//Por: Victor G. García
Jardín es una banda conformada por Gabriel Martínez (voz/guitarra), Alejandro Michel (guitarra /voz), Dalia Esquivel (piano), Bryan Ruelas (batería), Marco Ibarra (sintetizadores y secuencias) y Charlie Beraud (bajo) que, junto a otros actos como Ramona, Entre Desiertos y Vaya Futuro, forma parte de una nueva oleada de bandas independientes norteñas que hacen un pop de arreglos orquestales conjugando elementos de la música folclórica mexicana, el jazz y atmósferas ligeramente psicodélicas.
Aunque tienen tocando desde el 2013, este sexteto conformado, se ha dedicado el último año a promocionar su EP a lo largo y ancho del país. Hablamos con la banda durante su última visita a la Ciudad de México sobre sus orígenes y el camino que llevan recorrido hasta ahora.
¿Cómo comenzó Jardín?
Alejandro Michel: La banda la empezaron Gabriel, Charlie y Marco. Después de ir en la prepa juntos, Gabriel se reencontró con Bryan, quien tocaba en otra banda que se llamaba Lo Que Nunca Fue… que nunca fue [risas]. Era una banda con integrantes de Jardín, Entre Desiertos y Ramona. Bryan comenzó a tocar la guitarra en Jardín y Gabriel el piano. No tenían baterista y Bryan se pasó a la pila, pero ahora faltaba un guitarrista. Yo había dejado de tocar en Ramona y Bryan me invitó a tocar la guitarra con Jardín. Estuvimos ensayando unos tres meses y comenzamos a sacar unas rolas. Dalia, quien es novia de Gabriel, le caía a los ensayos y agarraba el piano. Toca bien cabrón. Luego le dijimos que si quería entrar a la banda. Hizo que las rolas se amarraran más. Eso nos ayudó a nosotros como músicos. Yo creo que en esa etapa se armó el sonido de la banda. Así estuvimos ensayando como un año y grabamos El sonido de mi vida. Luego comenzamos a grabar el EP con Ros, el bajista de Vaya Futuro.
¿Cómo trabajan en su proceso creativo?
Charlie Beraud: Casi siempre llega una idea con una estructura ya definida, aunque siempre puede variar, no tratamos de casarnos con la idea y ya. Ya a partir de ahí cada quien se maneja a su manera. En mi caso, como bajista, hablo con quien traiga la idea para ver qué quiere expresar. Nos ponemos a escucharla y tratamos de aterrizarla.
Bryan Ruelas: El proceso de composición casi siempre viene de Dalia y de Gabriel. Ellos traen una pieza más o menos definida y luego nos ponemos a “jamear” para sacar una base con la batería. Ya después Marco y Javier trabajan los sintetizadores y esas melodías, luego Alex ya empieza a intervenir las rolas con sus melodías. Así se va armando un collage de todos.
AM: Cada quien sabe cuál es su trabajo. También tenemos puestos en la banda, no sólo en cuanto a la música, sino en los aspectos más sociales y promocionales. Eso también es un proceso creativo y entre todos damos ideas. Marco y yo somos diseñadores y nos encargamos de esa área y de las redes sociales, al igual que buscar proveedores de video y fotografía, o Gabriel y Dalia se encargan de la proyección de la banda, por ejemplo.
Cuéntenme sobre el trasfondo de la banda. ¿Cuáles son sus antecedentes e influencias y cómo se reflejan en el sonido de la banda?
Gabriel Martínez: La mayoría tenemos gustos parecidos. Hay bandas o géneros que nos gustan a todos, pero cada quien también tiene sus gustos. Está bien raro, por ejemplo, a Bryan le gusta mucho el rock progresivo; Alex está más en el pop…
AM: Belinda, Beyoncé, Rihanna [risas]… No es cierto.
