//Por: Manuel Baca
//Fotos: Vidal Cruz
Metallica tiene una relación con México que viene de mucho tiempo atrás, de una época donde no había redes sociales, smartphones, plataformas digitales y no estábamos viviendo la globalización a todo su esplendor. Aquel lejano 1993, donde incluso muchos de nosotros aún ni nacíamos, fue el año que en que México que dio la bienvenida por primera vez al monstruo llamado Metallica, y desde entonces, quedó definido que el suelo azteca y su gente querían Heavy Metal.
Este 2017, 24 años después a esa primera vez en nuestro país, Metallica volvió para dejarnos en claro a todos el por qué son una de las bandas más importantes, poderosas y gloriosas de la actualidad. Regresaron a nuestro país con un nuevo disco bajo el brazo, “Hardwired to Self-Destruct”, el cual los fanáticos de la agrupación aceptaron de manera increíble y estábamos seguros que nos ofrecerían un show memorable.
Llegamos al Foro Sol alrededor de la 18:00 hrs del 1 de Marzo, el ambiente ya estaba cada vez más en sintonía con la celebración de esa noche. Playeras negras, cabelleras largas, chalecos parchados, y demás parafernalia se podía ya ver tanto en los cuerpos de los asistentes como en los puestos de merch oficiales y no oficiales, claro, eso sin olvidar la palabra “Metallica”.
Mientras más nos adentrábamos a las entrañas del Foro Sol, se podía sentir la emoción y el calor de la gente cada vez más fuerte. Sin duda todos los que asistimos estábamos expectantes de que nos depararía el concierto, podíamos escuchar entre la gente comentarios de todo tipo; que si tocarían “Master of Puppets”, que si van a tocar más del nuevo albúm, que si la voz de Hetflield sonaría bien esa noche, que si van a ser 15, 20 o 30 canciones. Muchos comentarios que sin duda proyectaban la emoción del público.
Al entrar a la pista del Foro, lo que veíamos a primera instancia nos volaba la cabeza. Un escenario con una estructura increíble, pantallas de enormes, torres de iluminación y pirotecnia, sin duda nos dejaron sin palabras, la producción del concierto se veía de primer nivel, algo a lo que Metallica ha acostumbrado a todos sus fanáticos para sus presentaciones.
En el escenario ya sonaba Cerberus, banda mexicana de trash y heavy metal que a su manera se ganó al público que llegó temprano al venue. Previamente los había visto varias veces, pero esa noche era especial, ellos sabían que esto eran las grandes ligas. Dieron un show digno de cualquier banda abridora, riffs, ritmos acelerados y solos de guitarra empezaron a inundar el Foro Sol. Después de cerca de media hora, la banda se despidió del escenario y dio paso a que se preparara todo para el siguiente acto, el cual no era cualquier acto, si no que hablamos del mismísimo Iggy Pop.
Como si fuera suficiente para nosotros el llegar al Foro Sol a un concierto de Metallica, no eran las únicas estrellas de la noche, primero faltaba recibir en el escenario al increíble Iggy Pop, un combo que todos, y repito, TODOS los asistentes agradecimos bastante, pues pocas veces se tiene la oportunidad de ver a un grande abrirle a otro grande, y menos de esta magnitud en nuestro país.
Cerca de las 7:30 de la noche, Iggy saltó, literal, al escenario. Desde el momento que piso la plataforma del Foro Sol, el público se inclinó hacia él, todos empezamos a bailar, saltar y a cantar junto con el. Es impresionante la fortaleza y el espíritu que tiene Iggy en el escenario, pues durante cerca de una hora, el no paró ni un instante a tomar aire. La presencia que tiene en el escenario nos dice él porque es la leyenda que es, se entrega a su público y su público a él, les canta, les baila y los seduce con sus movimientos. Nos dio un recorrido por muchas de sus magníficas canciones como “I wanna be your dog”, “Passenger”, “Sixteen” y muchas otras más. Esperábamos escuchar un poco de su más reciente disco “Post-Pop Depression”, a mi parecer, uno de los mejores discos del 2016, pero sin duda tendrá que ser en otra ocasión… Sin embargo, el show de Iggy Pop fue increíble, sin duda alguna dejo a un público más que contento y más que listo para Metallica.
Después de que Iggy abandonara el escenario, esperamos cerca de media hora en lo que el equipo de producción realizaban los ajustes necesarios para que el monstruo tomará control del Foro Sol, hasta que cerca de las 9:30, las luces se apagaron, el público gritó emocionado y empezó a sonar “The Ecstasy of Gold”, canción que todos los fanáticos identifican, pues sabe lo que significa eso, significa que ya es hora de Metallica. La gente coreaba esta canción mientras en las pantallas se veía una proyección, y cuando terminó, empezamos a escuchar a lo lejos el intro de “Hardwired”, en ese momento la gente empezó a saltar, se podía sentir el piso del Foro Sol moverse por los saltos del público, y en un abrir y cerrar de ojos Metallica ya estaba en el escenario.
No podíamos creer lo que veíamos, las pantallas proyectaban a la banda tocando en vivo en conjunto con audiovisuales increíbles, el sonido era fantástico y el público estaba más que entregado a Metallica, yo en lo personal no sabía ni a donde voltear, eran tantas cosas que sucedían simultáneamente que se volvió una experiencia increíble.
Continuaron con “Atlas, Rise!” y después de esta canción, James Hetfield se tomó unos momentos para saludar a la gente y agradecerles que estaba con ellos esa noche, a la par de que menciono que no les importaba de donde eras, que idioma hablaras o de qué color es tu piel, que tu eras parte de la familia, su familia y que nadie podía cambiar eso, obviamente haciendo referencia a los momentos que vivimos actualmente en el ambiente geopolítico. Después continuaron con “For Whom the Bell Tolls” “The Memory Remains” y “Welcome Home (Sanitarium)”.
La emoción de la banda no se podía esconder, tanto James, Lars, Kirk y Robert estaban muy contentos de estar ahí, mencionando en repetidas ocasiones que sentían que México era su segunda casa. Balancearon perfectamente las canciones de su disco nuevo con las ya clásicas de su repertorio, “Moth Into Flame” de su nuevo álbum sonó increíble y la gente ya se sabía las letras, pero también tocaron “One”, “Sad but True”, “Fade to Black”, “Master of Puppets” y obviamente “Seek & Destroy”, en esta última proyectaron unos pequeños recuerdos de su visita en el 93, algo que a muchos de los asistentes ya más grandes les llegó al corazón.
Salieron unos minutos del escenario y volvieron para rematar con “Fight Fire With Fire”, “Nothing Else Matters” y cerrar con broche de oro con la canción más coreada de la noche “Enter Sandman”, donde al final, sacaron todo el arsenal, cientos de fuego artificiales bañaron el cielo del Foro Sol y alrededores y la banda, después de casi 2 horas y media, se despidió de escenario.
Sin duda alguna todo quedamos maravillados, extasiados y con la cabeza en el cielo después de este concierto, pues Metallica nos enseñó la comunión que tiene con México, la energía que le da y la energía que recibe de él. Aquel público que algún día soñó con Heavy Metal, por fin se redimía frente a los grandes.
Gracias Metallica, son grandes.