División Minúscula en el Auditorio Nacional #WARPGigs

// Por: Staff

dom 9 octubre, 2016

Foto Cortesía OCESA

Lugar: Auditorio Nacional

Fecha: 08 October 2016

Belako fue la banda española encargada de abrir la noche de festejo que recibió a División Minúscula en el Auditorio Nacional, en una fecha que seguramente será recordada en la memoria de la banda y los asistentes. Su primer Auditorio con un gran público.

Entre el cambio de equipo, la gente demostraba que el rock sigue fresco con relajo desde que comenzaba el mismo. Con una imagen elegante el quinteto comenzó su “Día de juicio” tras aplausos, gritos y personas de pie que celebraban el comienzo del show. Al termino de su primer canción las luces se apagaron y llegó ‘Frenesí’ entre sombras y gritos de personas de todas las edades, claro que en su mayoría éramos fans que los seguimos desde sus primeros pasos.

El cuerpo envejece, pero el espíritu rockero de la banda no. Cada palabra, cada acorde y cada sentimiento logra erizar la piel con esa voz profunda que exige atención. ‘Mis Terrorista’ hizo lo suyo, simplemente apareció y dejó ver que al contrario de lo que algunos llegaban a pensar, División sigue dando material valioso. De nuevo las luces se esfumaban y entre susurros comienza ‘Sin Nombre’ que, a pesar de que la gente tranquilizó su euforia, los fans de corazón se mantenían brincado con sus playeras de División casi tatuadas en la piel.

Luces fuera y el sentimentalismo se asomaba con la última canción ‘Secretos’ de su nuevo álbum que mantenía a los seguidores con ansias de poder saltar, gritar y aventarse como en los viejos tiempos en el Chopo.

El fondo mostraba un puente mientras comenzaba ‘Televidente’ con una sonrisa en el vocal y las voces de la gente que acompañaban el éxito de Extrañando Casa (2001), por supuesto que los asientos estorbaban para los que queríamos saltar hasta romper el piso. La canción que da nombre al álbum, ‘Extrañando Casa’, movía las cabelleras con un juego de luces moradas, terminando entre luces tenues que daban paso a ‘Feliz 1er Aniversario’ que transportó a esas primeras tocadas donde lo rebelde brotaba y provocaba salir de casa sin permiso.11

Javier agradecía su primer auditorio con el XV aniversario de su primer álbum recordando los tiempos en Matamoros. Cuando las luces se fueron se escuchó ‘Simple’ canción de mi adolescencia que se hacía presente cuando en esas tardes con mi mejor amiga jugábamos a ser grandes, a ser rebeldes, simplemente a ser rockeras. El fondo cambiaba a blanco y negro, y con esto nos adentrábamos a la segunda etapa en el set ‘Veneno Es Antídoto’, parte de Defecto Perfecto (2006). En el cambio de luces vacilantes, la emoción de los contemporáneos seguía, mientras la canción nostálgica ‘Soundtrack’ nos volvía guitarristas y vocales a su vez, aún con unos pequeños errores que pasarán al olvido gracias al exitoso show con el que nos agradece su vigencia.

La cámara mostraba esas ganas de los guitarristas por dejar el alma en el escenario mientras Javier subía esos cuerpos al aire para ‘Cada Martes’ que hacía girar a las personas para invitarlas sin palabras a corear “en casa nieva cada día” donde un relajo total prendió el lugar. ‘Me Tomé Una Pastilla’ comenzó aunque no sonaba igual y es que una década ha pasado desde que yo cantaba esa melodía a mi primer amor, ese amor de adolescentes que se disfruta en el cuarto con la canción a todo volumen, claro, el sentimiento aún llega, pero la banda ha mutado esos gritos de goce que demuestran que los años no pasan en vano, los gritos no hacen ruidosa una canción, es el alma plasmada que la vuelve inolvidable.

El vocalista Blake contaba que su sueño se hizo posible, llegar a dicho foro con tanta importancia mientras una lagrima corría por su mejilla y sonaba un fragmento del pasado. El escenario se pintaba de rojo y ‘Sognare’ mostraba siluetas de esa melancolía con una versión light de esos ayeres en los que el amor dolía, sin olvidar la parte en que las guitarras te hacen mover la cabeza de arriba a abajo cuando la batería hacia su parte con el pie pegando al piso una y otra vez. Como siempre, las dedicatorias no faltaron y esas parejitas se abrazaban cada vez más fuerte con el paso de la canción.

Sirenas (2008) se asomaba detrás y ‘Muriendo En Un Simulacro’ prendía las luces al ritmo de la canción mientras que los demás nos volvíamos frenéticos. El silencio reinaba mientras preparaban ‘Tan Fuerte, Tan Frágil’, un fragmento de su tercer disco que fue recibido entre gritos y saltos tímidos cuando de Javier salía un simple “Hey” que solo los jóvenes alcanzan a entender, esa profundidad que hace un llamado a aquél dolor primerizo. Infinitos aplausos agradecían esas palabras.

