Él no quería ser un Sex Pistol, ni un miembro de The Ramones, siempre se ha sentido más cercando a Walt Disney y a Erik Satie. “Crecí con álbumes para niños que narraban historias sobre hombres lobos, fantasmas y otras criaturas con fondos de música clásica. Ahora, ellos son un vitral que siempre proyecta esta luz colorida sobre mí”, es lo que me declaró Jonathan Donahue, vocalista y líder de la aclamada agrupación norteamericana Mercury Rev.
Famosa por ser la base del movimiento de la neo-psicodelia, por innovar en el uso de orquestas dentro del mundo del rock-pop y por haber entregado una buena colección de álbumes de culto repletos de disonancias noise-rockeras, esta banda cuenta con una de las historias más demenciales de la música pop.
Debutaron con un álbum que nació del impulso Yerself Is Steam (1991) que los llevó a ser el acto de apertura de una gira de Bob Dylan (seleccionados por él mismo) sin haber ensayado una sola vez antes de tocar la primera nota. Fueron los culpables de la cancelación de Lollapalooza debido al alto nivel de decibeles de su show en vivo. Entre cambios de alineaciones, su vocalista David Baker salió de la banda después de un ataque en el cual intentó sacarles los ojos a sus compañeros.
Tras años de trabajo, lanzaron un tercer material (el primero con Jonathan como único vocalista) que fue un fracaso rotundo solo para, dos años después, ya con toda esa depresión encima de que nunca tendrían éxito, llegar a lo más alto de la popularidad y aclamación crítica que se pueda conseguir en Europa. Ellos son una influencia imprescindible en actos como Radiohead, Arcade Fire, Coldplay, Interpol, Tame Impala y en su banda hermana, The Flaming Lips… Además de prácticamente cualquier acto que haga uso de elementos psicodélicos o que componga con base en orquestaciones. Aunque, tal vez la mejor forma de describir a este proyecto sea como una banda -de fantasía-.
Vampiros que lloran la muerte de sus amantes, animales que se pierden en las inmensidades del bosque y las traiciones de los espías que tienen teléfonos por ojos. El uso de los sonidos por parte de Mercury Rev siempre ha tenido su centro en la narración de las historias de Donahue, convirtiendo sus líneas repletas de feedback en el lloriqueo del monstruo que encuentra el cuerpo de su amada, muerta sobre la cama, o el distinguido ruido del theremin en las mujeres que sufren a causa del abandono de su padre. Los instrumentos de sus canciones son diegéticos a las historias que narran, transformando a la música en teatro y a sus ruidos en los actores protagonistas.
“Todos los músicos deberían aspirar a ser cuentistas, ser más storytellers que creadores de sonidos… Por lo menos eso es lo que espero de ellos”, declara con una voz relajada, agregando que esto se vuelve más importante cuando te das cuenta de que “la vida no está hecha de electrones y protones, está hecha de historias”.
¿Qué mejor historia que la vida misma? También profundizamos en la creación del álbum que le otorgó la eternidad: Deserter’s Songs (1998), un material multiplatino nombrado el mejor álbum del año por la NME que los convirtió en popstars inesperados en la mayor parte de Europa. Él estaba en su punto más bajo, después del fracaso de See You On The Other Side (1995), pero logró salir de la depresión, pataleando como un buzo hacia la superficie, de a poco, siempre viendo hacia arriba. Fue ahí, cuando se dejó llevar por sus impulsos y se dio cuenta de que él no es quien escribe la música, si no algo más grande.
“Despersonalizó las partes de mí que querían expresar cosas que sentía que me significaban. En su lugar, abrió una parte más grande de mi escritura que logró expresar asuntos mucho más universales, pero que aun así estaban dentro de mí”, describió, agregando que se ve como uno de muchos ojos que observan para un ente mayor. “Verme como una hoja que florece, se cierra, cae y está involucrada en un proceso de renacimiento, tomó mucha de la presión que tenía por componer algo que fuera totalmente original o único para mí, y al mismo tiempo reveló algo original y único que estaba dentro de mí”.
