Fleet Foxes estrena Shore, una sorpresa llena de vida para la cuarentena

// Por: Staff

lun 28 septiembre, 2020

Por: Majo Thielve

Hace más de 10 años celebramos la llegada de grandes piezas como ‘White Winter Hymnal’ y ‘Mykonos’ que nos demostraron de qué estaba hecha la alineación de folk de Seattle Fleet Foxes liderada por la mente maestra de Robin Pecknold.

Durante el equinoccio de otoño, Fleet Foxes regresó de manera sorpresiva con su cuarto álbum de estudio que anuncia el final de un 2017 que sonaban al disco Crack-Up, para pasar a la celebración de la cara del dolor y del reflejo constante de la vida en la inevitable muerte.

Shore (2020) es el nombre de esta cuarta entrega que nos lleva a navegar en un mar de nostalgia del cual solíamos ser parte, marcando lo que fue y no volverá a ser en este año. El álbum nos introduce en una narrativa que a lo largo de 15 piezas nos ayuda a comprender el camino al que llamamos estar vivos, impregnado de momentos amados y odiados, eclipsando el sentimiento de dolor con una composición sublime a los encantos de la emotiva música de Seattle. Así encontramos en este cuarto material las cartas a los fantasmas del pasado recreados en los momentos que fueron eterna poesía.

Perfeccionando la fórmula

El álbum se siente como la fórmula perfecta para dejar ir y empezar a ser, no pertenece a un tiempo específico de la vida, pertenece a los sentimientos que se generan en el camino que se puede volver doloroso. Pecknold comenzó a trabajar en el proceso creativo del disco durante la gira de Crack-Up en el 2017 a lo largo de 170 conciertos, dicho LP contempla colaboraciones de Uwade Akhere, quien se encarga de abrir el disco en las vocales de la primera pieza ‘Wading in Waist-High Water’, así mismo la obra se acompaña de las percusiones de Chris Beary Homer Steinweiss, composición de Meara O’Reilly, vocales de Tim Bernardes, Hamilton Leithauser, Daniel Rossen, Kevin Morby, violines de Sofia Honer y guitarra de Michael Bloch, bajo la producción de Beatriz Artola.

El disco fue lanzado en compañía de un visual que realizó Kersti Jan Werdal, mostrando los paisajes del noroeste de América. Una de las progresiones que más agradecemos en el disco es la entrada del segundo track ‘Sunblind’, que se vuelve uno de los momentos más gozosos, manejando una densidad perfecta del momento, entre una letra que tiene tintes de eterna melancolía reflejado en los héroes musicales como Richard Swift y David Berman, siendo esta la obra perfecta en donde lo imposible se vuelve posible y la tristeza se vuelve una dicha.

La hermosa tesitura de Robin se destaca en ‘Can I Believe You’, fusionándose con la silenciosa complejidad de los ritmos subyacentes, una canción que cada segundo se vuelve más preciosa, desembocando de manera ejemplar en ‘Jara’, que nos demuestra la armonía con la que se mezclan todos los elementos y la fantasía lírica en la que nos envolvemos al cuestionarnos… después de ser fantasmas qué nos queda por ser.

Comenzamos este nuevo capítulo en la historia de Fleet Foxes como unas personas y terminamos de otra forma, llegamos rotos a la orilla de un mar de tristeza, fuimos víctimas de una guerra interna y ahí encontramos el perdón, volviéndose lo único que nos hace avanzar. Muchos sentimos que las canciones de la banda americana nos hablan en específico y nos dicen que ha sido un año pesado para todos, las persona que ahora somos no volverán a los recuerdos del 2017.

La llegada de la esperanza

Este es el momento de creer en la esperanza y escuchar ‘A Long Way Past the Past’, que nos demuestra que no es que no exista el dolor, sólo que ahora pertenece a otras montañas,a otros vientos, pasamos de tiempos extraños a tiempos de calma; nos embriagamos en ‘For a Week or Two’, llegando a la perfección de ‘Maestranza’ dando esos tintes de un folk progresivo.

‘Young Man ‘s Game’ no es la mejor obra del disco ni será la más recordada, sin embargo nos muestra el claro camino de evolución en un folk lleno de tintes de rock, con letras sumergidas en un mar de antigüedades que golpea con fuerza en la entrada de ‘I’m Not My Season’, la cuestión es ¿quién no ha sentido que no pertenece al momento, al tiempo que vive?, precisamente esa calma se adentra para hacer crecer el sentimiento que se recarga de manera intangible en cada una de las letras que impregna el líder de la alineación.

Los arreglos en ‘Quiet Air / Gioia’ son una obra maestra, volviendo a ‘Going-to-the-Sun Road’ una pieza necesaria pero no imprescindible que se descarga en ‘Cradling Mother, Cradling Woman’.

Durante 15 piezas Robin Pecknold nos regala lo que lleva dentro de su alma, nos lleva en un viaje en donde nos comparte sus miedos, dolor y  maldita incertidumbre que día con día se vuelve sólo un pasajero dentro de las 24 horas en que transcurre el tiempo. Todo pasa y nada se detiene, sólo logramos eclipsar momentos amados por instantes que pueden saber a agua dulce o salada, pero que siempre nos arrojan a la orilla más cercana para volver a empezar.

 

Shore de Fleet Foxes es un álbum perfecto que nos hace sentir que también se puede disfrutar del dolor y más aún disfrutar de la esperada muerte del dolor.