Dentro de la industria del cine en México, que se ha expandido durante las últimas décadas para ofrecer un mercado de géneros que no se tenía anteriormente, por fin se le dio el lugar apropiado al cine de terror, convirtiéndose en un área de oportunidad para cintas que en su mayoría se asemejan a trabajos que ya existían previamente en el cine de Hollywood.
Una bocanada de aire fresco para el cine mexicano es la propuesta de Isaac Ezban, quien en 2014 dirigió El Incidente (trabajo que aborda las paradojas y los espacios infinitos) y ahora regresa con Los Parecidos, cinta de suspenso mucho más tradicional, con matices de las series de terror que definieron el género en la década de los 50 y que presenta una propuesta igual de fresca que su antecesora.
Isaac, lo primero que vino a mi mente al ver Los Parecidos es La Dimensión Desconocida, pues tiene toda la vibra y se asemeja mucho al capítulo It’s A Good Life, que involucra a un niño con poderes mentales. Este es un brinco muy grande desde El Incidente. ¿Cómo fue el viaje de tu primer largometraje al segundo?
Gracias, la verdad es que ha sido un viaje tan intrépido y rápido que no recuerdo cómo empezó o acabó, sólo sé que tuve la suerte de filmar dos películas en un año. La razón por la que pasó así fue que eran dos proyectos que se levantaban de formas muy distintas: El Incidente fue independiente, con inversión privada, entre familia y gente cercana, mientras que Los Parecidos fue algo más grande, con estímulos como Eficine y Fidecine, y lo único coincidente fue que ambas se filmaron entre 2013 y 2014. Como director aprendes más filmando que en tres años de escuela, tienes la experiencia de trastocar tu visión y conjugar todos los elementos para tener el producto final y ver lo que tenías imaginado.
Haber hecho primero El Incidente me permitió llegar más sólido a Los Parecidos a nivel dirección. Hay gente a la que le gusta más El Incidente, mientras que otros prefieren Los Parecidos; yo mismo no podría decir cuál me gusta más. Lo que puedo asegurar es que aunque son distintas en idea, el trabajo de dirección se nota más en Los Parecidos. Me siento muy agradecido por la oportunidad de hacer dos películas con historias que quería contar, de los géneros que más me emocionan, con las personas correctas.
¿En qué punto de tu carrera decidiste dedicarte al cine de terror? Tomando en cuenta que esto no es terror tal cual, ¿cómo decidiste dedicar tus proyectos a esta parte del cine no tan explotada en México?
Siempre me han interesado las historias paranormales, ya sean terror, thriller, thriller sicológico, suspenso o ciencia ficción, y me gusta cuando sé usar un elemento de este tipo para hacer una reflexión sobre un tema muy real, muy humano; en el caso de El Incidente respecto al paso del tiempo, en Los Parecidos sobre la identidad. Crecí viendo La Dimensión Desconocida, fue una gran influencia para mí, me encantaba que eran justo situaciones muy reales en las que, de pronto, entraba un elemento paranormal que hacía una reflexión sobre un tema o una situación social, eso me atrajo mucho. Siempre he sido un poco mórbido de pensamiento y me gustaba pensar en ideas descabelladas, con finales en los que los personajes sufrían o algo les sucedía. Como bien dices, no es un cine de terror, es un cine de lo desconocido, de lo bizarro, son historias que siempre me han atrapado.
Hemos hablado de La Dimensión Desconocida pero ¿qué programas o películas crees que te ayudaron a ser el cineasta que eres hoy, dedicado a este tipo de cine?
Me gustan series como The Outer Limits (1963) y Alfred Hitchcock Presents (1955), películas más modernas como The Thing (1982), de John Carpenter; They Live (1988); Night Of The Living Dead (1968), de George A. Romero, y más reciente The Box, (2009) de Richard Kelly, y en general literatura. La ciencia ficción no se queda sólo en el cine, y para ejemplo Philip K. Dick, Richard Matheson y H. G. Wells, autores modernos como Stephen King, sin olvidar el realismo mágico.
Señalaste que tomas eventos históricos o situaciones sociales. En este caso tomaste la masacre de Tlatelolco como un punto que se repite a lo largo de la trama. ¿De dónde surgió la idea
de incluir este suceso en particular?
Me pareció interesante, porque creo que la buena ciencia ficción debe tener alguna connotación política o social, algo muy común en los 60. A veces vemos un OVNI y es la metáfora de la Guerra Fría, o el miedo a un holocausto nuclear. Con esto en mente dije, “quiero hacer lo mismo pero en México”, y estaba todo el previo a la matanza del 2 de octubre, ¿por qué no hacer una película con un contexto que tenga que ver? Entonces retomé la idea que tenía de Los Parecidos, ya que había una época en donde existía el miedo de la sociedad, donde las autoridades querían hacernos la misma persona; con autoridad me refiero al gobierno, el trabajo o tu familia. Es interesante una película donde literalmente todos se vuelven la misma persona dentro de este contexto. En realidad no se trata sobre Tlatelolco, sólo es el fondo.