Para Jonathan, el objetivo máximo del arte es traducir el contenido del mundo de los sueños y del subconsciente al mundo terrenal, lo tridimensional. Tal como lograron los cuentos que escuchaba durante su infancia y que reflejan su luz sobre él. Relatos que le enseñaron que el acto de amar es el mismo que el de crear y se basa en “mantener tu espejo tan limpio, tan limpio como puedas con la intención de que la otra persona pueda verse tan claramente como sea posible”.
Ellos se presentarán en México el próximo jueves 16 de junio dentro del C3 Stage de Guadalajara, Jalisco, y puedes comprar tus boletos en la siguiente liga.También estarán en el Frontón de la Ciudad de México el 17 del mismo mes y los boletos están disponibles aquí.
Una de las cosas que más me interesan con respecto a Mercury Rev es esta imagen que cargas que pareciera más cercana a un cuentista que a un músico…
Ohh jajaja. Así es. Supongo que es lo que todos los músicos aspiran a ser… Por lo menos es lo que espero que todos los músicos aspiren a ser puesto que, como músico lo que haces es contar una historia, ya sea a través de un instrumento o con las letras.
Tal vez esto se vuelva más importante o se vuelva una mayor prioridad cuando creces. Mientras más tiempo pases en la música, esto se vuelve mucho más importante y en la vida también, puesto que aprendes que la vida no está hecha de electrones y protones, está hecha de historias, como se dice popularmente.
Yo tengo esta idea de que enfermamos porque vemos a nuestra vida como si fuera una novela, solo con un arco, con una sola historia, un propósito. Pero, en realidad, creo que somos una colección de pequeñas historias. Muchos arcos, un continuo crecimiento, muchos ciclos, no solo uno…
Bueno, esta sería una forma muy budista de verlo, pero creo que no hay un solo ente del -ser- a nivel del ego. Es por ello por lo que es cierto que somos una colección de historias cortas, como tú dices, además de memorias.
En un punto, en mi escritura, no podría decirte cuando, pero han sido muchos años; en algún momento me di cuenta de que realmente no era yo quien estaba escribiendo y me di cuenta de que había algo mucho más grandioso escribiendo a través de mí, como el agua que cae en una fuente. Eso sentía cuando estaba en mi mejor momento, cuando estaba en mi punto más agudo. Había algo aun más grande trabajando en mí.
Eso abrió muchos canales en mi propia escritura, despersonalizó las partes de mí que querían expresar cosas que sentía que me significaban. En su lugar, abrió una parte más grande de mi escritura que logró expresar asuntos mucho más universales, pero que aun así estaban dentro de mí.
Es un gran trabajo de aceptación, ¿no es así? El decir -yo no soy quién está haciendo esto, es el mundo hablando a través de mí-.
Absolutamente y esa es la mejor forma; creo que es la forma más saludable de verte en tu rol individual en la música, en el arte o en la vida misma. Tienes que verte como una hoja conectada a una rama que está conectada a otra rama y esta última a otra más. Es eso, en lugar de verte como si fueras un gran árbol hecho de concreto.
Verme como una hoja que florece, se cierra, cae y está involucrada en un proceso de renacimiento tomó mucha de la presión que tenía por componer algo que fuera totalmente original o único para mí. En su lugar, me ayudó a revelar algo totalmente único y original que estaba dentro de mí.
¿Qué crees que es lo más importante que has aprendido de ti al observar tu música?
Que solo soy uno de muchos ojos que observamos para algo que es mucho más grande que nosotros. Tal vez solo uno de muchos prismas que reflejan esta luz mayor. Sé que esto suena bastante metafísico, pero fue increíblemente valioso para mí llegar a este entendimiento.
