//Por: Diego Dávila
Hace unos días conocí a una persona que nunca había visto una película de Star Wars, y no pude evitar en sentir una profunda lástima por ella, esa pobre alma que existía sin haber visto el atardecer en Tatooine o las tormentas de nieve en Hoth, ¡o nunca haber estado adentro del Halcón Milenario! que triste vida…
Ustedes pensarán que estoy loco. Físicamente nadie ha estado en Tatooine o en Hoth, y el Halcón Milenario no es más que un set de película.
Y si bien es cierto todo eso (inclusive la parte en la que quizás estoy un poco loco) lo bello de Star Wars radica en la manera que inspiró a más de una generación.
Si fueras con cada persona en la fila del estreno de la última película de Star Wars, te encontrarías con cineastas, pintores, escritores, físicos, astrónomos, doctores, todos y cada uno de ellos guiaron su camino con la brújula de Star Wars. Niñas y niños que crecieron piloteando una X-wing a lo largo de la sala, o se convertían en jedis por media hora en el recreo, o eran Han Solo en una misión secreta acompañado de su fiel perro Chewbacca.
Por eso cuando conozco a alguien que no sabe de qué hablo cuando le digo: “the force is strong with this one”, me siento triste por esa persona, no solo por desconocer una de las sagas más importantes de la historia, también por no ser parte de esta gran comunidad de geeks, nerds, soñadores que sin importar nuestras diferencias, al final del día nos reunimos para celebrar este día, el 4 de mayo, fecha en la que celebramos a nuestros héroes, a todos esos personajes que marcaron nuestra vida y de los que nos enamoramos para siempre (siempre estarás en mi corazón, Leía).
Así que este día, sal temprano de tu trabajo… o no vayas y ve tu película favorita de la saga, acompañado de
tu leche azul, tu máscara y demás juguetes (si, esos que tienes todavía sellados y por los que casi le pegaste a tu madre porque los movió de lugar) y recuerda cuando eras un niño, jugando a ser un padawan que junto a la bella princesa salvaban a la galaxia.
Y ya en la noche, ya que todos estén dormidos, mira al cielo, observa las estrellas y piensa que hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana, la Rebelión le partió su madre al Imperio.