Los últimos meses han sido históricos para la música mexicana. Tras años de estar presente en los audífonos de ciertos nichos, la llegada del hit global ‘Ella Baila Sola’ fue suficiente para que, a las pocas semanas de establecer su primer éxito global, el resto de los Corridos Tumbados se establecieran como una fuerza dominante dentro del mainstream a nivel internacional.
Hoy en día, son pocos los lugares donde no se baila con los requintos y las trompetas que adornan las piezas de Peso Pluma, Junior H y del precursor del género, Natanael Cano, quien se muestra cada vez más feliz con el éxito que ha conseguido desde que llamó la atención del empresario Jimmy Humilde con su tema ‘El De La Codeína’, mismo que comenzó a viralizarse allá por el 2017 y posteriormente formó parte de aquel disco compilatorio de Rancho Humilde en 2019 que dio nombre al género.
Aunque Natanel reconoce que el género ha contribuido al interés global por la música y la cultura mexicana, sostiene que es la música mexicana en general la que siempre ha sido famosa en todo el mundo y además considera que los diferentes géneros tienen sus épocas y temporadas. En este momento los Corridos Tumbados están en auge, pero reconoce que en el futuro podría surgir otro tipo de música que también dejará un impacto duradero.
“En este momento, mi musa es sentirme completamente pleno, feliz y contento con lo que he hecho y con lo que he recibido”, me afirmó mientras recuerdo una plática previa que tuvo con el canal dedicado al regional mexicano, Pepe’s Office, en la cual explicaba que siempre está en una constante búsqueda de inspiración. Hoy, con el éxito del género, parece que esa búsqueda ha parado, ya que “esa es la musa: tener algo que hacer todos los días, tener algo en lo que estar enfocado y una meta… al fin y al cabo, es mi trabajo y siempre lo disfruto, ya sea estando fuera o dentro, me gustan los procesos”.
Tras años de dar conciertos, grabar música, sufrir de desamor y reconectar constantemente con su natal de Sonora, viviendo lejos de su familia y de su tierra en los cuarteles de Rancho Humilde en Los Ángeles, California, hoy está de regreso en casa y lo disfruta en paz, narrando su regreso con una calma y madurez que escapaban de sus declaraciones públicas al inicio de su carrera.
“Simplemente me fui, cómo cualquier otra persona me tocó irme a California a trabajar, me fui dos años, tal vez tres”, señaló, contento. “Ahora estoy viviendo en la misma ciudad de mi familia, puedo estar con ellos y trabajar desde aquí… A veces salgo a hacer mi música fuera, a veces la hago dentro, pero me gusta estar cerca de mi familia y por el momento estamos aquí”, me declaró en una videollamada vía ZOOM en una entrevista gestada por HBO para hablar de su participación en VGLY, serie en la cual hace su debut actoral. “Pero, todo siempre son temporadas y siempre pueden cambiar un poco las cosas”, agregó con un suspiro melancólico, tal vez la ansiedad de que pronto tendrá que volver a trabajar, grabar y mantener lo construido en lo más alto.
Esta pequeña platica terminó con una reflexión sobre el género en el cual la labor de Natanael Cano ha sido fundamental para su levantamiento. Los Corridos Tumbados, a los cuales no pocos atribuyen la reciente alza en el interés global por la música y la cultura mexicana. Estamos de moda. Pero, él lo entiende de una forma muy distinta, afirmando que no son los tumbados, “es la música mexicana… solo nos tocó buen tiempo, una buena temporada”.
Él afirma que cree que “la música mexicana es famosa, siempre ha sido súper famosa en todo el mundo por ser bonita… Más que nada, por tener instrumentos en vivo y todo, el regional mexicano, el mariachi. Creo que son épocas, son temporadas que a nosotros nos tocó, ahorita lo que están son los corridos, la vibra alegre y tal vez en otros años será otro tipo de música, pero se queda el impacto”.
Agrega que él no cree “que los corridos tumbados hayan sido los que causaron el impacto mundial, pero nos tocó buen tiempo, una buena temporada”, para tener difusión a nivel global y la repercusión que la música del país merece. Él termina, señalando que “tenemos a Alejandro Fernandez, a Vicente Fernandez. Soy admirador de su trabajo y de Joan Sebastián, muchos más”.