No llegué a él en una noche, tomó bastante tiempo. Pero, también es el momento más importante de mi vida artística. Este entendimiento fue mucho más importante que todos los discos de oro o cualquier cantidad de fama o fortuna que ha llegado a mí o que está por venir. Este entendimiento fue mi gran compensación, el momento en el cual por fin pude decir -gracias música por ofrecerme esto-.
Cuando sucedió, ¿fue un click o llegó en olas?
Esa es una gran pregunta porque probablemente no llega cuando alcanzas el fondo. Creo que mucha gente piensa de forma errona que tiene que tocar fondo, sea a través de drogas, alcohol o algún tipo de gran depresión. Ellos piensan que algo mágico pasará cuando alcanzas lo más profundo del mar; pero, para mí, ese no fue el momento de entendimiento… Fue en mi camino de regreso, al elevarme de ese estado. Como un buzo, regresando lentamente a la superficie para no enfrentarse a las olas.
Ahí fue cuando esta luz empezó a crecer y crecer mientras miraba hacía arriba. Vi para arriba y entonces no seguí viéndome con una gran importancia; en su lugar, vi la claridad de aquello que podía ofrecer que tendría una mayor importancia. Eso no llegó de la noche a la mañana, puede ser que haya ocurrido conscientemente durante la grabación de Deserter’s Songs (1998), tal vez un poco antes de ello. Pero sí necesité llegar al fondo y quedarme ahí durante un buen tiempo, mientras el álbum estaba siendo compuesto.
Cuando Deserter’s Songs (1998) fue lanzado, me di cuenta de que sentía que había ocurrido una gran travesía dentro de mí que nunca había sentido. Me di cuenta de que no nació de mí realmente, fue obra de otro tipo de aire que nació de mí para dirigirme a la superficie. Ojalá pudiera apuntar a un momento específico, una persona, o alguna cosa, pero no siento que haya ocurrido así, creo que fueron muchos respiros que tomé durante uno de los momentos más difíciles de mi vida.
Quiero saber ¿qué fue más complicado, el fracaso de su tercer álbum See You On The Other Side (1995) o asimilar el éxito rotundo de Deserter’s Songs (1998)?
¿Sabes?, amargamente son dos lados de la misma moneda. See You On The Other Side (1995) me golpeó muy fuerte, revolvió todo lo que tenía dentro, como te decía. Tal vez eso me dirigió a los mayores entendimientos con respecto al camino que tomé. Su fracaso puso un agujero dentro de mi globo, el mismo que todas las personas tienen en algún momento de sus vidas.
Yo veía a See You On The Other Side (1995) como una joya. No diría que era Sgt. Peppers (1966), pero era una joya brillante a mis ojos. Se sintió horrible que nadie le prestara atención. Por ello, cuando Deserter’s Songs (1998) obtuvo toda la aclamación, el impacto y la popularidad que logró, ya estaba bastante parado en el piso porque, para ser honesto, ya estaba desinflado.
En ese álbum, See You On The Other Side (1995), ya componíamos con orquestaciones numerosas, pero a nadie le importó en la época de Blur y Oasis. Así que, cuando fue bien recibido en 1998, ya estaba totalmente vacío.
En ese álbum, en casi todas las canciones de Deserter’s Songs (1998) hablas de -una banda-. ¿Esa banda es una forma de hablar de ti mismo y de Mercury Rev?
Sí. Así es.
¿Por qué crees que necesitabas hablar sobre ti en esas canciones?
Ahh, creo que es la forma en la cual nos hablamos a nosotros mismos en esos momentos de silencio. Cuando no nos permitimos estar en soledad y necesitamos un reflejo, un espejo, que nos muestre que seguímos ahí, ¿sabes? A veces, en nuestros puntos más bajos, no hay muchas personas que queden alrededor de nosotros, que nos sirvan como este reflejo. En verdad no las hay. Así que, tal vez estaba hablandome a mí mismo porque no había nadie más que me hablara.
Eso suena muy frágil, extremadamente sincero. ¿Fue complicado para ti el dejar ir esas canciones y que la gente las escuchara?
