En Foro Sol
Pocas ocasiones podemos presenciar eventos en los que la edad es lo menos importante; en los que la amenaza de lluvia es un pretexto para vestir de impermeables en un recinto en el que poco más de 55 mil personas se dan cita para recibir a una leyenda de nombre familiar: Paul McCartney.
“¡Paul, Paul, Paul!” fueron los gritos que llamaban al cantante a salir a escena a las 21:15 horas, cuando absolutamente todo el Foro Sol lucía lleno; minutos después las luces se apagaron y en instantáneo todas las gargantas expresaron su emoción al saber que una noche memorable estaba a punto de comenzar. ‘Venus and Mars/Rock show’ fue la canción encargada de arrancar con el emotivo espectáculo, seguida de una explosión de adrenalina patrocinada por ‘Jet’.
“Hola chilangos” fue el saludo que antecedió a ‘All My Loving’, el primer tema del amplio repertorio beatle que nos acompañó, el baile y las manos arriba no se hicieron esperar, al igual que las lucecitas de los celulares y las cámaras que intentaban inmortalizar el momento. “Estoy muy orgulloso de estar aquí de nuevo, pero aún más de que ustedes nos estén acompañando”, comentó el músico próximo a cumplir 68 años, en cuyo rostro se notaba la sorpresa ante el cariño que el público le demostró durante las casi dos horas y media que duró el show.
Se arremangó la camisa, tomó su bajo y comenzó a destrozar corazones melancólicos con ‘Got To Get You Into My Life’, a la que siguieron los riffs pesados de ‘Highway’, el sonido del órgano en ‘Let Me Roll It’ y ‘The Long and Winding Road’, el primer gran momento de la noche, en el que muchos derramaron una que otra lágrima caundo se hizo evidente la brecha generacional por las pequeñas luces de encendedor que decoraron el lugar.
El ritmo de la batería de ‘Let’em In’ fue complentado por un espectáculo de luces cortesía de los encendedores de los asistentes, ‘My Love’, “compuesta para mi amada Linda y para todos los enamorados” nos puso la piel de gallina. El fuego que se encendía y apagaba conforme la canción, provocó la admiración de McCartney, quien simplemente comentó: “Son una gran audiencia, déjenme admirarlos” para improvisar una canción que versaba la frase “Shining light in Mexico”.
‘Two of Us’ fue la sorpresa de la noche, ‘Blackbird’ una imagen memorable con la luna llena como compañera, la melancolía se apoderó de todos con ‘Here Today’ “Una canción que compuse pensando en mi amigo John después de que se fue”, decía Macca. Otro de los homenajes póstumos fue ‘Something’, en la que se proyectaron imágenes de George Harrison, creador de uno de los temas más bellos del Cuarteto de Liverpool.
‘A Day in the Life’ se complementó con ‘Live and Let Die’ y un asombroso espectáculo pirotécnico, sin dejar de lado ‘Give Peace a Chance’ y los cientos de dedos que espontáneamente adoptaron la posición de ‘amor y paz’, atmósfera que remató con ‘Hey Jude’. ‘Day Tripper’ marcó el primer encore, la bandera de México fue ondeada por McCartney, quien como preparación para ‘Lady Madonna’ decidió invitar a una persona del público para que le hiciera compañía.
Una pausa más y ‘Yesterday’ hizo soltar suspiros, “¿quieren seguir rockeando?, si es así, nosotros estamos dispuestos a seguir haciéndolo para ustedes”, acto siguiente la fuerza de ‘Helter Skelter’ prácticamente nos dejó tirados en el suelo y, cuando apenas la noche entraba en calor, ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’ y ‘The End’ marcaron el final de una noche en la que no importó el hecho de tener boletos platino o no, ya que tanto el hombre en primera fila como aquel individuo de anaranjado de la N29 jamás dejaron de bailar y recordar aquellas canciones que inconscientemente han sido sembradas en nuestro repertorio colectivo.