Tras cuatro años de receso, The Kooks volverá el próximo 31 de agosto con Let’s Go Sunshine (2018), un disco que, en palabras de la agrupación, se convertirá en su material definitivo.
La agrupación que saltó a la fama en el 2004, gracias a su aclamada colección de canciones pop influidas en el trabajo de los hermanos Gallagher, promete haber crecido con este material. Las baladas fresas dedicadas a sus novias y exnovias que cargaban con el ansia de un adolescente pasional desaparecieron a favor de introspecciones sobre el acto de amar.
El nuevo discurso deviene de un cambio fundamental de los integrantes de la banda. Los músicos que saltaron al ojo público a principios de sus veinte ahora están rayando los cuarenta años de edad. De acuerdo a lo que nos dijo en esta entrevista el guitarrista Hugh Harris, sus miembros se encuentran en medio de un re-descubrimiento basado en la nostalgia que les genera el vivir al lado de sus hijos pequeños.
He visto que hay un niño sosteniendo globos en toda la publicidad de su próximo disco. ¿Qué representa esta imagen?
Claro, creo que la imagen es una introspección de lo que estamos haciendo como banda. Es una imagen que representa el cambio en nuestro sonido y en nuestro acto en vivo, hemos crecido y ahora tenemos hijos, familias que han cambiado todo nuestro contexto. Yo me levanto y hay niños corriendo alrededor.
Creo que lo que queremos hacer en este disco es una proyección del cómo es ser un niño con todos los juegos, pero desde un enfoque serio.
¿Entonces este disco es sobre encontrar la forma de la infancia o de ser juguetón mientras maduras?
El tema de los juegos está presente, pero creo que el tema por el cual lo hicimos es que no le podemos poner nuestros discos a los niños, no les gusta, por eso quisimos ser un poco más divertidos de fondo.
The Kooks se ha dedicado a hacer canciones pop muy nostálgicas gracias a sus influencias sesenteras. ¿Crees que te gusta este tipo de música porque extrañas cierta etapa de tu infancia, que es cuando se escuchaba esta música?
Claro, llega una etapa en la vida en la cual empiezas a ‘cazar’ cosas que te dan nostalgia y buscas eventos que te recuerden a aquello a lo cual fuiste expuesto cuando eras niño, que emocionen tanto a un niño. Creo que la gente lo hace para re-descubrirse a sí mismo, lo que pasaste en el pasado termina por convertirte en lo que eres en el presente.
Ahora para nosotros es mucho más fácil acceder a ese re-descubrimiento porque tenemos niños pequeños. Hay una reflexión ahí definitivamente, y creo que hay mucha nostalgia en The Kooks, es algo que está muy presente en nuestras vidas porque siempre estamos aprendiendo más sobre nuestra propia vida, creamos nostalgia con nuestra música en lugar de cazarla.
Empezaste diciendo que es normal buscar cosas que te emocionen tanto como a un niño, ¿tú ya las encontraste?
Claro, es la música, cada vez que terminamos de componer una canción. A veces en medio de la composición me pregunto de dónde demonios está saliendo la melodía, es mágico.
También me sucede cuando veo una caricatura, cuando veo Mary Poppins con mi hija, es un proceso hermoso. Ahí veo un montón de magia y siempre me mantiene emocionado. Cuando juego con ella me doy cuenta de quién soy.
Hace unos días estuve pensando en el desarrollo de la banda Suede, a principios de los noventa cantaban sobre ansiedades humanas desde el punto de vista de un joven demacrado y cuando regresaron empezaron a hacer lo mismo, pero con personajes que son padres de familia. ¿Se podría decir que The Kooks está evolucionando de la misma forma?
Claro, absolutamente. Creo que mucho de lo que hablamos en este nuevo disco siguen siendo nuestros temas habituales, hay muchas canciones sobre el amor, el perder y la vida, pero entonces lo hacíamos de una forma subjetiva y joven. En este nuevo disco tenemos un enfoque mucho más objetivo de las cosas, sin lugar a dudas más maduro.
Cuando eres adolescente es más complicado comprender a la gente, eres más egoísta, te enfocas más en ti mismo. Así que sí, creo que es una muy buena comparación.
En su comunicado de prensa compararon a este disco con Rubber Soul de The Beatles, Lola de The Kinks y Definitely Maybe de Oasis. ¿Qué hay de aquellos trabajos en su álbum?
No lo sé, hombre. Creo que sólo enlistamos a los discos que nos gustaban más al momento, creemos que este disco puede ser nuestro trabajo definitivo y decidimos enfocar la comunicación en remarcar a discos que terminaron por ser definitivos en las carreras de otros artistas.
No queremos que nuestros escuchas sean jóvenes, no nos consideramos una banda joven. Nos sentimos cómodos con la música que estamos haciendo y por eso mejor reflexionamos sobre discos clásicos. Creo que fue eso.
¿Qué fue lo más complicado al hacer este disco?
En realidad, fue muy sencillo trabajar en este disco, fue muy rápido y fácil. Creo que lo más complicado fue el reunir a toda la banda una vez más para trabajar en el material, encontrar el estudio, no confrontarnos, pero todo fue muy lindo. Lo más complicado de hacer este disco fue el decir adiós al final.
¿Están emocionados de volver a México?
Sí, vamos a volver al festival Corona Capital. Estamos muy emocionados, es la mejor ciudad del mundo, amamos a México, ya ni siquiera sé cuántas veces he estado allá. He tocado en la Ciudad de México, en Palenque, en Guadalajara, San Cristóbal, Tulum, todo es hermoso, es mi país favorito en el mundo.
¿Cuál ha sido tu mejor experiencia en la Ciudad de México?
Una vez tocamos en un lugar en la Condesa donde había un billar hermoso. Bebimos demasiado tequila y fue un momento muy hermoso porque mucha gente nos reconoció y nos empezó a decir lo mucho que The Kooks significaba para ellos. Platicamos por horas con este grupo de chicos, jugamos billar, tomamos juntos y en general fue hermoso.