424 volvió a los escenarios después de unos 8 meses de no tocar en formato completo. Durante este período sólo dieron uno que otro concierto acústico, y la necesidad de presenciar su espectáculo en vivo crecía de la mano con las expectativas sobre su nuevo material.
La noche del 10 de diciembre inició un nuevo capítulo en la historia de la banda: tocaron su primer concierto no-acústico con Leonardo Valverde, nuevo fichaje encargado de llevar los bajos, y presentaron formalmente su primer álbum de larga duración, Oro.
El escenario del Jazz Café Escazú vestía una serie de reglillas de madera desechada, dispuesta en forma de vórtex o, si se quiere, simulando un estallido que nacía en el centro del escenario. Esta organización de la escenografía, sumada a las luces y la posición de los músicos, hizo que la puesta en escena se percibiera bastante fresca desde el inicio del concierto.
Passiflora fue el grupo encargado de inaugurar este remozado escenario, en el que presentaron, en medio del bullicio que precede al acto principal, su excepcional propuesta enfocada en un género definido por el mismo grupo como “gipsy folk”.
La voz de Mariana Echeverría, el coro de voces femeninas, las guitarras acústicas, el bajo y el cajón flamenco lograron, hacia el final de su presentación, captar la atención de un público que cada vez se acercaba más a la tarima.
Quizá Passiflora es un grupo que requiere no de un escenario más pequeño, sino de un público más dispuesto a escuchar y apreciar la forma en que ellos desarrollan canciones que van desde las baladas folk hasta el reggae. De igual manera, canciones como ‘Like a Tree’, ‘The Show’ y ‘Living With You’ fueron bien recibidas y aplaudidas, y es posible que esa presentación les haya sumado un buen par de seguidores nuevos.
La despedida y el aplauso de rigor anunciaron el fin de la participación de Passiflora, para dar paso al show de 424. Ellos mismos se encargaron del montaje y organización de sus instrumentos y 20 minutos después, a las 10:40 p.m., empezaron su concierto con el mismo tema que abre Oro, ‘Soñábamos’. Esta canción dejó entender al público la nueva dirección de la banda: se da prioridad a los grooves y la mayoría de las canciones van en ascenso, inspirando en el oyente desde las emociones más suaves hasta una descarga de energía pura.
Las luces y proyecciones teñían de distintos colores las reglas de madera del escenario, mientras la banda interpretaba ‘Verano Verde’, otra pieza de su nuevo disco. Como lo afirmó Felipe Pérez, cantante y guitarrista del grupo, el Jazz Café estaba más lleno que en cualquier otro concierto que hubieran hecho ahí mismo, sumando aproximadamente unas 300 personas.
Aquí no importaba que fuera lunes, que el recinto se ubicara en en el Oeste , y que fueran casi las 11 de la noche, la gente disfrutaba de los arreglos especiales que la banda había hecho para la ya conocida ‘Tijeras’, parte de su primer EP.
Las hiperactivas ‘Agua Dorada’ y ‘Cinco Cuartos’ mostraron que la banda no ha abandonado su línea rock, y que esa explosividad por la que se les reconocía en vivo sigue presente. La forma en la que el público podía identificar estas nuevas canciones era mediante la proyección del nombre de la pieza, una medida que sin duda familiarizó al público con este nuevo material.
Al inicio de ‘Ánimo’, hicieron un jam aprovechando los instrumentos extra que tenían ahí. No es la primera vez que la banda hace una cosa así en el escenario, pero este pequeño espacio para improvisar dejó entrever la química de los cuatro y la seguridad con la que interpretan sus instrumentos. Guayo Mena nunca abandonó su guitarra, a diferencia de Pérez y Valverde quienes se concentraron en los teclados que tenían cerca.
Tanto en ‘Ánimo’ como en ‘En la mañana’, pieza que interpretaron más adelante en el concierto, las voces de Pérez, Mena y el baterista Juan Carlos Pardo se unieron y le regalaron escalofríos en la piel a más de uno de los presentes.
Una de las canciones más coreadas fue ‘Gala’. Esto tomó por sorpresa al grupo, dado que sólo cuatro días antes la compartieron por primera vez a sus seguidores. Sin duda, es una de las mejores canciones de esta nueva producción, y la banda se aseguró de interpretarla en vivo con bastante precisión.
‘Al Hueco’ fue el punto más alto de la presentación y a la vez el que cerró la misma. Esta canción es una de las que más cambios sufrió durante el proceso de composición, pero de las que más se disfruta escuchando en directo. 424 explotó una vez más, rodeado de platillazos fuertes y gritos frente al micrófono, y terminó su presentación con un simple “Gracias”.
Las luces bajaron mientras los gritos de varios de los que estaban cerca del escenario pedían otra canción más. Ellos fueron complacidos con ‘Mapas y Caminos’, tema del primer EP del grupo, bastante coreado por el público. “Los conciertos son lo que de verdad nos impulsa a seguir”, dijo Felipe Pérez cerca de las 11:45 p.m., hora en que la banda dejó el escenario en medio de aplausos y vítores.
Setlist:
Encore