Bestival 2013 días 2 & 3: Crystal Fighters, The Knife, James Blake y más

// Por: Staff

mar 10 septiembre, 2013

Artista: Franz Ferdinand, Chic feat. Nile Rodgers, The Knife y más

Lugar: Robin Hill Country Park, Isla de Wight, Inglaterra.

Fecha: 08 September 2013

“Con la llegada del fin de semana, Bestival entró en su recta final y un nuevo aluvión de gente completó la capacidad del predio ubicado en el corazón de la ya mítica y rockera Isla de Wight”. Parece una crónica prefabricada pero, en efecto, esas palabras no dejan de expresar fielmente lo que pasó durante el tercer y el cuarto día de esta especie (bizarra) de viaje lisérgico y psicodelia viviente. De hecho, sábado y domingo fueron una explosión de disfraces, colorido, luces y shows y performances para todos los gustos. Pero además, ambas jornadas terminaron de mostrar al Bestival como el más original de los festivales británicos, con una dosis de imprevisibilidad y sorpresa-a-la-vuelta-de-la-esquina tan grande como apasionante.

02 03Esto último está relacionado, al menos en parte, a la relevancia que tienen la imagen y la moda en general en la dinámica del evento. Ir a Bestival es no sólo estar dispuesto a acampar durante cuatro días y entablar una relación directa con el barro y la suciedad acumulada. También implica involucrarse en una pasarela a gran escala en la que se ponen en juego el estilo y la extravagancia de una generación mayormente superficial y despreocupada, con una remota o nula conciencia sobre la escasez de recursos, pero atravesada -desde su abundancia digital- por todas las épocas y las estéticas habidas y por haber. Apenas unos minutos de paseo por el predio alcanzan para ver las consecuencias caleidoscópicas de esta necesidad de manifestación visual. Pasan los días, el cansancio y la resaca se multiplican y, sin embargo, el estilismo y las puestas en escena individuales dominan el paisaje.

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De hecho, el propio Bestival intenta explotar este rasgo para reforzar su propia identidad como festival heterodoxo y fundamentalmente lúdico. Por eso, además de la convivencia de escenarios y propuestas de todo tipo enfocadas en la diversión cueste lo que cueste, el monstruo creado por Rob Da  Bank propone una temática e invita a sus asistentes a diseñar sus mejores trajes para la ocasión. El sábado fue, fiel a la tradición iniciada en 2005, el día elegido para recrear la fiesta de disfraces más grande del mundo -con un record Guinness logrado en 2010 que lo testifica- y la mayor parte de las sesenta mil personas que agotaron las entradas acompañaron la moción. Con una predominancia de lo marineril –como tema oficial que incluso tuvo a un barco transformado en el escenario electrónico The Port- y con guiños a Wes Anderson y a cuanto animal uno pueda imaginar, los disfraces fueron mayoría y convirtieron al festival en un Halloween inglés sin miedo al ridículo y con mucha inventiva.

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Crystal Fighters

Crystal Fighters

De todas formas, y más allá de que no fueron pocos los artistas -como Bastille o The Cuban Brothers- que jugaron abiertamente con la estética propuesta desde el festival, los últimos dos días mostraron, también, varios de los momentos más intensos a nivel performático y visual y confirmaron que la riqueza cultural de nuestro tiempo se manifiesta, en gran medida, en el entrecruzamiento de líneas históricas (más o menos) paralelas y tradiciones diferenciadas. ¿O acaso ver a The Roots y Snoop Dogg demostrando el lugar hegemónico de la música negra en la cultural global y luego a Johnny Marr y a Franz Ferdinand reciclando el legado del pop británico de guitarras no se asemeja a la idea hipervincular que parece haber reformateado nuestra forma de consumo musical? Así y todo, y a riesgo de no poder dimensionar cada una de esas expresiones en toda su especificidad por los tiempos propios de un festival, la yuxtaposición sigue siendo absolutamente rica y provechosa y, lejos de estratificar, invita a expandir el gusto en vivo y en directo.

Johnny Marr

Johnny Marr

08 - franz ferdinand

Franz Ferdinand

De hecho, los momentos más significativos de los dos últimos días de la edición 2013 de Bestival podrían entablar un diálogo virtual entre pasado, presente y futuro y entre formas disímiles de entender no solo la música, sino también su función y su relación con el público. Los impredecibles The Knife, cerrando el escenario BigTop en la noche del sábado con un espectáculo que tiene tanto de teatro y danza contemporánea como de una electrónica casada con el cuerpo y la experimentación. Nile Rodgers y su fiesta disco itinerante como plan ideal para domingo a la tarde: reviviendo a Chic y ejecutando prácticamente toda su carrera como productor, desde Sister Sledge a Madonna, pasando por David Bowie y Duran Duran. Después del cierre de protocolo con Elton John y su banda mágica -con la multitud cantando y los fuegos artificiales de rigor-, el verdadero final a toda orquesta, con la sutileza austera y distorsionada de James Blake y el histrionismo tropical y anfetamínico de los Crystal Fighters.

The Knife

The Knife

The Knife

The Knife

Chic feat. Nile Rodgers

Chic feat. Nile Rodgers

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James Blake

James Blake

Aún así, más allá de que la lista de grandes conciertos podría ser interminable -con, por ejemplo, The Polyphonic Spree actuando en pleno mediodía y mutando más a la noche para reversionar canciones de “The Rocky Horror Picture Show”-, Bestival es mucho más que grandes shows y combinaciones impensadas. El espíritu del festival no solo se encuentra en los grandes escenarios o en el despliegue interminable de opciones para vivir un fin de semana de película. Caminar por un bosque sin un rumbo claro y terminar en un anfiteatro rodeado de árboles en el que un tal The Wolf hace de DJ y MC y dirige su propio cuerpo de baile en miniatura o cruzarse con llamaradas de fuego saliendo de un barco/pista de baile anclado en lo alto de una colina son parte de la aventura que implica este auténtico gigante del entretenimiento. Pero además, son el ejemplo claro de que la música y la experiencia sensorial en sentido amplio son, al menos en este tipo de encuentros, parte de un mismo lenguaje compartido.

The Polyphonic Spree

The Polyphonic Spree

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