Son las 12.45AM y acabo de aterrizar en el Aeropuerto de Minneapolis, en Minnesota, Estados Unidos. Ahora tengo que hacer una larga fila para que me entreguen el auto rentado que me llevará, con un buen trago de café y GPS en mano, a Eau Claire en Wisconsin, a una hora y media exacta hasta las puertas del hotel, que fue elegido por el equipo de la disquera y staff de Bon Iver en donde dormiré por dos noches.
Estoy a punto de salir del estacionamiento del aeropuerto y recuerdo que me mandaron un link privado para escuchar el stream de 22, A Million, el nuevo disco de Bon Iver, razón por la cual estoy haciendo este viaje. Me parece una idea brutal escuchar el disco en plena madrugada, solo, en carretera, mientras me dirijo a la ciudad que vio nacer a Justin Vernon, el hombre detrás de Bon Iver y de esta extraña idea de hacer una escucha privada con él y 25 periodistas del resto del mundo.
“Creo que la mejor manera de describir nacer y crecer en Eau Claire, es que es demasiado fácil. Tengo unos padres que me han apoyado al máximo; esta ciudad es súper segura y tuve una educación impecable, ya que en mi escuela siempre hubo un programa de acercamiento a las artes muy importante y el programa de música que había, me vino muy bien para iniciar mi carrera. Hay gente que dice que nació en el lugar indicado y yo agregaría que nací en el lugar con las mejores condiciones para lo que decidí hacer con mi vida”. Es Justin Vernon, contestando mi pregunta acerca de crecer en este increíble lugar, rodeado de lagos, de naturaleza, con un cielo hermoso, azul intenso en el día y totalmente estrellado por la noche, razón por la cual bajé las ventanillas de la camioneta un buen rato antes de llegar.
“Creo que no tuve un amigo negro hasta que cumplí 16. Y no es que eso sea malo o bueno, es solo que entiendes que en un lugar así de aislado como este, hay paredes que te protegen, pero que también te alejan de todo. Para este disco estaba tratando de no estar mucho tiempo por acá de hecho, pero tenemos nuestro estudio en las afueras de Eau Claire (April Base) y como está tan armado con todo nuestro equipo, terminamos haciendo la mayor parte del trabajo aquí.” Es el tercer disco del proyecto, que llega cinco años después de su exitoso álbum homónimo que dio a conocer a Justin en todo el mundo, al mismo tiempo que Kanye West jugaba de su padrino ante el mainstream musical. Aunque en realidad fue su primer disco For Emma, Forever Ago (2008), el que sentó las bases de todo. Canciones con una producción escueta, puntual, casi diminuta y pocos elementos mezclados y ejecutados de manera experimental para ser folk.
Y es este sonido el que ha caracterizado a Bon Iver y el que encuentra nuevos horizontes en esta nueva producción. Se notan horas de búsqueda de sonidos específicos, de creación de loops mágicos, de accidentes sonoros electrónicos y “rompeolas” de baterías salvajes que saturan cualquier bocina donde se escuche, como si hubiera salido algo mal en la grabación… “Descubrí que una manera de combatir mi ansiedad, era justamente llevar mi caja de ritmos Roland hasta el extremo y trabajar con eso durante todo el proceso de creación. Hay mucho de eso en este disco, pero sobretodo en querer sentirme mejor. Mis dos primeros álbumes denotan tristeza y no me da pena decirlo, por lo que este tenía que ser más bien sanador. El 22 siempre ha sido mi número favorito y el million se refiere a todo lo demás. Un millón es un número imposible. Pensar en quién puede pintar un millón de puntos o quién puede entender de los que estamos en esta sala, la complejidad de un número así.”
No es un capricho que solo estemos 26 periodistas en ese lugar específico de un remodelado, pero aún cerrado, primer hotel boutique de Eau Claire, llamado Oxbow. De hecho estamos en el totalmente nuevo, pero también aún cerrado (por lo menos al escribir esto), restaurante Lakely, ambos proyectos donde Justin Vernon está involucrado como inversionista, fundador y promotor de su propia ciudad. Mixología contemporánea, fina arquitectura, sencillez y buen gusto, caracterizan a este lugar, en el que aún se respira pintura fresca y te deja imaginar qué tipo de arte va a decorar esas paredes o esos espacios, algunos aún cubiertos con plástico. Los símbolos que aparecen en el disco significan todo y nada. Hay referencias a los cultos, a lo esotérico, intención clara de generar especulaciones y conversaciones, pero Vernon nos asegura que no es satánico, ni hay segundas líneas detrás de los diseños.