Lo fue. Lo divertido de ello es que cuando Grasshopper, Dave Friddman y yo estábamos terminando de grabar Deserter’s Songs (1997), no creímos que alguien quisiera escucharlo puesto que nadie quiso escuchar el álbum pasado. Así que hicimos algunos cassettes y solo se los iba a dar a algunos amigos, no teníamos expectativas de que fuera bien distribuido y que fuera recibido de forma positiva.
Dije -vamos a hacer este álbum, esto será todo. Esperaba que la carrera de Mercury Rev fuera más larga, pero lamentablemente no fue así y este cassette para amigos será lo último que hagamos-.
Y después lo que sucedió… sucedió, ¿cierto?
Así es. Lo enviamos diciendo -aquí está el álbum-. La disquera ni siquiera nos tenía en lista, no nos hicieron una fiesta como al resto de la bandas, ni nada. Así que solo lo mandamos, diciendo, -bueno, ahora solo nos queda sentarnos. Saldrá a la venta en algún momento, para entonces ya estarémos trabajando haciendo hoyos en alguna carretera-.
De uno a uno, empecé a recibir estas llamadas tan extrañas de X o Y periodista, X o Y músico reconocido. Todos decían -tengo lo que han hecho-. Al principio lo tomé a mal, dije -oh Dios, es así de malo el álbum, woow-. Pero entonces los empezamos a llamar de vuelta y nos decían que les había encantado. Así que hubo una serie extraña de llamadas de periodistas que recibieron el promo, interesados porque había estado trabajando con The Chemical Brothers poco antes del lanzamiento de este álbum. Ellos decían -por Dios hombre, ¿qué es lo que has hecho? Esto es increíble-. Yo no tenía palabras, no podía verlo por mí mismo.
Vi una entrevista que hiciste hace unos años en la cual hablas sobre la mano invisible que te estuvo empujando para que abandonaras The Flaming Lips, ¿cierto? Porque sentías que tenías que hacer algo distinto…
Sí, este viento. Este viento invisible. Creo que todos lo tenemos en algún momento de nuestras vidas, cuando lo que estamos dejando atrás no es algo que queramos dejar. No es algo que entendemos del por qué estamos abandonando. No es algo por lo cual no querramos quedarnos. Es casi como esas relaciones por las cuales atravesamos en algunos momentos.
Así que estaba este viento que me cargaba, esta corriente invisible del océano que me empujaba lejos de The Flaming Lips. Creo que lo que tenía en mente era Mercury Rev y el viaje por el cual había atravesado individualmente, ¿sabes? No lo entendía en su momento, no tenía palabras para ello; pero, a crédito de Wayne (Coyne), él lo entendió de inmediato.
Siempre sentí una gran obligación a hacer lo mejor que pudiera en la música y a nunca renunciar porque nunca hubiera querido abandonar a una banda tan grandiosa y magnifica como The Flaming Lips, más en aquel momento, y dejar que la oportunidad se me desmoronara. Esto es algo que me ha mantenido durante todos estos años. Nunca quise tomar por sentada la oportunidad que me dio Wayne y dejar que sea drenara de una forma mediocre.
Así que, siempre he hecho lo mejor en Mercury Rev para estar a la altura de muchas de las cualidades que tenía con Wayne y Michael en aquel momento. Siempre habían sido bastante altas.
Es interesante porque siempre he sentido que Mercury Rev es el opuesto polar de The Flaming Lips en muchos sentidos. Solo al ver la palta de colores, de los tonos fríos y los negros de una banda a los vibrantes y cálidos de la otra.
Ahh supongo que tal vez es que The Flaming Lips tiene una cualidad eléctrica y Mercury Rev carga con el lado de la cualidad magnética de la misma energía, ¿sabes? Tal vez más introvertido, del mundo interior. Pero, siempre he amado lo que han hecho y amo mucho a Wayne y a Michael. Coyne fue como un hermano mayor para mí, en muchas formas.
