Una introducción a la pasión por la Fórmula 1, los antecedentes del inicio de la temporada 2021

// Por: Concepción Moreno

mar 23 marzo, 2021

¿Cuál es la primera impresión que se lleva quien asiste a una carrera de Fórmula 1? “El sonido de los motores, es increíble”, dice la periodista especializada en automovilismo Mariana Jiménez. “Oír esos motores es algo que no olvidas, sientes un recorrido eléctrico por la espalda”, dice el fanático mexico-boliviano Carlos Garafulic. “Sin duda, el ruido potente de los motores es algo que no puedes escuchar en ninguna de las otras categorías del deporte”, dice el ingeniero y diseñador de autos Alexander Morales Heinen.

Es el máximo circuito del automovilismo, las carpa mayor, la F1: uno de los deportes más emocionantes que existen. Una mezcla de tecnología, drama y estilo de vida. ¿Cómo entrarle a la Fórmula 1 si se es un lego del tema?

Potente de nacimiento

Enzo Ferrari. Karl Benz. Ferdinand Porsche. Son nombres resonantes, espectros protectores del automovilismo. ¿Quiénes fueron?

El ingeniero Morales Heinen es uno de los fundadores del estudio de diseño de General Motors en México y un conocedor de la historia del automóvil. Explica: “Todo comenzó en los finales de 1800, cuando se da este gran boom industrial. Se comenzaron a desarrollar motores eléctricos… Porsche fue el primero en diseñar un auto eléctrico, pero su motor tenía poca potencia”.

Con el boom del petróleo se puede construir motores poderosos. “Y en cuanto se crean esos motores poderosos y al mismo tiempo ligeros”, continúa el ingeniero Morales, “la patente del primer auto a gasolina es de Karl Benz. Y entonces, en cuanto se crea el primer automóvil, empiezan la carreras”.

Primero eran carreras muy precarias, hechas con “carros de servicio y producción” (es decir, automóviles comunes) en la que estaba en juego poco. Pero pronto, las empresas de autos se dan cuenta del potencial de la carreras como publicidad. Nacen las escuderías

Como la patente del automóvil se debate entre los alemanes y los franceses, nació una rivalidad histórica. Pero no solo ellos. Enzo Ferrari, italiano, es uno de los primeros corredores de carreras. “A Ferrari lo llevó su papá de niño a las carreras y se quedó ‘flasheado’ y decidió que él también iba a ser piloto”, dice Morales Heinen.

Primero trata de correr con Fiat, no lo aceptan. Consigue que lo apadrine Alfa Romeo. “Ferrari no fue un gran piloto, pero sí muy visionario. Funda la escudería Ferrari y la fábrica legendaria de automóviles”.

La Fórmula 1 inicia en forma en 1950, con escuderías como Ferrari, Maserati y Mercedes Benz. Hoy en día hay 10 equipos en el máximo circuito y compiten por dos campeonatos: el Campeonato Mundial de Pilotos y el Campeonato de Constructores.

Para un constructor de autos es muy importante ganar el Campeonato de Constructores porque es un gran gancho de publicidad, además de que se abona al avance tecnológico de la empresa automovilística triunfante. El ingeniero explica que las escuderías invierten mucho en sus autos, y a veces salen tablas con su inversión, pero lo más importante es que se posicionan con el público: es muy probable que nunca tengamos un Ferrari, pero sí que vayamos en el metro con una gorra roja de la marca.

La afición desde niños

“Soy muy muy fan desde niño del automovilismo”, dice Carlos Garafulic, seguidor mexico-boliviano del deporte de los motores. “Creo que lloré la primera vez que fui a un Gran Premio. Una electricidad que recorre la espalda, eso sentí”.

La primera vez que Garafulic fue a un Gran Premio en la Ciudad de México, le tocó el triunfo de Nico Rosberg en el Autódromo Hermanos Rodríguez. “Todo el foro gritaba ‘Olé, olé, Nico, Nico’, fue uno de los grandes momentos de mi vida de fan”.

Garafulic comenzó su vida como fanático, como suele suceder con lo que nos es amado, de niño. Su familia boliviana es de corredores. Y desde chico lo llevaron a jugar a los karts. “Es algo indescriptible”, dice, “la emoción de ganar una carrera, aunque sea de kartismo, piensas que eres Alain Prost… De hecho, así me decían de niño, el Prost”.

¿Qué es mejor, ver la carreras en vivo o en la televisión? “Yo, honestamente, prefiero la televisión”, dice Garafulic. “Tienes varias cámaras, vas siguiendo el desempeño del piloto… Aunque la experiencia de estar ahí, en la pista, también es increíble”.

Para la periodista Mariana Jiménez, el viaje comenzó de manera similar, desde muy joven: “Empecé corriendo go-karts, y me enamoré. Yo desde chica dije que quería estar en el mundo del automovilismo”.