‘Control’ empezaba mientras que ‘Nuestro Crimen’ hacía gritar a las personas desde los primeros segundos en los que esa mano subía a la cara mientras un sujeto cantaba el coro y un gesto con sabor a recuerdo se brotaba; la mayoría seguía aplaudiendo al ritmo y con gesto de satisfacción acompañaban el esfuerzo de la banda. Nadie mostraba signos de cansancio. Nadie mostraba inconformidad. Nadie quería que esto acabara.

Mientras ‘Luces De Esta Ciudad’ comenzaba de la nada, los gritos y las luces vibrantes jugaban con ese orgullo, era la emoción contra la razón, algo que solo Javier y compañía disfrutan, es esa emoción que te hace gritar a todo pulmón la letra moviendo la cabeza de un lado a otro.

El set acústico comenzó con ‘Préstame Tu Piel’ y los aplausos agradecían ese sentimiento plasmado en una melodía llegadora. Los preparativos a la siguiente canción sonaban a cuerdas de guitarra suave mientras la banda regresaba para ‘Casa De Cristal’ que sonaba un poco diferente, algo country distinto a lo que estamos acostumbrados, pero no importó ya que todos bailábamos con cara de extraño. Sí, el sonido country seguía mientras la noche pasaba y ‘Cursi’ en su versión acústica sonaba más relajada, cosa que no importó ya que salió el adolescente que le canta a su primer amor moviendo nuestros cuerpos como péndulos bajo el sonido country.

‘Maquillaje’ ya regresaba a la normalidad mientras Javier esperaba su entrada en la segunda estrofa y aunque en pista faltaban esas almas locas que disfrutan de un buen rock, en el venue los asistentes disfrutábamos a corazón abierto del ceño fruncido que Javier marcaba. Con su voz en la penumbra comenzaba ‘Año Nuevo’ regresaba a Sirenas (2008), es esa profundidad con un toque de esperanza. Gracias a las mentes pensantes de los asistentes, pocos celulares se veían, lo que demuestra que se disfrutó como antes se hacía. Javier nos preguntaba cómo íbamos, pero la noche pasaba y sabíamos que todo lo que empieza tiene que acabar, aunque todavía no era tiempo ya que faltaban algunos éxitos.

La manta de División (2012) colgaba y Javier orgulloso la señalaba mientras se preparaba pronunciando unas palabras que daban bienvenida a ‘Humanos Como Tu’, tema que dedicó a “tú sabes quién eres” para rematar con un “te amo Charly”, mientras comenzaba la melodía. ‘Señales’ reflejaba el poder del álbum semi-homónimo con personas que subían y bajaban inquietas, unas más brincaban y se movían en su lugar con una guitarra imaginaria entre sus brazos. Durante el cambio varias personas no dejaron de moverse aún sin música de fondo eso demuestra la emoción que se logra en un buen concierto. ‘Cazador De Sueños’ alborotó cada segundo con ese grito en cada palabra donde después la batería y guitarras alzaban los puños para terminar en un salto al comienzo de esa “densa oscuridad”.

Mientras sonaba ‘Diamantina’ el frontman comparaba “D.F.” con “Ciudad de México” para ver cuál resultaba más ruidoso y agradeciendo de nuevo, la banda no paraba de entregarse en cada segundo. ‘Sed’ era un manifiesto a esa etapa donde no te quedas callado y sabes pedir más. ‘Si Este Mundo Acaba Hoy’ regresaba la nostalgia mientras el back de ladrillo seguía, pareciendo el final. La gente pedía a gritos ‘Sismo’ y otras tantas no paraban de decir “División” pero la sorpresa de la noche era mostrar las siluetas a contraluz para efectivamente volver con el sencillo lanzado en 2006 esa que tanto pedía la gente. Entre tanto Javier aprovechó para acercarse a su público mientras tocaba. En medio del escenario de rodillas crecía la canción tan esperada y obviamente todo el recinto retumbó en cuanto se reconoció.

En efecto, ‘Sismo’ parecía el mismo de 10 hace años, rebelde y ruidoso aunque con un sonido un tanto diferente pero igual de emocionante, en la que presentó a la banda Alejandro Blake, Alejandro Luque, Efren Barón, Ricardo Pérez, Rodrigo Monfort y, por su puesto Javier Blake regresaba con su estruendoso y original sonido.

Los ánimos se tranquilizaron y ‘Mundo’ apareció con la mano agitada en puño al cielo. Voces, gritos, saltos y emociones son cosa simple para quien lleva dos décadas o más, probablemente desde el vientre de su madre rockeando. El sudor corría por el rostro de los integrantes, pero a pesar de dar un rápido recorrido por su trayectoria, el cansancio no se notaba. Con la última canción comenzando, los asistentes eufóricos pedían más y más, pero lo bueno no dura mucho y es así como ‘Voces’ cerraba el espectáculo con esos pies abiertos en compás.

El evento quedó plasmado en la foto del recuerdo donde la banda regresaba y nos invitaba a salir en ella, por lo que los que ya se dirigían a la salida regresaron corriendo y algunos empujaban a otros para poder poner sus cabezas en alto y después decir “¡Mira! Ahí estoy.