Pa’l Norte Rock Festival 2012 en Monterrey

Los Concorde DJ Set

Mientras su banda principal se encuentra en un receso, Poncho Toledo, Julián Brody y Mauricio Clavería pasan el tiempo recreando y sampleando mezclas de sus tracks  favoritos como ‘Da Funk’ o ‘Blue Monday’, siendo un extra el que éste los lleve de tour. Experimentación con iPads y ritmos de batería acoplándose y complementando perfectamente a beats cambiantes, recibieron energéticamente a un recién llegado público, y sin importarles la nula respuesta, atacaron sin parar los 25 minutos. El concepto destinado para ser cobijado por la noche se las ingenió para mantener una buena vibra a las 2 de la tarde.

Bengala

Pareciera que la presencia de Diego Suárez crece cada día que pasa. Al coincidir con la llegada del público, Bengala proclamó el derecho al escenario ‘Indio Pa’acá’ para promocionar ‘Sigue’, estrenado en Febrero. La magnitud de las vocales de Suárez representaron el todo para la banda, y en las mismas baladas que tanto contrastan con sus primeros trabajos, y que han separado a su fanaticada en partes, se encontraron con los picos más determinantes de inestabilidad emocional, perfectos para cautivar a una receptiva y creciente muchedumbre.

Los Liquits

Tras 7 años de ausencia en la ciudad, Liquits cubrió el vacío de una vez por todas. Un nivel de maestría en la interacción con los asistentes y en la progresión del material en vivo, los colocó como uno de los highlights del evento. Desataron con todo poder su synth rock donde la prioridad es reiterar la banalidad del momento, y celebrar el performance como si fuera el mayor logro de tu vida. Es indudable la capacidad para crear el concepto de “buen rato” en sus propios parámetros, y hacer que todos se sumerjan en este.


Technicolor Fabrics

Santificados como los resucitadores de la escena independiente en Guadalajara, y con un seguimiento que crece mes con mes en Monterrey, gracias a sus continuas visitas, inundaron el escenario principal con sus airosas vocales y synth pop etéreo a media tarde, y fueron responsables de la primer muchedumbre del día. Aunque la vibra que reflejaban, hacía pensar que su tono era más sofisticado que el que corresponde a un evento masivo, o al menos así lo hicieron sentir, y aún sin el recurso de luces que comúnmente los acompaña, su sensibilidad pop no se vio tan diluida al derramar el sonido a lo largo y ancho del parque.

Enjambre

En promoción del cuarto material, segundo con EMI México, “Huéspedes del Orbe”, la banda de californianos originarios de Zacatecas exhibió parte importante de su catálogo. Dejó a un lado la crítica a su constante interpretación diluida del sonido popular neoyorquino/londinense en el indie rock a principios de la década, y lograron recibir una fuerte retroalimentación del público que los vitoreó hasta el cansancio. La profunda voz de Luis Navejas le dio el brillo necesario a un performance bastante premeditado.

Carla Morrison

Para cuando Carla pisó el escenario, el arribo continuo al Parque Diego Rivera lo acercaba a su total capacidad. Embelesó a propios y extraños, y con un performance cautivador logró una de las construcciones instrumentales mas completas del día, en una alternación sólida de sus más rítmicas y letárgicas interpretaciones. Su destilación emocional embriagó al público de nostalgia y recuerdos. Su fanaticada marcó el performance, coreando cada palabra, que al momento de crear harmonía con la aguda voz de Morrison, conjugo un espectro tanto sónico como de apreciación mutua.

Los Bunkers

La banda México-chilena por excelencia se presentó demasiado temprano, si se compara la relación horario-magnitud, pero no pareció importarles. Con una actitud de completos rockstar generada desde el primer acorde, dejaron completamente vacío el escenario contrario y magnificaron el impacto aún más con cada tema tocado. El clásico cover de Los Ángeles Negros ‘Y Volveré’, enmarcó el categórico clímax de su performance, con un creíble y vulnerable Álvaro Silva destruyéndose emotivamente, al alargar cada segundo como si fuera el último.

