Los medios describen la música de Grenda como “beats celestiales a baja velocidad con un flow hipnótico”. Y es esa profundidad la que atrapa al mezclarse la voz de Eduardo Amezcua, de manera casi indistinguible, con panoramas sintéticos que se tornan épicos e inalcanzables.
La noche inicia con un set contemplativo de ambient y bajos ritmos a cargo de Machino, otro músico fronterizo y también parte del sello Static Discos.
Precio: $120