Pese a haber iniciado su carrera como baterista, el destino puso rápidamente a Mark Lanegan en su lugar. Un cantante y compositor que hipnotiza sobre el escenario con las frases de pérdida que canta con su distintivo barítono.
El ex-líder de Screaming Trees y ex-colaborador de Queens Of The Stone Age se presentó ayer como solista dentro de las instalaciones del Plaza Condesa, su primer concierto en seis años dentro de la ciudad, y una cita obligada para aquellos seguidores de las canciones sombrías y la nostalgia grunge.
A las 20:00 hrs la zona general del lugar se vio con una asistencia muy pobre, alrededor de 50 personas vestidas con playeras de Mad Season y Pearl Jam vieron con curiosidad a la banda abridora. Los citadinos de URRS Bajo el Árbol presentaron al rock con toques de psicodelia de su segundo disco de estudio, el Multiverso (2017), que consta de largas secciones con instrumentos de aire como el saxofón y el clarinete.
Pese al histrionismo del vocalista Mauricio Soto y de la energía de los cinco músicos que lo acompañaron en la ejecución del concierto, el público no se mostró muy receptivo a su música. En ocasiones se compartieron aplausos, pero la asistencia no ayudó a que la banda levantara su recibimiento aun y con sus mejores intentos.
Tras media hora más de espera y con unas 300 personas más entre el público, Mark Lanegan salió al escenario bajo unas luces cegadoras, acompañado únicamente por la tecladista Shelley Brien y el guitarrista Marshall para presentar a su último disco de estudio como solista, Gargoyle (2017).
Inició la noche con ‘When Your Number Isn’t Up’ sin previo aviso y continuó con el clásico ‘Hit The City’ de su disco Bubblegum (2004). Los coros originales de PJ Harvey fueron sustituidos por la voz de Shelley, quien hizo un gran trabajo acompañando a Lanegan en la mayor parte de las canciones de la noche.
El animo nunca subió, pero Lanegan logró mantener la hipnótica atención sobre el escenario con un buen puñado de “canciones tranquilas”, a palabras del propio cantautor. ‘Nocturne’, ‘Emperor’, ‘Goodbye To Beauty’ y ‘One Hundred Days’ fueron cantos tortuosos al amor previo, a las personales ‘Sister’ y ‘Strange Religion’ cuyo loop logró entregar una de las canciones más aclamadas de la noche.
‘Morning Glory Wine’ precedió a ‘One Way Street’ cuando el polémico artista de 53 años de edad dejó por primera vez de aferrase con fuerza al micrófono para agradecer al público con un “muchas gracias, es genial estar aquí. Fuero seis años de ausencia, demasiado”.
La banda regresó con un encore que incluyó al clásico de Screaming Trees ‘Halo of Ashes’ y prosiguió con ‘Bleeding Muddy Water’ y ‘I Am A Wolf’ para dar fin a una noche relajada que se distinguió por la obscura atmósfera que Mark Lanegan logra crear con un secuenciador, un sintetizador, una guitarra y dos voces.