Sussie 4

Tras un inicio en falso por razones desconocidas, el grupo tuvo que salir del escenario entre abucheos e insultos. Al momento de regresar, trabajaron con todo en contra y desde cero, superaron la hostilidad y se ganaron al público lentamente con sus ritmos más que bailables. Su participación en el Festival Pa’l Norte estaba programada como la última dentro de su gira de 3 años en apoyo de su ahora penúltimo material, para seguir en la promoción del recién estrenado “Radio Latina”, disco de covers de boleros con invitados en cada track y del que tocaron 3 en el festival, pero sentados sobre otro concepto en vivo.

A Band of Bitches

Lejos de estar sujetos a su bien construida estrategia de marketing, en la que envuelven el apocalipsis maya y el fin del mundo, Jonás de Plastilina Mosh y su proyecto alterno dejaron en claro la afinidad de su música para iniciar la fiesta. Literalmente actuando como profeta en su tierra, desató a su natal Monterrey con ritmos regionales y electropop cargado. Tras fallas técnicas con su guitarra, se dedicó a vaciar cervezas mientras daba su actuación. En el momento que empezó a sonar ‘Noreste Caliente’, primer sencillo con una filosofía que prácticamente define al festival en si, los vasos y vacíos volaron en el área, y marcaron uno de los más marcados clímax de la noche.

Kinky

En el que podría ser el show que definió el espíritu de fiesta de todo el festival, Kinky se robó parte importante de la noche con una recopilación de éxitos en un formato acoplado para hacer reventar a un público masivo. Quienes reunieron por sí solos a 17,000 el Junio  pasado, en evento gratuito del mismo parque, fueron el cabeza de cartel que más movimiento generó en el público, logró energía consistente y creciente hasta desbordarla en ‘A Donde Van Los Muertos’, con globos gigantes sostenidos por la extasiada  muchedumbre y sus gritos.

Zoé

La banda más coreada de la noche. Una presentación envuelta en un halo de misticismo por ser una de las únicas cuatro agendadas con equipo eléctrico en tierras mexicanas, y uno de los pocos performance antes de enclaustrarse en 2013 para la creación de su siguiente álbum. El repaso a su discografía, recibió una apreciación de culto de parte del público, que si bien no se fatigó bailando, cantaron con el alma entera cada una de las selecciones de la banda, dándole un aire religioso al ambiente. León Larregui se mostró carismático, e incluso ante las fallas del sonido e inminente pausa del show, comenzó a cantar a capella una fracción de su material solista.

Toy Selectah

El miembro de Control Machete y frecuente DJ local sufrió con la posición de horario para  conseguir atención del público, le faltó tiempo para mostrar los sonidos que lo consolidaron a nivel internacional, pero logró la función de no decaer el ritmo, y cumplió por 20 minutos como puente entre las presentaciones estelares de la noche. Su set estuvo lleno de apuestas conservadoras, re-mezclando Daft Punk y Skrillex, y a muchos dejó en espera de sus acostumbradas chispas innovadoras.

Calle 13

La simple expectativa de su presencia, había sido suficiente para que el escenario Pa’acá tuviera una mancha de gente permanente y creciendo a lo largo del día, y durante el set de Toy Selectah, ésta ya cubría más de la mitad del terreno. El nivel de ebullición alcanzó su cúspide con la aparición de Residente en escena, quien dio un performance prácticamente impecable. Junto con su banda de virtuosos trotamundos, propinó hit tras hit entremezclados con exclamaciones de apoyo al movimiento ‘yo soy 132’. Todo a un público ya cansado por la larga jornada, pero que inmediatamente pasó al trance de los versos, por muchos memorizados de corazón y explayados a todo pulmón. Después de cumplido su horario de presentación, retrasó a Los Amigos Invisibles para despedirse con ‘Latinoamérica’.

Los Amigos Invisibles

“Estamos acostumbrados a cerrar festivales” comentaron en su conferencia de prensa. Para un conjunto de fiesta orgánica enfocado al dance, tener este puesto es tal vez la mejor de todas las opciones. Limpiando al público de gente cansada y ya satisfecha del evento, recibieron  un mar de gente eufórica que cruzaron corriendo y bailando hasta llegar al segundo escenario, donde ellos ya habían empezado las primeras notas, y donde el recibimiento fue recíproco. Hasta casi las 2 de la mañana, y exponenciados por el estado post-tempestad, lanzaron una selección tanto de temas suyos como covers específicos que encasillaron fielmente un estado de hiperactividad antes de la inevitable muerte.  Y aún siendo los últimos ecos resonando, mantuvieron la esencia en el ambiente y la gente en la clausura del evento.