Eran las cuatro y media de la tarde, estaba por llegar al Centro Cultural España cuando, a lo lejos, apareció una fila que se estiraba y se estiraba y se estiraba hasta llegar al Zócalo capitalino. 500 pulseras iban a ser repartidas para que 500 personas ingresaran a la presentación que se llevaría a cabo ese mismo día, alrededor de 200 personas se quedaron esperando afuera.
-“Uuuta, mira a todos estos chavos, la banda se va a prender bien cañón”, escuché decir que le decía un hombre cuarentón con guitarra en la espalda y chamarra de piel a un chaman , de su misma edad, mientras esperaba en la fila
Hawaiian Gremlins es una de las pocas agrupaciones de su sector que pueden generar lo que sucedió el día sábado. Sin promoción, sin una atención constante de los medios y sin el apoyo de una productora de un tamaño significativo, lograron atiborrar un espacio que está diseñado para que nunca tenga cupo completo. De entre dinámicas y conciertos, nunca había visto que alguien se quedara fuera del CCE y este trío de jóvenes de la ciudad lo lograron con ayuda de un par de buenas bandas de calentamiento.
Las chicas encargadas de dar las pulseras temblaban al ver la cantidad de gente que se quedaría sin pulsera pero, sin más, dijeron ‘hasta aquí’ y en eso quedó todo, ante la frustración de la gente.
-“No mames, está lleno. Ojalá la banda se la pase bien”, dijo Paco, guitarrista de la banda, viendo el aforo del Espacio X desde la puerta del mismo. Se mostraba emocionado, con los ojos bien abiertos apreciaba la cantidad de gente que estaba esperando por la primer banda de la noche, Eris Van Bloom.
-“Nos gustan mucho los Hawaiian Gremlins, desde hace mucho tiempo habíamos querido tocar en algún show con ellos. Cuando vimos la convocatoria no dudamos ni un segundo en enviarla”, me aclaró Eduardo Gante de Eris Van Bloom, agrupación que fue seleccionada para abrir el concierto gracias a una votación pública en la cual obtuvieron más de 2,000 votos. -”No imagínabamos conseguir tantos votos, nos sentimos muy agradecidos con los seguidores de Eris y con nuestros amigos que siempre nos apoyan en las tocadas. Lo que más nos sorprendió es que mucha gente que no tenía vínculo con nosotros, votara a nuestro favor”
Y vaya que la buena recepción que Eris Van Bloom tuvo dentro de la votación logró estirarse hasta llegar al día de la presentación. Con visuales llenos de flores impresionistas y de lagos tranquilos, Eris mostró un shoegaze agresivo y complejo, lleno de momentos in-crescendo y de hermosos puentes reinados por arpegios de guitarra a la Ride. En sus momentos más inquietos la presentación de este quinteto de la CDMX lograba armar mosh-pits intensos, mientras que aquellos introspectivos creaban una atmósfera estimulante.
El azul reinó al final de su presentación, una de las más concurridas que han tenido en sus tres años de carrera. -“A veces los colectivos trabajan con las bandas de siempre y nosotros, al no ser parte de ese círculo, tenemos dificultades para conseguir venues donde mostrar nuestra música”. Ojalá los colectivos tomen nota porque esta banda vale los conciertos que sean.
Mint-Field, la agrupación consentida del presente tijuanense, volvió a la ciudad tras una presentación tibia dentro del pasado Festival Marvin. Ya terminada la grabación de su disco debut en Detroit y con un bajista nuevo, Amor y Estrella se pararon sobre el escenario con una serie de instrumentos que variaban de guitarras y sintetizadores Korg a un theremin.
La presentación del dúo tuvo momentos cálidos en los que presentaron nuevas canciones y canciones ya icónicas para esta industria under, como Ciudad Satélite o Petty Box. Sin embargo, fue cuando Amor se hizo cargo del theremin y empezó a crear una atmósfera avant-garde junto a Santiago de Big Big Love en la batería y Estrella llenando de reverberaciones a la sala.
Santiago, Paco y Elías salieron a la sala media hora después e inmediatamente el lugar se pintó de un rojo intenso que incrementaba el calor que se vivía dentro, entre gritos y empujones, mientras mostraban a la primera canción de su próximo álbum debut, aún sin fecha de lanzamiento ni nombre, ‘Alcalá’ en una verdadera comunión que incluía a Christian Sanchez (Judas el Desgraciado) y a Santiago Mijares (Big Big Love) entre el gentío de instrumentistas que acompañaba a los tres guitarristas en el escenario.
Tras la partida de estos Elías volteó al público, dibujando su figura de rockstar complementada con unas gafas de sol, una pandereta en la mano y la confianza que lo ha caracterizado sobre los escenarios. Santiago afirmó ‘Hola, somos Hawaiian Gremlins’ y Paco tomó su guitarra para empezar a tocar las notas con las cuales la banda se introdujo en la industria independiente del centro del país, ‘Lonely Gizzy’ una canción que compusieron un día de hueva intensa, entre pizzas y Fifa, ahora estaba siendo coreada por cada una de las almas que se encontraban dentro del público. El piso del Espacio X empezó a moverse ante la cantidad de brincos que el coro ocasionaba y no pararon las vibraciones.
‘Give It Up’, sencillo de su segundo EP Girls calentó aún más las cosas con su carta de amor, mientras que el desamor de ‘Away’ y de ‘Don’t Feed Me After Migdnight’ no enfrió para nada a la gente, que seguía moviéndose frenéticamente de lado a lado.
Para ‘La Unión’ y ‘Little Bird’, el primer sencillo de su próximo debut, necesitaron otra vez de la ayuda de Judas el Desgraciado, con quien compusieron en colaboración ambas canciones.
En ‘Some’ Elías empezó a jugar con el público, aplaudiendo a lo alto y gritando la lírica apasionadamente previo a la introducción del ya típico ‘oa oa oa oa ohhh’ de ‘Bright Lights’, una de las favoritas en vivo de su público.
Los tres regresaron para terminar su set con una versión alargada, mucho más densa y reverberada, de ‘Intro’ y con ‘Closer & Closer & Closer’ canción insignia de esta agrupación que ha logrado sobresalir gracias a la sinceridad de sus integrantes, su sentido del humor y por la estética, sonora y visual, distintiva con la cual han estado trabajando a lo largo de los últimos tres años.
El Centro Cultural España nos vendió este evento como uno de los conciertos más importantes de la carrera de los Hawaiian Gremlins y; aunque no hubo la cantidad de rolas nuevas que creíamos que habría, sí sirvió para demostrar por qué el catálogo con el que cargan ahora es uno de los más amados que se hayan producido en esta década dentro del país.
Un set de más de 1 hora en el cual los chicos no dejaron de corear cada frase, de tararear cada línea de guitarra y de admirar la sinceridad de estos chicos que han logrado crear con ella una colección de canciones invaluable para todo aquel que ha logrado llegar a ella.