Si hay una cosa que me han “vendido” en el segundo esfuerzo discográfico de Fontaines D.C. desde la primera nota, es lo fuerte que se han esforzado en taladrar un nuevo sonido.
He estado anticipando este lanzamiento durante bastante tiempo, después de haber sido un fan reciente de ‘Dogrel’ (2019), y disfrutando a fondo los tres sencillos que condujeron al lanzamiento del álbum. “A Hero’s Death”, especialmente, ha sido un track que he masticado mucho durante el transcurso del año, el tema captura ese sonido desgastado y robusto de Fontaines, lo aprisiona con una sensación adecuada de átomo y resolución.
El álbum comienza un poco rockerón a lo clásico, pasando de la brillantemente e inquietante “I Don’t Belong” a la interesante –pero subdesarrollada– “Love Is The Main Thing”, desde este momento, el álbum se sumerge en un sonido abrasivo, casi alienante, un proyecto que estaba esperando para ser comprendido.
Esto es sin duda, una desviación de la vibrante juventud de ‘Dogrel y, en mi opinión, una salutación al nuevo sonido de la banda. ‘Dogrel’, por toda su fuerte composición y encanto, acarició las cosas un poco confiadas sónicamente, mientras que ‘A hero’s death’ abraza completamente un enfoque más desafiante. Las guitarras escandalosas se combinan con voces más burlonas y sarcásticas, sumergido todo en una neblina borrosa de aletargamiento. Este sonido más denso, puede auscultarse en el crédito del álbum, creando una experiencia que garantiza repeticiones, a diferencia de los bops más desenfadados de ‘Dogrel’.
Líricamente es una inmersión profunda en sentimientos de desesperación, duda y, sobre todo: miedo. Hay una ansiedad subyacente en la mayoría de los tracks, y el sonido –más flexible– se presta a una experiencia intensamente emocional. Las voces desordenadas de ‘A Lucid Dream’ transmiten esa sensación de pánico que los sintetizadores cálidos de ‘Oh Such A Spring’ calman vigorosamente, por ejemplo. Contrastes como estos son el resultado de que la banda que se ramifica en nuevos sonidos e ideas, un paso adelante de la relativa seguridad de ‘Dogrel’.
La energía de ‘Dogrel’ todavía está presente, pero en tímidas ráfagas que resultan ganancia junto a sombrías pistas como ‘Sunny’. ‘Living in América’ suena cada vez más a una enfurecida ‘Hurricane Laughter’, mientras que ‘I Was Not Born’ –incluso un poco repetitiva–, lleva esa misma sensación de energía rebelde que mantuvo a ‘Dogrel’ incorporado.
‘Love Is The Main Thing’ y ‘I Was Not Born’ son claramente los puntos débiles del álbum, suficientemente interesantes, sí, pero rezagados, un desafortunado retroceso a la sensación a medias de “The Lotts”.
Dicho esto, el material proporciona una fantástica selección de tracks que no sólo cubren sentimientos de agotamiento, ansiedad y duda, sino que nos enmarcan a todos en un contexto apropiado, en un año como lo es el 2020: enfermo, enojado y confuso.
Hay una amargura en el álbum, un anhelo de naufragio que está tan bien transmitido por el sonido más experimental y agresivo que se pueda escuchar; retrocediendo años atrás, buscando la energía que nos hizo pasar por años más limpios.
En general, un gran esfuerzo que valió la pena esperar, uno que demuestra que ‘Fontaines D.C.’ todavía tiene fuerzas para mejorar e innovar en el futuro.