Por José Luis Rangel
Ayer, el foro SALA tuvo la suerte de ser partícipe de un potaje orquestado por uno de los DJ más reconocidos a nivel mundial, autor de algunos de los remixes que más han sonado en las pistas de baile del planeta. El evento, que nada más contó con la participación de tres actos, se sintió como una fiesta multitudinaria que puso el listón muy alto al fin de semana.
Al punto de las 10 de la noche, la banqueta de afuera del foro ya tenía un aire como de antro de moda. Un flujo de público, bien vestido y con una media de edad ligeramente superior a lo acostumbrados conciertos de música electrónica, fue entrando sin parar desde que se abrieron las puertas hasta bien entrada la noche.
El primer ingrediente de la poción fue Bufi, un viejo conocido del público mexicano aficionado a la música electrónica. El hijo pródigo de Sicario y Electrique Music es un trabajador incansable del arte de poner a bailar al respetable y ayer hizo lo propio durante más de hora y media con un público todavía reducido. House y techno moderno así como algunos ritmos reconocibles triturados y convertidos en puro baile.
Al dar las 12 de la noche, un sujeto flaco y vivaracho se apareció detrás de Bufi. Darius, productor de “Romance”, uno de los mejores EP de música electrónica del año pasado, se apoderó del escenario sin tantita tregua, lanzando unos betas acelerados y unos bajos pesados que diferían de las grabaciones que habíamos escuchado de Darius, pero que le infundían una energía contagiosa a sus canciones. Visiblemente feliz, incapaz de contener su energía, Darius entregó sin condiciones su house fresco y elegante, concediendo algunos cambios de ritmo sorprendentes que tumbaron a un público impactado. Tras una hora y media en la que no hubo ni un atisbo de aburrimiento, Darius se tomó varias fotos con el agradecido público y dio paso al auténtico maestro de ceremonias.
De punta en blanco, como nos tiene acostumbrados, Stephen Fasano tomó los controles para dar un viraje de dirección súbito. Como un director de orquesta, The Magician cambió por completo el ritmo marcado por Darius para añadir el último ingrediente que le faltaba a su pócima: pura música para sacudir el bote y levantar las bebidas en estado de trance. Acompañado por unos escuetos visuales que hacían referencia a su segundo oficio, el mago soltó un set que golpeó como una bala al público durante más de dos horas, con algunos momentos irregulares durante los cuales el embrujo se debilitó un poco. Artífice de ese aparato de tendencias conocido como las “Magic Tapes”, en las que recopila lo que él considera que es la mejor música para bailar, el mago sabe perfectamente donde soltar el bajo para mantener la máquina de baile andando. Hits de la pista, como su remix de ‘Rather Be’ de Clean Bandit se fueron sucediendo. Como no podía ser de otra forma, al final de su set, cuando la energía había decaído un poco, empezó a sonar por fin su clásico remix de ‘I Follow Rivers’ de Lykke Li. El foro SALA se vino abajo mientras que The Magician repartía estampas promocionales de Potion, su nueva gira de eventos. Y así, tras lanzar su varita mágica al aire (única concesión a su segundo oficio) The Magician se despidió de una fiesta que, a menos que algo muy bueno pase, dificilmente será igualada este fin de semana.
Fotogrías: Bógar Adame para WARP