Ya no mires atrás (2020) llegó como un álbum póstumo de “El Flaco”, la gran leyenda del rock en latinoamérica en forma de Luis Alberto Spinetta. Es difícil concebir la existencia de este tipo de álbumes como otra cosa más que un producto romanizado, pero en este caso el lanzamiento de 2020, grabado entre 2008 y 2009 en La Diosa Salvaje, un estudio ampliamente reconocido, prometía una importante reflexión sobre el autor.
Spinetta funge hasta el día de hoy el acontecer del rock en latinoamérica. Aunque la escena argentina tiene mucho más que una cosa que celebrar y los ejemplos en el mundo hispanohablante son más que ejemplares, el contexto temporal y la diversidad de la obra de este personaje es clave en la visibilidad, influencia y permanencia de un género, que en su tiempo aún era joven.
La obra del “Flaco” conglomerado el trabajo ácido y progresivo de Almendra, las bases folklóricas y poéticas de Pescado Rabioso, la psicodelia de Invisible y un trabajo solista imprescindible.
Ya no mires atrás fue complementado por Claudio Cardone en los teclados, un importante colaborador de la escena argentina, Nerina Nicotra en el bajo, colaboradora de Fito Páez y Spinetta y Sergio Verdinelli en la batería, músico de nombres como Emmanuel Horvilleur, Guillermo Klein y Juan Carlos Baglietto. Además como músicos invitados Mono Fontana, Alejandro Franov, Dante Spinetta y Valentino Spinetta.
Por medio de siete canciones, el grupo muestra su inclinación hacía el funk, jazz y el rock psicodélico. Luce enormes interpretaciones y ejecución, además de un Spinetta aún con su sello distintivo como letrista empeñado.
Sin embargo, en este contexto es notoria la naturaleza del “álbum póstumo” que por momentos se torna inconcluso e insulso, considerando una producción técnicamente correcta, pero sin una verdadera identidad.
Spinetta goza de una voz cambiante, de unos músicos distinguidos y gran energía creativa, pero Ya no mires atrás, resalta la problemática realidad de estos álbumes que se podría pensar no salieron en su tiempo, por debida razón.
En este sentido, la dirección y propuesta del álbum no es tampoco satisfactoria como un “rare recording” o “inédito” pues el sentimiento de la producción, lo posiciona como una obra completa y quizá su verdadero estatus es el de aún por labor.
Más que discernir una exhibición involuntaria o el noble deseo de celebrar el 70 aniversario del natalicio de Spinetta, es pensar en una constante tendencia por la obra póstuma que posiciona a los cercanos, a los consumidores y a los próximos fanáticos en una situación incómoda.