Cuando Sam Beam, mejor conocido como Iron & Wine, se estrenó en el mundo de la música en el 2002 con su álbum debut “The Creek Drank the Cradle” (2002), se convirtió en uno de los mejores compositores de la escena, siendo capaz de escribir letras que cautivan a cualquiera. Desde inquietantes baladas que, literalmente, calan hasta los huesos, a dulces canciones que te evocan sonrisas instantáneas, Beam se muestra sabio más allá de sus años.
Previo a la música, el cantautor estudió pintura en la Universidad de Virginia y fue profesor de cine en Miami. Este año, se dio el lujo de estrenar dos álbumes que destacan por su peculiaridad entre su discografía: El primero, titulado “Archive Series Volume No. 1”, está compuesto de 16 canciones grabadas en su sala cuando empezaba a explorar la música; mientras que el segundo, “Sing Into My Mouth”, es una recopilación de covers realizados junto con su amigo de la infancia, Ben Bridwell, integrante de Band Of Horses.
Teniendo estos dos maravillosos pretextos, Sam contesta el teléfono en su casa de Carolina del Norte y empezamos nuestra plática recordando su primer show:
“Ser músico nunca estuvo exactamente en mis planes, simplemente se dio de forma natural, así que el primer show que toqué se puede decir que fue de prueba, porque yo estaba tratando con Sub Pop Records y ellos querían probar como sonaba mi música en vivo, así que en Miami abrí para un Ugly Casanova, un proyecto de Isaac Brock de Modest Mouse. Yo estaba petrificado, no soy una persona extrovertida, aprender a tocar frente a una audiencia fue el verdadero reto”.
Para “Archive Series Volume No. 1” (2015), tuviste que navegar en los archivos… ¿te fue abrumador volver a escuchar todas esas grabaciones antiguas?
Fue abrumador el simple hecho de ver la cantidad de las grabaciones [risas], porque para mí, escribir canciones es un hobby, escribo por diversión, lo que termina dejándome con mucho material que no cabe en los álbumes; pero fue muy divertido, era como mirar viejas fotografías.
También parecía que había pasado mucho tiempo desde que escribí esas canciones, yo no suelo sentarme a escuchar mi música, así que cuando decidí lanzar este álbum, tuve que regresar; algunas de esas canciones son de 15 años atrás y se puede sentir la distancia. Escucharlas fue como darme la mano a mí mismo, es una sensación extraña.
Cuando escribiste estas canciones, no tenías una audiencia, ni siquiera esperabas que la gente las escuchara, desde entonces ¿ha cambiado tu forma de aproximarte a la música, a componer?
No en realidad. Cuando estudié en la escuela de artes, las críticas a mi trabajo eran muy duras, pero te enseñan que tú eres el único que importa, tú eres el único que decide si lo que haces vale la pena o no. Siempre va a haber alguien que odie tu trabajo, por lo que al final del día haces tu trabajo para ti, y después solo esperas que alguien se sienta identificado con lo que haces. Yo no he cambiado mi forma de escribir por tener una audiencia, si lo he hecho ha sido porque la forma en que escribes cambia a través de los años del mismo modo en que tú cambias.
Beam rescata la parte artística de la música en un mundo que se mueve a prisa y que se preocupa por vender. Si acaso existe un secreto para ser un artista, probablemente es ese, es cierto que siempre habrá alguien que ame tu trabajo y alguien que lo odie, por eso debes ser fiel a quien eres, y dar lo mejor de ti, lo que digan los demás no importa.
¿De dónde proviene la inspiración para componer estas canciones que puede reflejar, literalmente, nuestras emociones?
Componer es simplemente parte de la experiencia de vivir. Lo que te mueve para escribir una canción es tener una respuesta emocional a algo que te pasó, a algo que escuchaste, cada canción es una nueva aventura. Solo me inspiro de la vida, de todas nuestras obsesiones cotidianas, ya sea amor, miedo, dios o la muerte. Es como si cada día fuera un sueño diferente, hay una inspiración inagotable par las canciones.
Este año también lanzaste “Sing Into My Mouth” con Ben Bridwell, ¿por qué elegiste colaborar con Ben ahora, y por qué la decisión de hacer un álbum de covers en lugar de trabajar en material nuevo?
Él y yo crecimos en la misma ciudad, lo conozco de hace mucho tiempo, antes de que empezáramos a hacer música; en realidad, ya lo habíamos platicado, él es quien le dio mi música a la disquera, y he ido de gira con Band Of Horses. Estuvimos juntos al inicio de nuestras carreras y siempre quisimos hacer cosas juntos, solo que estábamos ocupados. Hace dos años nos encontramos en el cumpleaños de su hermano y fue cuando decidimos hacerlo; fue de covers porque se trata de nuestras canciones favoritas, nuestra amistad nació de compartir música y de la inspiración que obteníamos.
Iron & Wine se presenta este miércoles 09 de septiembre en el Lunario del Auditorio Nacional, en punto de las 9pm.