El pasado 18 de octubre se estrenó Crush (2019), el tercer álbum de estudio del productor británico Sam Shepherd bajo el alías de Floating Points. Un material intrincado de 12 cortes instrumentales que juegan con un techno progresivo y momentos reminscentes del IDM en una producción pulida que muestran un gran uso de los sintetizadores análogos.
Este material se grabó en un proceso intensivo que duró cinco semanas, de una forma distinta a aquellos cinco años que tardó en completar Elaenia (2015), su pasado material. Además, se confirmó que la inspiración devino de la experiencia que el productor tuvo al tocar sets improvisados como acto de apertura de la gira de The XX del 2017.
De acuerdo a lo señalado en un comunicado de prensa, el productor volvió a «escuchar mis álbumes pasados y todos los sonidos que me encantaba tocar en clubes y discotecas como Fabric o Plastic People», declaró, agregando que «quería capturar la inmediatez de esa música y la sensación que tenía cuando estaba en la pista de baile, de estar inmerso en una pista que te arrastra instantáneamente«.
Él continuó, señalando que este par de tracks los hizo con bastante rapidez, «lo que me ha ayudado a deshacerme de cualquier esto de pensar demasiado en la música es esencialmente el sonido de mi diversión jugando con máquinas en el estudio y de volver a lo básico». Aquello se muestra en la mayoría de los tracks del material, el cual está integrado por una melodías generadas con varias capas de overtones y líneas de bajo groovie que contrastan a la perfección cuando la instrumentación se torna más densa, desarrollando estructuras progresivas que convierten todos sus sonidos iniciales en enigmas deconstruidos.