A lo que me quería dirigir es preguntarte cuál crees que sea la mejor forma de asimilar los cambios. ¿Qué recomendarías a alguien más joven para superarse y hacer lo que siente que es su llamado?
Claro. Mi único consejo a través de mi experiencia es que no separes tu vida musical de tu otra vida, de aquella en la cual caminas y sueñas. Las dos son inseparables. Así cualquier cambio que suceda en tu vida interior, en tu vida personal, podrá ser reflejado de forma correcta en tu vida musical.
Ir del otro modo es falso. Decir -voy a cambiar musicalmente y entonces seguramente estos cambios volverán a mi vida personal- no es correcto y no tiene una permanencia. Tienes que estar atento a los cambios que nacen dentro de ti y si son profundos y tienen un mérito, naturalmente se reflejarán en la música que haces.
¿Hay alguna forma sencilla de aceptar los cambios en tu vida?
Ahh, creo que hay una forma honesta de aceptar los cambios en tu acercamiento a la escritura porque puedes ser honesto en la forma en cómo reimaginas tu propia vida o tu experiencia. Sea a través de sus puntos altos, o los más bajos, vas a encontrarte escribiendo de forma honesta cuando estás viviendo esos cambios de forma honesta.
Tienes que atravesarlos, no huir de ellos a través de las drogas, el alcohol o los momentos egoístas llenos de deseos de fama, dinero o éxito. Esos cambios siempre están presentes, entrando y saliendo, en todos nosotros.
No puedo decirlo con mayor profundidad, pero, por lo menos lo que a mí me ha funcionado es tratar de entender mi interior en primer lugar y después confiar en que el exterior seguirá su ejemplo.
Hablando de entender nuestro interior, tengo esta pregunta escrita por aquí. See You On The Other Side (1995) fue un intento por hacer una Polaroid de tu infancia y siempre he tenido esta impresión de que Mercury Rev juega con la idea de la inocencia y la nostalgia alrededor de ella…
Ohhh, no sé si haya sido una Polaroid consciente. Pero, creo que lo que sucedió y lo que creo que continúa sucediendo hasta hoy en día es que el vitral de la infancia, la mía en particular, y también la de Grasshopper, siempre proyecta esta luz colorida sobre nosotros. Musicalmente, mi infancia está en mí. No creí con The Ramones, no crecí queriendo ser un Sex Pistol. Crecí con álbumes para niños que narraban historias con fondos de música clásica sobre hombres lobos, fantasmas y otras criaturas desde las cascadas.
Así que es difícil para mí decir -esto trataba de hacer esto o esto trataba de hacer esta otra cosa-. Creo que, cuando volteó hacia atrás, honestamente puedo decir que mi música no estaba tratando de hacer nada, simplemente lo hizo. No está recapturándolo, solo es la forma en cómo fue coloreado mi propio vitral, como ser humano. Así que, naturalmente, esos colores aparecen una y otra vez en mi música.
Tal vez en algunos álbumes sea más visible, sobretodo en las orquestaciones technicolor de See You On The Other Side (1995) o Deserter’s Songs (1998). Ciertamente ahí es más visible.
Me gustaría hablar un poco más sobre estás influencias que son más cuentos de hadas que musicales. ¿Qué es lo que más amas de estos álbumes y de este tipo de relatos?
Lo que encuentro ahora, en los últimos años de mi quinta década de vida, es lo increíblemente complejos y la gran cantidad de capas, de niveles, que estos relatos poseen.
Tal vez, cuando tenía seis, ocho, diez años de edad, leía solo la superficie de ellos, la superficie que un niño de diez años puede entender. Pero, después pude ver los significados más profundos, las metáforas más profundas, y la geometría de la vida que hay escondida debajo de esos relatos.
Eso es algo que siempre he tratado conscientemente de replicar en mi propias letras. Hacerlas un poco obscuras, inaccesibles, para muchas personas; pero que tienen muchas capas llenas de significado desde la visión a través de la cual estoy escribiendo.
