Desafortunado, es la palabra adecuada para englobar lo que pasó en el show de Holy Ghost! La noche de ayer en el Plaza Condesa.
Holy Ghost! Es un dueto de synth pop procedente de Nueva York. Con cuatro años de carrera y algunos sencillos, llamaron la atención del sello DFA, que es reconocido por su catálogo de bandas, porque ostenta proyectos bailables de calidad. Llámese The Rapture. Llámese Hot Chip. Llámese Hércules and Love Affair. Llámese LCD Soundsystem, el desaparecido grupo del cofundador de la disquera, James Murphy. En pocas palabras, lo que se esperaba anoche era otra cosa, menos lo que pasó.
La banda se presentó con cinco elementos y no dos. Tocaron sus cancioncillas exitosas: ‘Wait & See’, ‘Hold My Breath’, ‘It´s Not Over’. No se escuchaban nada mal, ni se veían apáticos, a excepción del vocalista, Nick Millhiser; quien se mostró con una actitud de flojera, que se podría confundir con mamonería.
El lugar tampoco estaba lleno. Apenas a la mitad. Y quizá por eso las cosas no marcharon bien.
La gente se veía insatisfecha, y al final fue peor, porque el concierto duró apenas unos cincuenta minutos, con todo y encore. La banda se fue una tras otra canción, sin intervenir, sin darle ánimos a la gente. Como que sólo cumplieron y dijeron adiós.
Eran las diez y media de la noche y todos estaban afuera del Condesa. Insisto, insatisfechos por pagar una fiesta que no valió la pena.
Y la productora del concierto Vive One intentó hacer lo suyo. Armó un after party gratuito con un DJ set de la banda en un restaurante a unos metros, pero la organización fue tan mala, que sólo empeoraron las cosas.
Uno de esos shows que pasó sin pena ni gloria en el DF.
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