Pero una vez más no estamos sentados en estas mesas de restaurante solo por casualidad. Hay una razón más poderosa que jugar a ser el representante turístico de Eau Claire y un joven hotelero de 35 años de edad. Estamos aquí para evitar vivir un “día de la marmota” interminable. Conciertos, hoteles y entrevistas preguntando siempre lo mismo y cada vez más temas personales y no de la música. Todo lo que Justin tiene que decir acerca de esta placa, nos lo está diciendo en una hora y 40 minutos. “Nunca vayan a una isla griega fuera de temporada, tratando de encontrarse a sí mismos. Yo hice eso y no lo logré. Me sentí pobre, desolado, pero con una frase en la cabeza: This feeling might be over soon (este sentimiento podría terminarse pronto)”, frase que caracteriza el primer track del disco.
Un error común en un nuevo artista que emprende una gira mundial, es decir que sí a todo, no descansar por dos o tres años, tomar todas las fechas posibles y entregarse al nada saludable ritmo de seguir y seguir como si fuera una carrera contra uno mismo. Mientras pide un whiskey (bourbon), Vernon recuerda como empezó a sentirse luego de un concierto en Chicago hace tiempo, cuando supo que no estaba sintiendo algo especial, en el momento sagrado de sentir, que es la conexión entre un artista y su audiencia. Quizás por eso antes de esta escucha, los que habían apreciado antes el disco entero aunque en versión en vivo, fueron los asistentes locales y de fuera al festival Eaux Claires, curado por el propio Vernon y Aaron Dessner de The National.
22, A Million es un disco real, repleto de anécdotas. “Francis Starlite de Francis and The Lights estuvo quedándose en casa por un largo periodo y siempre estaba haciendo sonidos con una herramienta de armonías que conectaba a un saxofón, logrando un efecto muy particular”, sonido que distingue el penúltimo track del disco, llamado solo “____45____”.
También hay varios sampleos acreditados y no acreditados en el disco. El de Stevie Nicks no está en créditos pero existe en ’10 d E A T h b R E a s T’.
Los nombres de las canciones y la manera extraña en que fueron escritos los títulos no son una obra de la inspiración según Vernon. “Nos pusimos a escribir letras, símbolos que se veían bien y no es que la energía de la madre del blues haya llegado de pronto”. Para los que hacemos radio le pedí, casi al final de la sesión, que nos enseñara a pronunciar los mismos, pero como este es un texto y no podemos reproducir ningún audio de la conferencia de prensa, voy a dejar que se los imaginen ustedes mismos, aunque existen obviedades como que “____45____” solo se dice “45” en inglés o que hay un juego en el número del último track que si se lee sin el punto es justo “un millón” (“10. 00000 MILLION”).
También es importante recalcar que aunque estuvimos con Justin cara a cara y que al día de hoy (30.09.16), cuenta con la primer gira oficial por el lanzamiento de su disco en todo el mundo, Bon Iver no quiere tener un rostro que se muestre en el arte del álbum, mucho menos en las acciones mediáticas. Y es que la música no siempre necesita rostros, ni obviedades de promoción. A veces hace falta estar solamente en un lugar que nos dé paz (como a mí me pasó en Eau Claire), perfecto para cerrar ciclos, calmar ansiedades y viajar hacia el interior.
22, A Million fue lanzado el día de hoy a través del sello musical Jagjaguwar y ya puedes disfrutarlo en las diferentes plataformas digitales.
*Foto sin crédito adicional, Alejandro Franco para WARP
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El día de hoy fue revelado el video de la increíble experiencia que fue la escucha de 22, A Million, el nuevo disco de Bon Iver el cual, desde su lanzamiento, ha dado tanto de que hablar que seguramente se posicionará como uno de los mejores discos del año, así como de la historia del folk.
A continuación puedes mirar la grata experiencia que nuestro CEO, Alejandro Franco vivió: