//Por: Carlos Guetta
Mientras en el escenario principal de Coachella, pasadas las 9:15 de la noche Lorde daba las últimas canciones de la última fecha del Festival de Indio para dar paso a Kendrick Lamar, quien cerraría la edición XVIII a poco más de 100 millas de distancia al oeste en la ciudad de Pomona, para ser exactos en una de nuestras sala de conciertos favorita El Glasshouse se presentaba la banda del dúo Neoyorkino Phantogram.
Programados para subir después de las 9:15 pm la banda llega a la Ciudad de Pomona dentro de las fechas de una larga gira que les llevará en los meses por venir a lugares como Guadalajara y la Ciudad de México para después regresar a los “States” y después girar por Canadá y luego volar a Europa para seguir con la promoción de su último trabajo, THREE (Fiction/Republic Records), que saliera al mercado el pasado mes de Octubre y que ha sido bien recibido por los seguidores de la banda que han llenado hasta el último rincón en cada uno de sus shows sin dejar de mencionar sus dos participaciones en Coachella.
Con unos 10 minutos de retraso finalmente subió la banda al pequeño escenario del Glasshouse y el público entre ovaciones los recibe de una manera calurosa a la aparición de Josh Carter ese músico, compositor y productor cerebro principal y amigo de muchos años de Sarah Barthel quien unos minutos después apareciera en medio de la oscura atmósfera.
Iniciando la presentación con dos temas de su última publicación ‘You’re Mine’ y ‘Same Old Blues’ esa voz suave se deja escuchar acompañada de un drum beat box inclinado al R & B dándonos una muestra del eclecticismo de la pareja.
El público metido al 100% mientras Sarah y Josh se apoderaron del espacio libre en el escenario yendo de un lado al otro para hacerle llegar su presencia a los fans en ambos rincones del lugar, que cuenta con una capacidad es de 800 personas, hubo algunos que fueron al lugar aun sabiendo que era “Sold Out”, siempre hay ausencias y quienes quieran deshacerse de un boleto o dos, pero la realidad es que no hubo para todos los que afuera del lugar buscaban uno.
Parecía alternar temas de dos en dos con cada producción y la entrega siguiente fueron ‘Turning into Stone’ y ‘Don’t Move’ de su producción Nightlife (2011). Y detrás del área para fotógrafos estaban Laura y Claudia, hermanas que asistían por primera vez a un concierto, acompañadas de sus Padres quienes al final terminaron involucrándose con cada canción que la envolvente vocalista de la banda les recitaba de frente y en primera fila.
Vinieron temas como ‘Black Out Days’ y ‘Run Run Blood’ que le inyectaron la energía que provocan los hits y que para muchos es obligado cantarlos. Con una producción mínima solo con la que cuenta el lugar se podía disfrutar de esa atmósfera que pocos logran entregar.
Sonaron temas como ‘Mouthful of Diamonds’, ‘Answer’, ‘Destroyer’, ‘Bad Dreams’ entre otros y es con ‘When I’m Small’ antes de irse al vestidor para regresar al encore, cuando el público explotó y apostó su resto de energía en un lugar donde la temperatura no bajaba de los treinta y tantos grados, entre destellos de luces de colores primarios y un parpadeo continuo de estas metían a la multitud en trance, mientras yo recordaba la historia detrás de la letra de esta canción…
Lucy’s underground
She’s got a mouth to feed
Am I underground
Or am I in between…♫
En uno de los blogs de la banda mencionan que esta letra la escribieron mientras estaban en una granja infestada de ratas y “Lucy” es una de ellas que siempre solía acompañarlos mientras ellos componían. Otra de esas ironías dentro de la industria de la música.
En el encore tocaron tres canciones más ‘Barking Dog’, ‘Cruel World’ y ‘You Don’t Get Me High Anymore’ estas últimas del álbum en promoción durante esta gira. Sarah Barthel y Josh Carter hicieron la reverencia con el resto de la banda para que alguien de su equipo le trajera a su mascota “Leroy Brown” para alzarlo en son de adiós al público asistente después de 17 canciones.