En 2000 el sello discográfico Creation colapsó. Responsable por descubrir y ser casa de Jesus and Marychain, Super Furry Animals, My Bloody Valentine y Oasis, el sello definió el indie rock tanto como contribuyó a él mismo. Sin embargo, este no fue el momento más importante para la historia del rock en el entonces final de Siglo XX. Irónicamente, ni siquiera fue el evento más importante para la creación musical de ese año; tal honor pertenece al lanzamiento de “XTRMNTR”, de Primal Scream, el 31 de enero de 2000. Tan triste como fue la disolución de Creation, el lanzamiento de este disco como el último del sello fue un tanto poético, con lo violento, brutal y bello que era, intentando destrozar todo lo que había pasado antes de él.
La bizarra voz infantil que abre el disco inmediatamente advierte que este no es un álbum normal: ¿Dónde más puedes encontrar a unos infantes dando instrucciones de “matar a todos los hippies”? Desde el comienzo Primal Scream deja claro que nada es sagrado, ni siquiera lo que ellos mismos hicieron en su floreado pasado. ‘Accelerator’, sencillo principal del disco -que actúa como si una fuerza destructiva como esta pudiera llegar a las listas del momento- le sigue como un golpe a la cabeza, desorientador pero extrañamente vigorizante, antes de que el hipnótico ‘Exterminator’ y ‘Swastika Eyes’, conducido con urgencia, exploten a través de la estática, como punk rock cinematográfico; implacables, furiosos y repugnantes, pero al mismo tiempo amplios, hipnóticos y asombrosos. Te quitarían la respiración si tuvieras tiempo de pensar, pero la parte más destructiva de “XTRMNTR” aún está por llegar.
Los discursos rapeados de Pills no le darán cumplidos de Bobby G por su afluencia, pero no hay ningún rapero en el planeta que pueda negar su sinceridad: es ira pura de clase trabajadora, de amargura y venganza, realizadas entre peleas sónicas de navajas, ritmos y cantos gregorianos, después de lo cual ‘Blood Money’ llega como un relámpago en el cielo, mientras el bajista de The Stone Roses (entonces miembro de tiempo completo), Mani, y el otro miembro ocasional, Kevin Shields, de My Bloody Valentine, dejan sus reconocibles huellas musicales por cualquier lado de la escena del crimen de Primal Scream. Aunque destructivo, vengador e imparable, “XTRMNTR” no es nihilista ni faltante de valor. Es aturdidor, es un ataque de euforia y, crucialmente, esperanzador. Es un disco que dice: “destruye el sistema, pero crea algo nuevo en su lugar”. Es por eso que una canción tan inocente y noble como ‘Keep Your Dreams’ se encuentra felizmente a la mitad del alboroto sónico. Es un recordatorio que este Primal Scream es una expresión moldeada, controlada y premeditada de ira. Sí, la banda está en el borde del descontrol y del raciocinio, pero está consciente de caminar en una cuerda floja entre la abrasión y la melodía, entre la ira y lo polémico, entre la revolución y la revelación. Para todo el caos dentro de él, este es un disco profundamente pensado. El jazz de la flauta/crisis sónica de ‘MBV Arkestra (If They Move Kill ‘Em)’ y la reelaboración de The Chemical Brothers en ‘Swastika Eyes’ son ruidosas y peligrosas, pero son tan precisas como incansables, lo que deja al track que cierra la obra, ‘Shoot Speed / Kill Light’, con su gloriosa mezcla escultural de Kraut Rock y un optimismo minimalista… puro. Es una canción que se balancea entre el borde de la desintegración tanto como en la amenaza de convertirse en algo nuevo. Ese veloz escape musical es lo que hace este disco histórico para mí, porque es el momento en el que el rocknroll de verdad, con su arrogancia, peligrosidad y violencia, se vuelve arte de altura, y es también donde ese arte es fusionado con rocknroll.
La pérdida de Creation fue un punto bajo para la historia del rock (y posiblemente también impidió a “XTRMNTR” llegar a más audiencia, así como convertirse junto a “Screamadelica” como el mejor trabajo hecho por Primal Scream), pero en su muerte nos arrojó algo mucho más importante, y de alguna bizarra manera esa fue la intención de Creation desde el principio.