GM: Yo estoy muy engranado en la música antigua, como de los años cuarenta, como Bola de Nieve y Agustín Lara. Me gusta mucho el bolero romántico. Todo eso tratamos de reflejarlo. De hecho, una de nuestras canciones es un bolero. Creo que es muy importante conocer la tendencia que hay en México. Algunos headliners, como Natalia Lafourcade, traen un trip así. No queremos hacer lo mismo pero también nos gusta eso, aunque tratando de sonar diferente y respetando la esencia de lo que cada quien trae en sus influencias.
AM: Jardín también tiene un aspecto medio nebuloso, con muchas atmósferas. Algunas revistas nos han dicho que es psicodelia, pero para nosotros no nos suena mucho así. Aunque también nos gusta eso. Pero sí cada quien trae su rollo, Dalia en la música clásica o a Charlie le gusta la salsa y el jazz. Eso hace un mix interesante.
GM: Se trata de no olvidarse de la canción, más que pensar en el género.
¿Cómo los han recibido ahora que han estado tocando en varios lados del país?
Dalia Esquivel: Nos han recibido muy bonito. Ahora que tocamos en Monterrey, en el Nodriza, estuvo bien bonito. En todos los lugares ha sido muy buena onda. También tocamos en el metro aquí en el DF y estuvo bien chistoso, porque no era gente que iba a vernos porque ya nos conocían, sino gente que iba saliendo del trabajo o de la escuela, nos toparon y se quedaron a escuchar. Eso estuvo bien hermoso.
AM: En Tijuana tocamos muy seguido y ya conocemos muy bien la energía del público allá. Pero salir de tour y tocar en otros lados es diferente porque, a donde llegamos, la gente aún no nos ha escuchado en vivo y la energía es diferente. Siempre tenemos esa ansia de darlo todo y tronarla. Sentir esa euforia nos hace querer tocar mejor y saber que hay gente que está cantando las canciones en las que llevas trabajando por tres años es lo que a mí me llena de energía.
GM: Sí, llegar con un nuevo público genera una euforia muy extraña. Saber que hay gente fue a vernos y nos estaba esperando. Eso nos dio mucho power para seguirle. Cuando llegamos al DF tocamos en un museo, la gente estaba sentada y no había alcohol. Eso fue algo más tranquilo, con una vibra totalmente diferente, pero eso también tenía una vibra bien chida. En el metro igual.
¿Qué significa para ustedes ser una banda independiente en este momento en México?
GM: Es la magia de las redes sociales. Antes sólo las disqueras te daban exposición. Ahora hay otros medios por los cuales nosotros podemos trabajar en eso para tener la misma exposición. Ser una banda independiente ahorita nos viene bien, porque estamos en un proceso de aprendizaje y creación que en algún momento, ya con la experiencia que tengamos, puede que alguien se fije en nosotros.
AM: Ser independiente te hace no sólo ser una banda y dedicarte a tocar, sino generar tu propio contenido, darte a conocer. Es como hacer una empresa. Hacer tu distribución. Todo. Por ejemplo, grabamos unas partes del disco en el estudio donde estaba trabajando Carla Morrison. Su último disco lo grabó allá. Un día salimos con ella y nos contó todo lo que había pasado ella como artista independiente. Sabemos que está difícil, pero se puede. Ella ha podido lograrlo, llena los lugares donde toca y eso que es ella sola.
¿Qué otras bandas nos recomiendan escuchar?
DE: Oak Palace, una banda de San Diego.
CB: Entre Desiertos, Ramona, Daniel Dennis, no se diga.
GM: Slares.
CB: La Ballena de Jonás.
AM: Jandro.
¿Qué sigue para Jardín?
GM: Tenemos el plan de trabajar el nuevo disco. Ya tenemos como cinco canciones para sacar otro EP. Yo creo que empezaremos a grabar a finales de este año o principios del otro. Lo queremos grabar con el guitarrista de una banda de Portland que se llama Radiation City. Nos late mucho su música, conocimos al guitarrista y nos gustaría trabajar con él.