El Foro Dinosaurio, en las entrañas del Museo Universitario del Chopo, se encontraba totalmente lleno, se podía observar una peculiar mezcla en el público, entre estudiantes de preparatoria y universidad, hasta intelectuales que rozaban los cincuenta años.
Aproximadamente a las 8:15 de la noche, subió al escenario Chema Arreola, para presentar el espectáculo, prometiendo que sería una experiencia inolvidable.
Terminando la breve presentación, subieron al escenario Diego Herrera, Alfonso André, Federico Fong y Javier Calderón, inaugurando la velada con un explosivo cover a ‘Hawai 5.0’
Los primeros aplausos de la noche llegaron, Herrera, André y compañía, continuaron con un tema que parecía improvisación para que sorpresiva, pero esperadamente por los asistentes, entrara en escena Juan Villoro, quién se colocó detrás del micrófono, al lado de la mesa con libros y hojas fotocopiadas, completando así la formación de Mientras Nos Dure El Veinte.
“Vamos a cantar una serie de historias habladas… todas las canciones de rock surgen de un momento, un lugar específico que luego desaparece para siempre” así se presentó el escritor frente a la audiencia y procedió a interpretar ‘1983’ (Madonna de Guadalupe).
A mitad del show, Villoro se dirigió nuevamente a la audiencia, en esta ocasión sin usar figuras literarias ni prosa ritmica “Nosotros nos preguntamos si es posible cambiar la realidad que nos lastima, podemos empezar a cambiarla. Cuenten con nosotros los números que representan la justicia y la esperanza” y así comenzó el recinto a contar del 1 al 43, finalizando con un grito de justicia, mostrando así su apoyo a los familiares de los normalistas de Ayotzinapa.
Mientras Nos Dure El Veinte es el proyecto donde Herrera, André, Fong y Calderón, musicalizan cuatro historias del libro “Tiempo Transcurrido” de Villoro y el resultado es simplemente espectacular.
Con cada giro de las historias del escritor, la música cambiaba, giraba, y se acoplaba perfectamente a los diversos momentos: el del ataque a Magali y su pareja en ‘1983’, la transformación al glam rock de Toño, Nabor y Alvarito en ‘1973’, los planes de Nicolás para asesinar o envenenar a Juan Pablo II en ‘1979’ y el punk rabioso que Phonsy Asshole y compañía tocaban en ‘1975’ fueron musicalizados perfectamente por la alineación all star de músicos mexicanos.
Juan Villoro dejó la pluma y la libreta para convertirse en un auténtico rockstar, dominando al escenario como si hubiera nacido para estar frente al micrófono.
Después de presentar a la banda con una tonada de bossa nova, Villoro, Herrera y compañía abandonaron el escenario, pero volvieron tras la petición del auditorio, concluyendo la noche con Juan recitando ‘Chicago’, una historia que hermana a la ciudad estadounidense con el DF.
Poco más de una hora de espectáculo bastaron para conquistar a un Museo del Chopo donde la mayoría de asistentes llegaban sin saber qué esperar y salían con una enorme sonrisa de satisfacción, después de un espectáculo que amalgamó a la perfección la música y la literatura, de esos que tanta falta le hacen a México.