Tras el bombardeo de armas químicas el martes pasado que acabó con 86 muertos, 30 de ellos niños, Estados Unidos lanzó anoche un ataque sorpresa contra el régimen sirio. Fue la base aérea siria al-Shayrat el blanco del ataque estadounidense de 59 misiles de crucero. Al-Shayrat fue el punto de despegue de los aviones que lanzaron el ataque químico, atribuido al régimen de Damasco según información del Pentágono, motivo del ataque de ayer.
Desde los destructores USS Porter y USS Ross, los misiles Tomahawk salieron rumbo a la base de Shayrat. El ataque duró cuatro minutos, suficientes para destruir hangares, almacenes de combustible, silios de armas, sistemas de defensa aéreos y radares.
La agencia oficial Sana informó que el ataque “provocó la muerte de nueve civiles, entre ellos cuatro niños, causó siete heridos y ocasionó importantes destrozos en casas de las aldeas de al-Shayrat, al-Hamrat y al-Manzul.” Por su parte, la Organización Siria de Derechos Humanos (OSDH) dio un balance de seis muertos.
Por todo esto, el ataque de Estados Unidos contra Al Asad ha generado ya una contundente respuesta por parte de Rusia. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que “este paso que ha dado Washington inflige un daño significativo en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, que ya estaban en una situación lamentable.”