Jiménez es especialista en el deporte motor, trabaja en diversos medios y ha sido publirrelacionista del piloto mexicano Esteban Gutiérrez. El primer Gran Premio al que fue Jiménez fue el Gran Premio de Mónaco. “Ver a los pilotos, la velocidad, ¡oír los motores! Creo que no hay nada que pueda igualar la emoción de ver un premio en persona”.

El crítico de automovilismo Sam Reyes dice que en su infancia se refugió en sus carritos “porque el futbol nunca me dio el tilín”. También comenzó en el kartismo. Ha conocido el automovilismo desde varias facetas: desde cronometrista hasta organizador de carreras. “Cuando eres fanático de las carreras, te das cuenta de que una milésima de segundo es importantísima. Eso es parte de los puntos álgidos, como los hay en todo deporte. Pilotos que van a 200 kilómetro por hora, 300…”.

Para Reyes el automovilismo es uno de los deportes más completos que hay: “los pilotos se juegan la vida, tienen que reunir todas las características físicas de un atleta… Además, hay en juego avances tecnológicos que forman parte fundamental de la industria”.

El kartismo es escuela para aficionados y pilotos

De avances técnicos a pasiones desbordadas

¿La pasión por el automovilismo requiere conocimiento técnico? “Para disfrutarlo por completo, yo creo que sí”, dice Garafulic.

“No necesariamente”, dice Jiménez. “Cualquiera que se quiera acercar lo puede hacer. Lo que recomiendo es que lo hagan con un amigo que le sepa, que se sienten y no piensen que ‘qué aburrido ver carritos’. No, es un deporte que involucra estrategia y técnica, y la competencia es muy emocionante. La F1 es una guerra de evolución, y aunque es bien emocionante, no cualquiera puede ganar”.

“Es una experiencia más completa si se sabe de autos, pero tampoco es tan complicado”, dice el ingeniero Morales Heinen.

Sam Reyes afirma que seguir el Campeonato de Pilotos es importante, “pero el drama también está en el Campeonato de Constructores, las empresas se lo juegan todo por milésimas de segundo de mayor velocidad”.

“Hay mucha pasión”, dice Reyes. “Es como una pelea de box, agarras a tu favorito y te identificas con él y lo sigues hasta el final”.

Como suele ser en el deporte, ganamos y perdemos con nuestros ídolos. “En este deporte es clarísimo que la competencia es cerrada. Y como en ningún otro deporte te das cuenta de que el negocio no es nada sin el deporte, y el deporte no es nada sin el negocio”, dice Reyes.

Pilotos a seguir: Lewis Hamilton, el campeón, piloto de Mercedes Benz, y el conductor más ganador en la historia de la Fórmula 1. David Ricciardo, con McLaren, un piloto en ascenso. Y por supuesto, Sergio “Checo” Pérez, el mexicano que tiene este año su gran oportunidad con Red Bull, escudería que le da uno de los mejores autos del circuito.

Checo Pérez puede ser el caballo negro

Sergio “Checo” Pérez, el piloto que lleva la bandera de México, es, dice Reyes, el piloto a seguir en esta temporada de la Fórmula 1.

“Checo es muy joven, pero ya lleva 10 años en el circuito. Ha ganado podios, ha formado parte del buenos equipos como McLaren, otros no tan buenos como Force India. Este año, cuando Aston Martin (que antes era Force India) lo dejó ir se perdieron de un piloto que los podía llevar lejos. No es solo patrioterismo”, dice Mariana Jiménez. “Checo de verdad tiene una gran oportunidad de lucirse este año con Red Bull”.

Aunque Max Verstappen es el piloto emblemático de Red Bull, Checo puede ser “el caballo negro”, coinciden los entrevistados.

“El fanatismo por la Fórmula 1 ha crecido mucho en México, no solo por el Gran Premio, sino porque Checo está presente y puede que este sea su año”, dice Garafulic, “creo que el único problema que hay con Checo es que no tiene carisma, como Lewis Hamilton o Daniel Ricciardo, que los ves en Drive to Survive (la serie de Netflix estilo reality show que sigue a los pilotos del máximos circuito) riéndose o haciendo bromas”.

“Checo es muy serio en lo que hace, quizá por eso no es tan popular como otros pilotos”, coincide Reyes. “Es muy aplicado, muy estudioso, conoce su auto. Muy serio porque en vez de estar siempre jugando, como sucede con otros pilotos, siempre está concentrado en la carrera”.

Es claro: Checo puede ser la mejor puerta de entrada al mundillo de la F1, como dice Reyes. “Ahora, no es lo único a seguir, también están los logros técnicos de las escuderías, su drama por conseguir patrocinios, cómo usan todo el dinero bien calculado para tener los mejores vehículos”.

La Fórmula 1 parece ser un deporte muy bien organizado en el que ninguno de las facetas se descuida: es negocio, tecnología, estilo de vida y mucha pasión. Este fin de semana comienza el campeonato con el Gran Premio de Baréin. Si alguien quiere adentrarse de una manera más cercana al deporte de los motores, la serie Drive to Survive, disponible en Netflix, es un producto cultural fantástico. Que corra la pasión.