Una noche inigualable la que se vivió el día de ayer en el SALA Condesa. Un ambiente increíble para una gran fiesta. Si bien es una sede relativamente pequeña, cuando está llena a tope (como ayer), da la impresión de ser una instalación inmensa. Aunque todo el público iba con la mente fijada en el acto principal, eso no fue impedimento para recibir calurosamente a los teloneros.
Para iniciar la noche, el talentoso DJ Mandrake inauguró el escenario con un set bastante agradable, pero muy mínimamente apreciado. Aún era temprano, y el público no se sentía listo para comenzar a bailar; tal vez le faltaba un poco de deshinibidor etílico a la joven audiencia. Al finalizar su presentación, inmediatamente después entró Marrón en acción. El músico proveniente de Acapulco tampoco logró animar a la audiencia. Cabe aclarar que su presentación, a pesar de ser breve, fue buena. Simplemente, el público fue difícil de persuadir anoche; tristemente su interés por un artista cegó la apreciación de otros talentos.
Terminaron las presentaciones de apertura, y a las once de la noche, Bob Moses hizo su tan esperada aparición en el SALA. Con una introducción que llenaba a todos de emoción e incertidumbre, antes de que pudieran pronunciar una palabra, todos ya estaban perdiendo la cabeza. Gritos de niñas, de niños, de todos. Y de comienzo a fin, la música del dúo canadiense puso a todos a bailar, y corear sus canciones con toda la emoción del mundo.
Era notorio cómo los fans de Bob Moses extrañaban a sus ídolos. No les bastó verlos en el festival Ceremonia este año, se quedaron con ganas de mucho más. Y a decir verdad, no decepcionaron. Como mencionaron en una entrevista previa con WARP, anoche fue la primera vez que la banda incluyó a un baterista como parte del concierto. Y ciertamente, el nivel de la presentación subió notablemente con este detalle. La combinación de una batería y guitarra en vivo, con elementos musicales digitales realmente arrojaron un resultado original y maravilloso.
Asimismo, el show de luces fue bastante sutil, pero funcionaba muy bien con la música de Bob Moses, convirtiendo el concierto en toda una experiencia. De lo que escuchamos esta noche con estos jóvenes canadienses, cabe mencionar ‘Talk’, ‘Before I Fall’, ‘All I Want’, ‘First To Cry’, ‘Nothing At All’, ‘Never Enough’y claro, su más grande éxito, ‘Tearing Me Up’.
Al finalizar la presentación de la banda originaria de British Columbia, muchos comenzaron a abandonar la sede, ignorando que la fiesta apenas comenzaba. Un gran DJ set con muchísima energía llenó los oídos de los asistentes que permanecieron en las instalaciones. Y así siguió la noche. Mucho baile, buena música y una experiencia completa. Sin duda alguna, noche fue un gran día para visitar el SALA.