No lo digo para sonar halagador, simplemente es algo que está en mi alquimia. Hago las letras que hago no solo para que quiera seguir cantándolas en veinte años, si no también para encontrar cosas nuevas dentro de ellas en las próximas dos décadas.
¿Has encontrado algo nuevo en tus letras del pasado?
Sí, esto continúa sucediendo. Sobretodo cuando mis letras empezaron a tener un mayor enfoque, después de nuestros primeros dos álbumes hubo algo que hizo que el lente se aderiera a un nuevo lugar en el cual había una mayor coherencia, ¿sabes? Y eso no solo fue porque David (Baker) dejó la banda, cuando él hacía la mitad de las composiciones y yo hacía la otra mitad. Algo más pasó dentro de mí y el lente cambió de inmediato.
Es algo que veo, especialmente en álbumes a los cuales la gente no necesariamente les ha prestado demasiada atención, como The Secret Migration (2005). Para mí, hay mucho que descubrir en él aun hoy en día.
Leí una entrevista que hiciste con Melody Maker en 1991 en la cual dices que el amor es como describen en la canción ‘Chasing A Bee’. Tienes que ir y atrapar a alguien para después dejarlo ir. El acto de dejarlo ir es el acto de amar. ¿Sigues creyendo en esto?
Sí, así es. Desde un punto de vista, el acto de dejar que algo se vaya es amor, claramente. Aunque no estoy seguro de que el acto de capturarlo sea amor jaja. Pero, ciertamente para alguien en sus veinte, como yo en ese entonces, empezaba a comprender lo que cualquier veinteañero tiene que entender con respecto al amor.
No es el lado posesivo. Darle amor a alguien no es como darle una bicicleta. El amor es revelar que hay algo tan grandioso dentro de ti que la otra persona pueda verse reflejada en ello.
Eso suena interesante. ¿Cómo logras ese reflejo?
El reflejo en sí mismo no es algo que pueda… Es mantener tu espejo tan limpio, tan limpio como puedas con la intención de que la otra persona pueda verse tan claramente como sea posible. Todos ensuciamos nuestros espejos, lo hacemos, con nuestros propios celos egocéntricos, las ideas con respecto a lo importantes que creemos ser y lo que creemos que está sucediendo. Pero, la idea de mantener tu espejo tan limpio como sea posible para que cualquier persona, sea tu pareja o algún extraño en la calle, pueda verse en él, es amar.
Eso es hermoso, me encantó esa metáfora. He visto que has hecho muchos covers de Erik Satie en tus B-Sides. Me gustaría saber cuál es la influencia de Satie en tu trabajo de composición.
Bueno, hay una parte de nosotros, especialmente en mí y en Grasshopper, como decíamos, sobre las impresiones musicales de nuestra infancia, nuestros padres, y el hecho de que nos sentíamos muy cercanos a Walt Disney mientras crecíamos. Ambos crecimos en lugares que no eran urbanos, es por ello que aquello con lo que trabajamos de forma cercana debiene de televisión para niños o de nuestros padres. No llegó de estaciones de punk-rock y en aquel momento no había estaciones de música alternativa.
Así que, está esa parte de nuestra infancia, pero también está aquella parte de mí y de Grasshopper, Sussane y David que se desarrolló en la universidad. El lado de la experimentación. Las personas con quienes estudiamos son gente como Toni Conrad y Robert Creeley, el poeta, fue mi mentor. Grasshopper y David estudiaron con muchos cineastas avant-garde. Así que este lado experimental, que no tiene nada que ver con la estructura tradicional de la canción pop de tres minutos y veinte segundos, nos fue revelado en todos nosotros.
