entona al principio y al final “AH, ah, ah” haciendo que la gente baile sintiendo el ritmo de cada una de las palabras de ‘A Question Isn’t Answered’.
Las luces estaban perfectamente planeadas para dar el sentimiento necesario en cada momento de su concierto, a veces parecía que Sam era como un fantasma, no se alcanzaba a notar con claridad, pero se podían sentir los beats de la batería que marcaban el inicio de ‘The Golden Throne’, seguido de la fuerza de las guitarras mientras la gente coreaba “Everything that yoy say to your closets one, Makes you fell like a pain toward everyone”.
Llegó el momento perfecto de la noche, en donde tocaron su nueva canción ‘Volcano/Saviour’, probablemente esta sea uno de los intros más tranquilos de la banda, acompañada del dulce ritmo de la guitarra y la batería.
Con su chaqueta de flecos y su cabello rizado James sostenía una guitarra que parecía ser una Rickenbacker, tocando una estructura muy distinta la cual es reconocida al instante por la audiencia, ‘Colours To Life’ , que es una pieza en donde se presume el gusto por la armonías vocales de The Beatles, aunque a los jóvenes ingleses no les gusta ser comparados con el cuarteto de Liverpool.
James cambió a una guitarra que parecía ser una Gibson Memphis para llevarnos por un camino mucha más relajado, marcando lo que podría ser el rumbo de su segundo álbum y dejando caer lentamente sus dedos por la guitarra haciendo sonar ‘Henreys Cake’, llevándonos por altibajos durante toda la composición hasta lograr llegar al punto perfecto para hacer explotar a los amplificadores Orange con la interpretación de ‘Keep in The Dark’, donde el equilibrio fue totalmente llevado por la batería y el bajo; antes de que terminaran de sonar los últimos acordes James alzó los brazos y el público de inmediato lo siguió con aplausos, dando pie a lo que sería ‘Sand Dance’, sin duda la interpretación más pesada y detallada de la banda dejando caer el poder de todos sus instrumentos y mezclándolos en una armonía perfecta.
Siendo casi las 11:20 pm, parecía que ya se acercaba el final del grupo inglés, al hacerse sonar la guitarra inconfundible seguita del boom y bombos de la batería, dando entrada a la letra que parecía que todos sabían “Last night, We stayed up late in a dream, My oh my, We read a play with no theme”, los seguidores de la banda se dejaron llevar disfrutando cada segundo de ‘Shelter Song’ bailando y cantando como si esa fuera la última interpretación del cuarteto.
Finalmente los ingleses dieron lo último de la noche al interpretar ‘Prisms’, cerrando con ‘Mesmerise’, una bomba atómica del tamaño del sol que demuestra claramente la admiración de la agrupación por la música de los 60, enseñándonos como mantiene un matiz sonoro un poco crudo.
Así es como acaba una noche memorable, sin duda Noel Gallagher no se equivocó al mencionar que ha sido de los proyectos musicales más interesantes de los últimos años.
Temples es una banda que sabe hacer música y la sabe hacer bien, aprendiendo a ser grandes en escenarios pequeños, sin olvidar que alguna vez fueron teloneros de bandas como The Vaccines, Kasabian y Suede.
Fotografías: Alejandro Compeán para WARP