Entrevista por Marika Vera.
La fotógrafa Yemeni-Americana de Yumna Al-Arashi se ha convertido a lo largo de los últimos años en una de las artistas más interesantes a seguir gracias a la forma en la cual retrata las dos culturas a las cuales pertenece.
Con un ojo inteligente, la sensibilidad de cualquier gran artista y la falta de prejuicios que sólo se obtiene al conocer a fondo a una cultura, Yemeni sorprende con sus paisajes y retratos.
¿Cuál es tu historia? ¿Desde cuándo usas la fotografía como medio para producir tu arte?
Crecí en Washington DC y tenía un gran interés en explorar mi propia identidad. Esto comenzó comprendiendo desde la historia de mi familia, hasta mi lugar en Estados Unidos. Comencé a usar la fotografía como herramienta para transmitir mis descubrimientos, para solidificar algo que no necesariamente conocía o entendía.
Veo que haces muchos autorretratos, incluyendo desnudos, ¿esto es algo que haces como artista para documentar tu vida personal?
Si, hago autorretratos desde que era muy joven. Es sólo una manera de expresarme. Es casi un performance, es reducirme a mi forma de expresión más pura.
¿Usas estos autorretratos con intención de seducción e intimidad de tu vida diaria, podrías darnos algunos tips sobre cómo aprovechar al máximo la experiencia de autorretratarse?
No estoy segura de que para mí se trate de seducción, si no una manera de establecer contacto con mi intimidad, mi persona y mi cuerpo, y así entender cómo abandonar el ego, usando mi cuerpo como medio de expresión. Me hace sentir cómoda en mi propia piel, puedo ver mi cuerpo como una herramienta, más allá de ser un lienzo destinado a la belleza, para dar expresión, profundidad e incluso marcar un periodo en el tiempo.
Recomiendo hacer esto a cualquiera, usarse a si mismos para sentir, para aprender sobre quiénes son, el jugar mientras se usa el cuerpo para la expresión de su más verdadero Yo.
Me fascina esta fotografía de una mujer usando hijab, ¿Eres tú, normalmente lo usas? Para occidentales como yo es muy difícil pensar que las mujeres que lo usan están convencidas de que este es su destino estético, ¿cuál es tu experiencia, podrías darnos tu opinión?
En esta serie somos mi prima y yo, en Yemen. Yo uso hijab cada vez que voy, pues es la normal social ahí. Pienso que hay una cultura totalmente diferente en esa región, usar hijab no es un destino estilístico. Es una regla cultural y social que ha sucedido por cientos de años de distintas formas, usarlo no es algo de todos los días o todo el día, es solamente cuando te encuentras fuera de tu hogar.
Las mujeres tienen un estilo muy bello que integran tanto en su uso del hijab como en los momentos sin él. En mi último film uso vestimentas tradicionales de una manera dinámica para cambiar percepciones sobre el hijab. El hijab no siempre es esta capa negra y total que parece opresiva, muchas veces son coloridas y relajadas, delicados y hasta transparentes. Hay mucho, pero mucho más de lo que los medios occidentales nos muestran sobre esta región, las mujeres y sus vidas, esta imágen del velo negro y sombrío se asemeja a la idea con la que quieren representar a todas las mujeres musulmanas, y no es real.
Me encantan estas fotos que hiciste, la primera con tu mano tapándote la cara, y la segunda contigo en el hombro de tu novio, es adorable. ¿Qué querías reflejar a través de ellas?
Con esta serie pretendía compartir cuán sexy y segura las prendas de Marika me hacen sentir. Me impresiona su talento de llevar una marca tan fina de vestimenta erótica, ha habido anta lencería que no me hace sentir sensual en ningún momento. Con las prendas de Marika Vera es evidente que se inspira en una sexualidad honesta.
En la verdadera estética del deseo humano y la cultura visual del sexo de una forma que hace sentir a las mujeres que están jugando al mismo tiempo de saberse entes sexuales mientras llenan las piezas que usan, eso es algo hermoso, es un verdadero talento esta belleza que Marika da a las mujeres para expresar su sensualidad en colaboración con sus prendas.