Creo que lo teníamos desde muchos antes, pero este amor a Terry Riley, Lamar Young o la música india, estaba ahí. Así que Satie y muchos otros a quienes hemos covereado o de quienes hemos tomado mucha influencia, no trabajaban con ningun tipo de letras. No trataban de estar en la radio, veían las cosas desde un punto muy distinto… En lo más alto de la montaña. Eso es algo a lo cual siempre me he sentido cercano. Gente con esa visión.
Es por ello que, durante todos estos años, en Mercury Rev hemos tomado nuestro mayor placer al tomar todas estas ideas y llevarlas a algo que es mucho más cercano a una canción pop. La mayor parte de las canciones de nuestro primer par de álbumes tenían una duración de siete, ocho, nueve minutos. Cuando el tiempo pasó, por lo menos cuando crecí, empecé a encontrar el placer de llevar todo esto a cuatro minutos. Pero las ideas drone y los arpegios de Terry Riley siguieron con nosotros.
Jonathan, se termina mi tiempo, pero hay una canción que tuvo un impacto muy fuerte en mí ‘Frittering’. La escuché por primera vez en la secundaria y siempre he tenido esta sensación de que sé de qué trata, pero no podría describirlo…
Jajajaja. Puedo decirte la historia, no de qué trata, pero sí del cómo fue creada. Estaba trabajando en Yerself Is Steam (1991) al mismo tiempo que estaba en The Flaming Lips y ellos habían lanzado tres álbumes que creía que podían haber sonado mejor desde la forma de la ingeniería, sónicamente. Así que me acerqué a Wayne Coyne y dije: -Hey, estoy haciendo este álbum con Dave Friddman en Buffalo y creo que deberíamos ir allá para grabar el próximo lanzamiento de The Flaming Lips con él. Creo que sonará mucho mejor-.
Como sea, fuimos para allá y empezamos a grabar In A Priest Driven Ambulance (1990) mientras terminabamos de trabajar en Yerself Is Steam (1991). Recuerdo que tenía esta canción e ibamos a tener un receso de trabajar en The Flaming Lips, así que le dije -oye, ya que vamos a tener esta noche libre, puedo entrar e intentar esta canción con Nathan (en aquel entonces baterista de The Flaming Lips)-. Y entonces Wayne dijo -claro que sí, Dingus. Ve a hacerlo-.
Él fue un gran apoyo, lo fue de verdad. Yo usé sus guitarras para hacer casi toda la grabación de Yerself Is Steam (1991), al igual que sus amplificadores. Wayne fue una increíble ayuda y nos apoyó mucho para terminar el álbum. Especialmente esa canción ‘Frittering’.
Solo para terminar Jonathan. ¿Hay una canción en Mercury Rev que hable sobre algún sueño que hayas tenido? ¿Hay alguna influencia de tus sueños en tu música?
Ohh, claro que lo hay. Supongo que mentiría si diría que nadie más lo tiene, pero en mi entendimiento todos los artistas tienen esa influencia. Ya sea a través de la escritura, la pintura, o la música, hay algo de nuestro subconsciente, de nuestro mundo interno, que tiene el contenido más vibrante y emocional de nuestras vidas, incluso más que el que podemos obtener de nuestras vidas despiertas.
Una parte importante del proceso de hacer arte es llevar este contenido del astro a nuestro mundo tridimensional. Traerlo al mundo despierto de un modo que aun contenga sus cualidades de ensueño.
Siento que soy una hoja pequeña de un árbol repleto de escritores y pintores que han logrado hacer esto en formas inmensas, tan inmensas que al resto nos dan este gran coraje para prestarle atención a este mundo, escucharlo de cerca y no tratarlo como algo separado de nosotros o como una fantasía. Tenemos que entender que está vivo en nuestro interior y que siempre está despierto, nunca duerme.
Muchas gracias por tu tiempo Jonathan, fue un gran placer platicar contigo.
Gracias a ti también por tus preguntas. Son asombrosas, muy buenas.
Gracias a ti por tu música, en serio amo tu trabajo. Es increíble.
Muchas, muchas gracias. Cuidate mucho y nos veremos en unas pocas semanas.