La primera vez que escuché a Spoon, por allá de la mitad de la década pasada, mi opinión de su música no fue la mejor. Confieso que me parecieron otra banda genérica de indie que hacía lo mismo que las otras bandas del momento estaban haciendo. Cuál fue mi impresión cuando descubrí que eso que las otras bandas estaban haciendo, ya las había hecho Spoon mucho tiempo antes. Spoon era la banda de culto que había fabricado el molde sin el cual se podría explicar todo el movimiento indie que reinó en los dos miles. Esa música que escuchaban todos tus amigos mientras vestían sombreros, chalecos o cardigans sobre playeras en V y botas viejas.
Y es que Spoon no es una banda a la que le interese el protagonismo, ni en sus momentos de mayor popularidad se destacaron por llenar estadios y encabezar los festivales más importantes. Ahora, con una carrera que ha logrado sobrevivir por más de 20 años a una convulsiva industria musical, el legado que Spoon ha ido forjando paulatinamente comienza a ser reconocido, especialmente en quienes antes los habían ignorado.
“¡Todo ha salido bien!”, me responde Britt Daniel, vocalista y lider de la banda, cuando le pregunto qué piensa sobre la carrera que llevan hasta el momento. “Desde que era chico siempre supe que quería hacer discos. No podría estar más agradecido. Ha sido un largo viaje. No conozco a muchas bandas de este tipo que hayan logrado tener una trayectoria con éxito durante tantos años. Aunque en realidad no fue hasta el noveno o décimo año de la banda que la gente comenzó a acudir a nuestros shows y a escuchar nuestros discos. Tal vez el hecho de que hayamos sido ignorados por tanto tiempo hizo que la gente comenzara a apreciarnos más”.
Ahora este cuarteto de Austin, Texas se encuentra por lanzar su noveno LP, Hot Thoughts. Un escalón más que pisan con paso firme. Para este álbum la banda continuó trabajando con Dave Fridmann, productor de cabecera de bandas como The Flaming Lips y Mercury Rev, y quien también produjo el Cuatro Caminos de Café Tacvba.
Si Spoon ha sabido mantenerse vigente hasta hoy, sin duda se debe a su ética de trabajo constante que se esfuerza por llegar a nuevos horizontes dentro de su propio sonido. La gracia de Spoon no consiste en ser una banda diferente con cada álbum que lanzan, sino en dejar ventilar su ecléctico sonido con nuevas influencias para irlo mutando sutil y gradualmente. En este disco en específico, las canciones se crearon con una base bastante austera, sobre la cual posteriormente se incorporaban distintos beats hasta encontrar el indicado.
“Muchas canciones del disco las escribí tocando la guitarra acústica o sentándome en el piano. Ya que tenía una base, tratábamos de sacudir la canción de todas las formas posibles hasta encontrar un beat parecido a los de Britney Spears que le quedara [risas]. Muchos de los demos acústicos terminaron en el disco. No tenía una dirección específica a seguir. Mi canción favorita del disco pasado es Inside Out, así que si había alguna dirección que quería seguir era esa. Pero en realidad no trabajamos buscando un nuevo sonido, sino imaginando hacia dónde nos podía llevar el nuestro”.
Tras años de haber estado cobijados bajo el sello de Merge, y luego un fugaz paso por ANTI-, Hot Thoughts también marca el regreso de la banda a la disquera independiente que los vio nacer: Matador Records.
“En el 95, muchas grandes disqueras nos ofrecieron contratos para lanzar nuestro álbum con ellos: Interscope, Geffen… Pero nos dijimos “si podemos ser exitosos, lo mejor es quedarnos con Matador”. Creo que son una buena compañía, me gusta como manejan su negocio y me gusta la gente que está ahí. Lanzan discos para las que considero algunas de las mejores bandas americanas de todos los tiempos. Ahora sentimos lo mismo y decidimos tomar la oportunidad”.
Es en este aspecto donde reside el espíritu indie de Spoon. A pesar de haber tenido la oportunidad de pertenecer a la maquinaria omniabarcadora de las disqueras comerciales desde su primer disco, decidieron comenzar por la vía independiente. Este espíritu se confirmó luego haber firmado con una disquera grande para su segundo álbum y haber tenido una pésima experiencia. Regresaron a las disqueras independientes y de ahí no han vuelto a salir. Para Britt, ese es el único significado del indie.
“Siempre es raro para mí cuando la gente habla del indie como un género. Recuerdo que la primera vez que escuché eso me voló la mente. “¿Qué es eso de que te gusta el indie rock?” Siempre pensé que el indie tenía que ver más con la manera en la que hacías un disco más que con un sonido específico”.
Dada la vasta experiencia que Britt ha acumulado a lo largo de su carrera, le pregunto si cree que existe una crisis en la música rock. Con todos los nuevos géneros electrónicos, parece que la música basada en las guitarras eléctricas comienza a escasear. Britt no coincide.
“Lo que hace falta es más bandas con swagger. ¿Sabes lo que es el swagger? Iggy Pop tenía swagger, John Lennon… Jack White tiene swagger. Eso es lo que me interesa. Nuestro disco incorpora mucha instrumentación electrónica, pero sigue siendo un disco de rock. O al menos así lo considero”.
Saco a tema el carácter contestatario que siempre ha ido de la mano con la música rock. Frente a los tiempos que se avecinan con la presidencia de Trump en Estados Unidos, Britt nota un panorama social tenebroso y completamente inexplicable.
“Nunca había experimentado algo semejante. Sería gracioso si no fuera tan espantoso, ya que tenemos un personaje de caricatura que es el que nos representa ante el mundo. Un personaje que no tiene ningún interés de realizar seriamente su trabajo. La parte que más me da miedo es que los americanos están leyendo fuentes periodísticas tan polarizadas que parece que viven en otra realidad. Todavía no sé qué se puede hacer para arreglarlo. Tal vez, todo lo que podemos hacer para resistir es no dejar que esta locura se normalice”.