El pasado sábado 2 de marzo se llevó a cabo la décima edición de Festival NRMAL, una de las ediciones más completas del festival tanto por el line-up que nos presentó en donde se presentaron actos nostálgicos, hasta lo más novedoso del underground nacional.
Fueron 11 horas de música en vivo, representadas por 17 actos cuidadosamente seleccionados por la curaduría del festival. Esto es lo más relevante del Festival NRMAL 2019. Un encuentro violento entre headliners de hip-hop vanguardista, precursores del space-rock y grandes cantidades de talento underground.
Los sonidos del atardecer le pertenecieron a la banda tijuanense, Mint Field, quienes se apoderaron con su melancólico estilo shoegaze y noise pop del Escenario Negro, donde el dúo conformado por Estrella Sánchez y Amor Amezcua, acompañadas en el bajo por Sebastián Neyra, demostraron porque son una de las bandas mexicanas más prometedoras de su generación.
Entregándonos pasajes sonoros de su álbum debut Pasar De Las luces (2018) y de su recién estrenado EP titulado Mientras Esperas (2019), Mint Field complació a los asistentes con temas como ‘Quiero Otoño de Nuevo’, bellísima pieza instrumental que conectó de forma inmediata con los que están presenciando la actividad de la banda mexicana. Otros de los temas celebrados fueron ‘Cambios Al Pasar’ y ‘Ojos En El Carro’, que fueron bien recibidos por los fans y curiosos que se acercaban atraídos por las bellas atmosferas creadas por Mint Field, encontrándose una deliciosa sorpresa.
El estilo cósmico de banda liderada por el enigmático y talentoso Jason Pierce, también conocido como J. Spaceman, alter ego del músico británico, nos regaló junto a su banda, uno de los mejores momentos en la historia del festival. En un estado de levedad infinita, Spiritualized inició con un golpe en el espacio, ‘Come Together’ se convirtió en el tema encargado de abrir las actividades en el Escenario Azul, mejor inicio imposible, uno de los temas más reconocibles de la banda inglesa.
El viaje espacial incluyo un recorrido sonoro por gran parte de la discografía de los británicos, desde temas clásicos como ‘Shine A Light’ y ‘Stay With Me’ pasando por temas más contemporáneos como ‘Soul On Fire’ y ‘So Long You Pretty Thing’, momentos que agradecieron los fanáticos de la vieja guardia, mientras que para los iniciados en su obra, tocaron en su mayoría varios cortes del nuevo álbum, And Nothing Hurt (2018), siendo ‘I’m Your Man’ y On The Sunshine’ las más festejadas por los cientos de asistentes que se abarrotaron para presenciar uno de los actos estelares del Festival Nrmal, quienes cerraron de forma brillante su presentación con ‘Oh Happy Day’, tema del músico góspel Edwin Hawkins, el cual Spiritualized utiliza de forma recurrente para cerrar sus live-act de una manera épica.
Hope Sandoval y David Roback nos entregaron uno de los momentos más celestiales en los 10 años del festival Nrmal. Siendo esta la primera vez de Mazzy Star en nuestro país, las expectativas eran enormes por disfrutar de una de las voces más hermosas y talentosas de la década de los noventas. Con una atmosfera cargada de solemnidad, el escenario a obscuras en su totalidad, iluminado de forma tenue junto a un conjunto de pequeñas luces que adornaban de forma tímida el atril del micrófono principal, se asomaba la encantadora presencia de Hope Sandoval, quien hacia brillar el escenario con los primeros destellos de su voz y sonidos de su armónica como cómplice, siendo la melancólica ‘Flowers in December’ la encargada de arrancar con la presentación de los californianos.
En uno de los momentos más orgánicos de la noche, aparecían temas clásicos como ‘Ride On’ y ‘Look On Down On The Bridge’ que hipnotizaban a todos los que abarrotaron el Escenario Azul. El momento histórico sin duda lo dio cuando comenzaron a sonar aquellos acordes de guitarra tan reconocibles de ‘Fade Into You’, uno de los grandes clásicos de la década de los noventas y una de las canciones más reconocibles de la banda, canción que lleno de lágrimas y emotividad más de uno, además de romper con la solemnidad que hasta ese momento había caracterizado la presentación de Mazzy Star.
Tuvieron que pasar diez años para que llegara a México este trío de Sacramento, California. Iconos de una generación post-internet, Death Grips logró imprimir el sentir de una Generación Z agobiada por la sobre-información con líricas terribles que retoman lo más duro del hardcore hip-hop para expandirlo a historias de horror verdadero. La intensidad de sus relatos se equilibra con el amalgama futurista que carga con influencias del noise electrónico, digital hardcore, metal industrial, IDM y electro punk, creando una atmósfera de verdadero terror a su alrededor, repleto de momentos catárticos que se imprimieron en lo más profundo de los cientos de escuchas jóvenes que se reunieron desde muy temprano para verlos en el cierre del festival.
Desde varios minutos antes del fin de la presentación de Mazzy Star, el deportivo se silenció ante los gritos de “Death Grips, Death Grips” del público, llamando al trío con cantos en honor a MC Ride y compañía. Los tres salieron rápidamente para hacer un pequeño soundcheck en el cual ya se empezó a sentir la intensidad del público a nuestro alrededor. Calientes, los adolescentes de alrededor fijaron sus ojos sobre el escenario y empezaron a golpear con fuerza sus cabezas ante los primeros beats de Zach Hill. Al poco tiempo, la escena se transformó en el panorama de un mundo post-apocalíptico, con decenas de muchachos sin playera, golpeándose mientras bailaban, derramando el sudor acumulado tras horas de espera ante la pasividad de bandas como Mazzy Star y Spiritualized.
El set no fue largo, pero estuvo repleto de canciones reconocidas a tal punto por su público, que se sintió como un concierto de grandes éxitos. Hitazos de una banda que nunca ha entrado a las listas de éxitos, sonaron canciones de The Money Store (2012) al Year Of The Snitch (2018) una tras otra, sin ningún tipo de interrupción. Fue un viaje de locura a través de la cabeza de una de las agrupaciones más únicas e importantes de la década.