Por: Raúl Arce
Los hermanos Dewaele son viejos conocidos del público mexicano, ya sea en forma de 2manydjs, Radio Soulwax o en su configuración de banda de rock tradicional, Soulwax.
Después de numerosas presentaciones en algunos de los mejores festivales de nuestro país (Léase Vive Latino y MX Beat, por ejemplo), este dúo de hermanos originario de Ghent, Bélgica, regresó a México con una nueva propuesta, sumamente experimental, que incluye no una, ni dos, sino 3 baterías que son tocadas simultáneamente.
La idea surgió cuando lanzaron From Deewee (2017), su último álbum de estudio, que además de la alineación normal de la banda, contó con la participación de músicos invitados (todos bateristas), entre ellos, Igor Cavalera, integrante de la legendaria agrupación de metal brasileña, Sepultura.
A diferencia de su trabajo previo, como Much Against Everyone’s Advice (1998), que tenía sonidos más orientados hacia guitarras de rock o Any Minute Now (2005), un álbum pensado para la pista de baile, ‘From Deewee’ llevó a Stephen y David Dewaele a un camino de experimentación sonora, donde las percusiones juegan un papel muy importante.
20 minutos después de lo anunciado (12:50 am, en el programa), Soulwax salió al escenario Corona del Festival Ceremonia, que para ese momento se había transformado por completo, luciendo una llamativa estructura de metal, que en secciones estaba cubierta por mantas rayadas.
Al frente de dos máquinas gigantescas que incluían secuenciadoras análogas y sintetizadores, los hermanos dieron inicio al show, primero de una manera sutil, para luego dar paso a las 3 estruendosas baterías que estaban dispuestas en el lugar, escondidas detrás de las mantas.
A diferencia de las otras visitas de la banda, esta presentación formal de su último esfuerzo de estudio no buscó gustar a todos, por lo que no escuchamos un set de festival en donde pudiéramos disfrutar de sus famosas reversiones a otros artistas o incluso a ellos mismos (como ocurrió con las divertidísimas ‘Nite Versions’, de 2005).
Fue un show, hasta cierto punto, experimental, que si bien fue disfrutado por la mayoría, que para ese punto ya estaban cansados/ebrios/bajo el influjo de algo, dejó a los fans de la banda esperando por alguno de los sencillos de otras producciones, aunque hubo quien sí reconoció ‘Is It Always Binary’, quizás la canción más reconocida de su último disco.
Por un lado, se aplaude la valentía de la banda al presentar un show tan complejo e inusual como el que trajeron a México (con producción completa), dejando de lado la oportunidad de hacer un set complaciente pero, por el otro, muchos nos quedamos con ganas de escuchar canciones de otros puntos de la carrera de estos locos del sonido de Bélgica.
Para muchos, esta presentación fue el cierre del festival (aunque Four Tet seguía tocando en otro escenario), que una vez más, probó ser uno de los eventos culturales más trascendentes ya no sólo de nuestro país, sino de América Latina.
Mientras caminábamos hacia la salida, escuchando a lo lejos los golpes de batería del show de los Dewaele o los elegantes beats de Four Tet, se veían rostros cansados, pero que denotaban la satisfacción de haber sido parte de la experiencia colectiva tan gratificante en que se ha convertido este festival. Nos vemos el próximo año, Ceremonia.