¿Quíenes son los Stone Temple Pilots en este 2011? ¿Qué tipo de personas van a ver a Scott Weiland y compañía? ¿Cómo han sobrevivido al declive del grunge de los noventa? Preguntas clave para comprender el hecho de que la banda originaria de Los Ángeles que visitó El Plaza Condesa el día de ayer (9 de noviembre) es una de las más infravaloradas por la historia del rock, y que regresan con un álbum homónimo que reitera la presencia de esta banda en la música actual.
Los Stone Temple Pilots, tienen a uno de los públicos más fieles y más aguerridos que puede haber en escena y eso quedó demostrado cuando las luces del Plaza se apagaron después de varios minutos de retraso. Scott Weiland, Robert y Dean DeLeo, y Erick Kretz tomaban sus lugares e hicieron estallar el recinto con su potente mezcla de stoner rock, grunge y hard rock. Con canciones como ‘Between the Lines’ o ‘Big Bang Baby’, la banda anunciaba que están más vivos que nunca y que a pesar de la separación sucedida hace casi una década, a pesar de Velvet Revolver y de todos los problemas que pudieron haber pasado, son una banda honesta y que están aquí para poner en claro que no le deben nada a nadie. Scott Weiland se mostró más sobrio, más maduro y un poco menos travieso que de costumbre, pero fue algo que todos los asistentes agradecieron, puesto que dio a entender que, como sus fans han crecido, ellos han crecido también y están más concentrados en dar un buen show.
Lo anterior lo lograron muy bien en canciones que se han vuelto himnos como ‘Plush’, ‘Creep’ o ‘Sour Girl’ donde se creó un vínculo íntimo con los fans, que los han seguido casi incondicionalmente por poco más de 2 décadas. Los fans son un público diverso, pero claramente identificable con su generación. El poderío de canciones como ‘Down’ o ‘Sex Type Thing’ demostró que uno puede calificar la música como se le dé la gana, pero que lo que Scott Weiland y compañía hacen es simplemente Rock, fuerte, potente, y sobretodo auténtico rock.
Fueron casi dos horas de concierto donde Stone Temple Pilots ofreció un show que por momentos nos remontó a un bar de Los Ángeles de los años 90’s, y con nostalgia, se agradece infinitamente.
Texto: Leonel Hernández
Fotos: Fernando Aceves