Después de casi 15 años de atender el festival más influyente del Continente Americano en el desierto californiano, la perspectiva de vivirlo como un asistente más, lejos de una cobertura o de un compromiso profesional, me permite presentarles los puntos altos y bajos, de la edición 2017. Cualquier subjetividad aparente, es una consecuencia.
High
Radiohead. Nuevo show con increíble producción visual y el mejor momento del grupo; hay buen humor en el ambiente; bromas, sarcasmo y la mejor forma de sobrepasar el momento difícil de falla de audio del primer fin de semana: “This time maybe you can hear us…” Thom Yorke.
Low
Lady Gaga. Ya no representa lo diferente. Representa exactamente de lo que se quería alejar en sus inicios. El show es cursi, predecible y no merecía una posición de headliner en un festival así. No es Beyoncé.
High
Lady Gaga. Cantó “Alejandro” en mi cumpleaños. Recordé que gracias a ella cualquier anglosajón puede pronunciar mi nombre.
Low
Bon Iver. Su concierto fue tan bueno, que debió haber durado 6 horas.
High
Moderat. Como siempre, impecables visuales y show en vivo. Gran momento del escenario Mojave.
Low
Nicolas Jaar. Atrapado en su propia rareza y no propiamente en su experimentación. Debió estar antes de Moderat y no posterior. Tuvo la mitad de gente que ellos, con un show pobre (con humo saliendo cada tres minutos como si fuera repelente). Aunque fue interesante verlo cantar, sería buena idea que el diseñador de visuales e iluminación de Röyksopp, Justice o incluso Moderat, le dieran su tarjeta. Incluso el de Lady Gaga funcionaría mejor…
High
Californias’ Weed. Gran acierto haberle preguntado al hombre con la playera de “Weed Maps” a qué se dedicaba su compañía.
Low
Yuma. El escenario que emula un club con los mejores DJs (de club) del mundo, logró mostrar lo difícil que es entrar a cualquiera de los clubes más importantes del planeta. Filas interminables y colapso total para ingresar.
High
Nueva posición de Mojave y Gobi. Coachella ganó un nuevo espacio recorriendo estos dos escenarios al límite del terreno (antes de llegar a la calle). Mucha mejor circulación de la gente y mejor vista para todos.
Low
Estacionamiento. Estas modificaciones les deben haber permitido vender más boletos, por lo que el domingo ocurrió la peor crisis para encontrar “Parking” en Coachella en años. Hasta tres horas de filas, trayendo como consecuencia gente que no llegó a ver a sus actos favoritos y que ahora quieren demandar al festival.
High
New Order. Es como si fueran un software de los 80 y le hubieran dado por fin un mega update. Es el mejor show que ha montado New Order en su historia. Versiones bailables de clásicos, visuales impecables y el último show en cerrar el festival.
Low
Kendrick Lamar. Me distrajo tanto, New Order, que apenas pude ver unos segundos de “The Young Prince”. Me lamento pero no me lamento.
High
Lorde. Hermosa, real, honesta y acorde a su momento de vida y profesional.
Low
DJ Khaled. La fiebre por él y el sobrecupo de Coachella, le dieron al escenario Sahara el peor lleno de su historia. Gente desbordando el transito, dificultando accesos y en peligro de haber provocado un accidente.
High
Buen intento la primera app de Coachella (quizás de un festival) con aplicaciones de Realidad Virtual. Se siente el 2017.
Low
Estacionamiento. Una vez más… Y es que de plano nadie sabía dar información y tuve que pagarle 45 USD a una señora mexicana y a sus sobrinas para guardar mi coche en su casa. Lo peor es que 6 coches más lo hicieron después de mí y tuve que esperar a que se fueran para poder salir.
Ultra High
Hans Zimmer. Una orquesta en el desierto, con los temas de los scores más importantes del cine, todos creados en California. No hay más local y relevante que esto.
Super Low
Estacionamiento??? Ufffff… Ni los que compraron VIPs no podían pasar tampoco.
Sabemos que cada edición de un festival como este, involucra cambios para su crecimiento; ansioso de seguir la tradición y de presenciar cómo Coachella seguirá marcando tendencia en 2018.