Who Killed Captain Alex? La esperanza en forma de cine

// Por: Fernando Valencia

mar 6 agosto, 2019

El sueño de Nabwana

África oriental alberga algunos de los países con mayor pobreza en el mundo. En esta región, rodeado por el Lago Victoria y algunos de los territorios más controversiales de la región, como Ruanda, Kenia, Sudán y la República Democrática del Congo, se extiende la República de Uganda. De acuerdo con información del Banco Mundial, en 2018 el PIB per cápita de Uganda fue de 2,033 dólares. Solo para tener un marco más claro, en este mismo periodo México tuvo un PIB per cápita de 19,969.46 dólares, es decir, casi diez veces más grande. 

En terreno cinematográfico, Uganda es junto con el resto de su región, un territorio árido, marcado por una población que se esfuerza más por la supervivencia diaria que en buscar sus propias expresiones artísticas. Sin embargo, es ahí rodeado por uno de los barrios más pobres de la ciudad de Kampala, que un hombre con una cámara antigua, una computadora armada con piezas viejas y un servicio de electricidad inestable, que se atreve a soñar con ser un gran director de acción. 

Conozcamos a Isaac Nabwana. Inspirado por historias que su hermano le contaba sobre películas de acción que él mismo nunca pudo ver, reclutó a gente de su aldea con la esperanza de rodar cintas entretenidas con el menor presupuesto posible. Trabajando en un depósito de chatarra, logra ahorrar suficiente dinero para estudiar un semestre de cine con el claro objetivo de aprender a operar una cámara. El resto de la carrera, dice él, resulta irrelevante cuando no se cuenta con recursos y tiempo. 

Isaac vuelve a Wakaliga, su barrio, conociendo lo más básico de la dirección. Empieza con su propio estudio, Ramon Film Productions. Sus amigos le ayudan a crear props con desperdicios. También entrenan aldeanos en artes marciales para poder ser utilizados como extras. Isaac rueda sus primeras películas, cuyo paso efímero por esta tierra queda marcado por el poco espacio de almacenamiento de su único disco duro: una vez que la película se ha visto, es borrada para crear una nueva. Ha nacido Wakaliwood.  

Capitán Alex

En enero de 2010, un misterioso tráiler aparece en Youtube. Who Killed Captain Alex? muestra una colección prácticamente ininteligible de golpes, patadas, sangre falsa, un helicóptero CGI, explosiones y piruetas. Inmediatamente se convierte en un éxito viral, motivado quizás por la inocencia con que es presentado ante el mundo. 

Bajo cualquier óptica fundamentada en la teoría del cine, Who Killed Captain Alex? lograría difícilmente clasificar como una película. La mayoría de los extras utilizan máscaras para poder ser asesinados una y otra vez en pantalla, los actores luchan para recordar sus diálogos, la continuidad en la edición es básicamente inexistente. No obstante, la cinta permanece, hasta el día de hoy, como una de las más genuinas y puras declaraciones de amor al séptimo arte. 

La apreciación cinematográfica debe siempre considerar los contextos en que las películas son creadas. Es difícil poder imaginar un escenario más adverso que el que Nabwana y compañía tenían frente a ellos. El simple hecho de que una película filmada por menos de 200 dólares (algunas fuentes mencionan como cifra exacta un presupuesto de 85 dólares) exista y pueda ser hoy disfrutada por personas de todo el globo es un testamento de la perseverancia humana. 

Una de las preguntas más comunes gira alrededor de la presencia de un narrador que inserta bromas. La respuesta es muy sencilla: entre los pocos estudios fílmicos del país, es una costumbre insertar un “Video Joker” (VJ) que acompaña la cinta con humor. La versión original de Who Killed Captain Alex?, sin los comentarios, fue perdida en un apagón. Hasta la fecha, no se ha podido rescatar dicha versión. 

Wakaliwood

Tras haber ganado popularidad, múltiples medios decidieron dedicar espacios para entrevistar y conocer a las mentes detrás de Who Killed Captain Alex?. Artículos tan apasionantes como el realizado por Vice y la BBC nos relatan, con lujo de detalles, las condiciones en que los estudios de Ramon Film Productions operan.

Quizás uno de los escritos más interesantes sobre el tema sea el de The Guardian, un fotoreportaje que retrata con una mirada incisiva las casas de lámina, la pantalla verde colocada en un patio, las locaciones reales, los entrenamientos y la pasión con la que el barrio de Wakaliga ha respaldado el proyecto cinematográfico de Isaac Nabwana. También es fácil encontrar diversos retratos del helicóptero de tamaño real construido en la entrada frontal del estudio, que es utilizado en todas las cintas producidas. 

En múltiples recolecciones de hechos y testimonios, los miembros del crew y actores de Ramon Film Productions han declarado que gozan ahora de un estatus de fama al interior de su pueblo, recibiendo muestras de admiración y apoyando los pequeños negocios y comercios con los que se ganan la vida, que día con día reciben más clientes y curiosos. 

Evolución: Ramon Film Productions

El éxito viral de Who Killed Captain Alex? llegó mucho más lejos que la creación de memes y parodias. En 2011, un neoyorquino llamado Alan Hofmanis decidió mudarse a Wakaliga con algunos dólares en su bolsillo para financiar más proyectos, convirtiéndose así en un productor ejecutivo de Ramon Film Productions. 

En total, Isaac Nabwana ha dirigido alrededor de 40 películas, algunas de las cuales se encuentran perdidas, incluyendo la primera versión de una secuela de Who Killed Captain Alex?, Tebaatusasula (2010). En 2015, gracias a una campaña en Kickstarter, esta secuela pudo volver a ser filmada. Sin embargo, la cinta más cara realizada por Ramon Film Productions es Operation Kakongoliro! The Ugandan Expendables (2016), filmada con 2,000 dólares. La siguiente generación, los Waka Starz, son niños de la aldea entrenados para convertirse en estrellas de acción. 

En una entrevista de 2018, Hofmanis reveló que Isaac ha sufrido algunos contratiempos debido a su estatus de culto entre los circuitos especializados en cine de bajo presupuesto. De acuerdo con sus declaraciones, la constante afluencia de periodistas y turistas a las oficinas generaron la imagen de que era rico, llevando a otros aldeanos a pedirle dinero constantemente. 

Las ganancias generadas por las cintas son aún marginales, demostrando que la pasión de Nabwana por sus cintas viene de un lugar genuino y desinteresado. Isaac continúa luchando por abrirse paso en los circuitos cinematográficos más formales de su país natal, donde no ha logrado ser aceptado. 

Puede que Who Killed Captain Alex? no sea una gran película. Sin embargo, sería necio cuestionar su importancia. Al final, esa cinta tan desenfadada y honesta logra traspasar sus limitaciones, imponiéndose como un hito histórico para el cine africano que solo pudo ser posible gracias a las tecnologías de la información. Una fábula moderna sobre perseguir los sueños y sobreponerse a las adversidades que debería servir como inspiración a toda una generación de jóvenes cineastas.