Por: Carlos Mena
Junto a Caifanes, Café Tacvba es la banda más importante del país. Durante casi tres décadas han sido un estandarte de lo que llamamos rock mexicano (para bien o para mal el término), y, además de los grandes éxitos, algo que podemos aplaudirle a Rubén, Joselo, Meme y Quique es la manera de evolucionar y reinventar su sonido en cada disco sin importar si los resultados son buenos o malos.
Jei Beibi, su más reciente disco lanzado apenas hace unos meses, es una clara muestra de ello. En este material la banda experimenta con distintos sonidos como cumbia y hasta coquetean un poco con el reggaetón en un tema. Esta experimentación sonora los llevan a su actual gira, la cual finalizó anoche en la Arena Ciudad de México.
Niu güeis es el nombre de la gira y así queda demostrado en el escenario, pues al ser una banda tan vista y tan aprendida, decide tomar nuevos caminos y así sorprender con un setlist que, por obvias razones, incluyó al menos la mitad de su nuevo disco y omitió himnos de la banda como ‘Las Batallas’, ‘Rarotonga’ o ‘La Ingrata’, ¿recuerdas la polémica de hace unos meses?
El concierto se conformó de casi 30 canciones, y a pesar de lo novedoso el público en general estuvo entregado y contento durante todo el show, aunque cabe mencionar que la espectacularidad de la Arena Ciudad de México hizo que por momentos se sintiera un poco distante la relación banda-público que en lugares menos “elegantes” puede sentirse, como en el Palacio de los Deportes donde la acústica y la cercanía crean un ambiente mucho más acogedor.
Además del poder de convocatoria que Café Tacvba tiene como banda, Rubén se ha convertido en una de las voces más escuchadas en México, por lo que sus discursos no faltaron. Incluyó palabras sobre el sismo del 19 de septiembre y la manera en que la sociedad reaccionó, palabras por los estudiantes de Ayotzinapa y los feminicidios antes de tocar ‘1-2- 3’; hasta agradeció a las comunidades indígenas que piden por todos nosotros y el mundo.
Tras haberse despedido en un par de ocasiones, la banda regresó para tocar ‘Aviéntame’, ‘De Este Lado del Camino’, ‘Mediodía’ y finalmente ‘El Baile y El Salón’, canción que se ha convertido en el himno más grande de la banda en los últimos años.
Y así, después de que una Arena Ciudad de México llena coreara el “paparepapa eueu”, el espectacular escenario con seis pantallas verticales y unos juegos de luces interesantes se apagaron para dar por terminada la noche.