Por: Samantha López
He tenido la suerte de ver a muchas bandas sobre muchos escenarios. He tenido la suerte también, de ver a varias de estas bandas, muchas veces. Y hay algunas , que por desgracia, dejan de sorprenderte, porque en muchas ocasiones se vuelven rutinarias y hasta parece que tienen una coreografía marcada para cada momento de emoción.
Foals es una de esos grupos que no importa lo pequeño o grande que sea el venue en el que se presentan, siempre son gigantes. Y aunque sabemos que en cada gig, Yannis Philippakis, su vocalista, en algún momento del concierto bajará del escenario y se fundirá de una u otra manera sobre el público, siempre lo hace desde la emoción más profunda y siempre con la frescura de una primera vez.
La banda empieza el 2016 a tope con una gira que cubrirá casi toda Europa. Hace un par de años en España era una banda pequeña, aunque en Inglaterra fueran ya iconos. El año pasado cerraron con gran éxito el festival DCODE de Madrid, cosa que los hizo explotar por completo en el país, haciendo que tanto el concierto de Barcelona como el de Madrid estuvieran Sold Out.
Aunque Foals estaban anunciados para empezar alrededor de las 21:00, el antiguo Palacio de los Deportes de Madrid (ahora Barclaycard Center), se iba llenando desde que abrieron las puertas ya que tenían un telonero que en otros países cierra festivales.
Everything Everything empezó en punto de las 20:00 con sus característicos uniformes rosa y naranja con toda la potencia que merece abrirle a una banda como Foals. Después de 40 minutos se despidieron con “Distant Past” y una fuerte ovación que le calentaba el escenario a Foals.
21:20 una ola de gritos y “Snake Oil” del último disco “What Went Down” arrancaban el esperado concierto, que llevó a los fans de 0 a 100 en un instante y los mantuvo así hasta que se prendieron las luces. Las canciones más coreadas fueron “Mountain At My Gates”, “Inhaler”, la épica “Spanish Sahara” y por supuesto la más bailada antes del biz fue “My Number”.
No tardaron mucho en regresar para hacer el bis, donde llegó el momento en el que el vocalista bajó del escenario seguido por su nervioso equipo de seguridad y saltó sobre la gente para cantar sobre sus manos casi todo el tema de “What Went Down” y después volvía para cantar con ellos en la canción final “Two Step, Twice”, cerrando así un concierto que será mítico en Madrid y hará que la gente los siga por todos los festivales del verano. La única queja, que en mi opinión podría haber, es que el concierto fue un poco corto ya que tienen bastante material para dar un poco más.
Definitivamente creo que está es una de las bandas, al igual que Everything Everything, que son un “must” para ver en vivo, y de ser posible más de una vez.