Ante los cambios que ocurrieron durante la espera de ésta tercera edición del festival, los amigos dieron la bienvenida con un abrazo de consume mexicano y apoyo para el acontecer actual en México; sismo al que se hizo referencia con mensajes de fuerza, unos más explícitos que otros pero con el mismo sentir.
El arranque llegó con Islas, un proyecto solitario en concepto pero acompañado en el escenario, su sonido dejó interpretar temas de El Viaje, una voz susurrante envolvió a los asistentes, fue así como Naufrago, uno de sus temas emblema culminaron con su participación.
Más tarde la luz que permeaba el Foro Niza 40 había jugado una mala partida a Sadfields, sin embargo una vez su oscuridad y presencia ensombrecieron e hipnotizaron al público; cuya característica particular siempre ha sido que para conocer su música hay que verlos en vivo, al menos en lo que ansiado Homesick sale, un debut esperado. Precisamente el escucharlos en directo es apreciar la forma en la que interpretan, son un trío que va subiendo de intensidad hasta llegar al borde del destrozo material enfatizado por su vocalista quien lo hace literal… Pero ¿Pueden sentirlos recorrerles el cuerpo con la sintonía que existe entre el bajo, guitarra y batería? Sí, así se siente ser espectador cuando tocan I Don’t Know Why.
Para el tercer acto, la pista se posesionó de pop y mucho baile a cargo de Fishlights, quienes en el escenario dieron muestra de cuerdas dulces, teclados tiernos para dar referencias cómicas recalcadas por la voz seductora del vocalista principal, con voz de énfasis a cargo de la tecladista. Un viaja galáctico vivido con Serpientes y seguíamos con el talento nacional.
Tijuana hizo su primer acto de presencia, el turno de Entre Desiertos llegó, mucha energía y variaciones seductoras ejemplificaron la fusión de ritmos que el quinteto representa entre cambios melódicos entre el rock y jazz. El público que ya llenaba la pista ya presentaba una constante entre movimiento de cabeza y baile lento, animo que no decayó durante el set desértico; Poco A Poco ya habían cumplido con la tarde.
La teatralidad y pasión desbordada fue a cargo Big Big Love, justo a la mitad de un gran día entre un combo que latía a la par del corazón de los asistentes y coros que se convirtieron en gritos y signos vitales del Niza 40 llegaron al clímax existencial de Immortality que hizo de su audiencia un ritual de emociones, entre los cantos y un baile brusco que sonó entre palmadas a un solo grito // We’ll achieve immortality by stealing all death.//
El garage de Policias y Ladrones, otra banda exponente de la querida Tijuas (ha dado bastante a la música emergente en los últimos años, gracias), el público era prácticamente suyo puesto que se desbordaban cantando canción tras canción, a la par de un mosh pit recurrente, mientras la noche caía Ni Triste Ni Contento es la definición del día, una vez más los recordatorios y mensajes de #FuerzaMéxico se hacían presentes mientras se podía seguir disfrutando del estar.
Potencialmente los “más grandecitos”, traídos de Long Beach, California cautivaron a los cdmexes (¿ya hay gentilicio oficial? ¿cedemecos?) un trió de influencias garage y sorf fue el sonido de antaño que se apodero de sus canciones, mucho baile y español gringo hizo bailar, tanto que se prolongaron en dos ocasiones, justo cuando decían que era su última rola (a petición de los organizadores). Todo ser humano ahí que estuviese inundado de chela y diversión, disfruto a la banda cuyos vocales son de todos en la agrupación, entrándose completamente en canciones como Red Headed Girl. Sí, son los Tijuana Panthers.
Los conejitos que pusieron el suspenso a la noche, sin máscaras y con playeras blancas salieron a hacer su prolongadísimo soundchek, que sí, sí valió la pena esperar al perfeccionismo danés comandado por Brian Batz quién se vio conmovido por el sismo de aquel 19 septiembre y quiso ser parte dé, ayuda moral y tangente. En fin, el misticismo que rodean las máscaras traspasó al público que llevaba las propias DIY, una noche que como apunta The Missing Steps // It’s exactly like a dream, like a dream// entre voces gatunas y melodías salidas del carrusel fundamentan un proyecto que hace vibrar, bailar y desvanecer la voz mientras se queda hipnotizado por una banda, que pareciese suave y relajante por parte de Sleep Party People y su muy esperada (¡finalmente!) presentación.
¡Qué bonito! Así muy cursi, aunque algunas bandas se crean muy rudas para el concepto, así estuvo el Friendstival, que haciéndole honor a su nombre, lograron que las bandas eliminaran esa barrera entre ellos y la audiencia, tanto como bajar de la zona del espectáculo a comer algo y encontrarte con ellos. Faneandoles a modo de meet and greet, chelear con ellos o tener una charla casual antes como parte del público. De igual forma es bonito porque a pesar de las risas y diversión no se quedó en el olvidó el momento que vive el país. Se le hizo un homenaje a la vida.