#WARPPresenta: Entrevista con Matmos, “¿Cómo carajos vamos a tocar esto en vivo?”

// Por: Diego Galán

mié 11 septiembre, 2019

Drew Daniel y M. C. Schmidt son la unión de uno de los más icónicos proyectos de música electrónica experimental.

Matmos es una crónica de imaginación, investigación y ejecución. Un proceso de inventiva, de entender y de hacer de la manera más honesta. El proyecto ha logrado comunicar mundos apartados de la cultura de la música electrónica gracias a su independiente perspectiva.

Los músicos que han logrado visibilidad por el uso de objetos inusuales como camino a su creación musical, son lejos de un gimmick o un proyecto de vanguardia aislado. En Matmos las habilidades de manipulación de audio, la exploración sonora y composición, pasan por Daniel y Schmidt, fundamentalmente como ejercicio lúdico y emocional.

La dupla de músicos, que también son pareja, gozan de un constante diálogo sonoro que encuentra producción especialmente dedicada y llena de alusiones a una vida musical. Desde los grandes compositores americanos de vanguardia como Terry Riley y Steve Reich, hasta los sabores más recientes desarrollos de techno.

En su trayectoria existe espacio, sensibilidad, detalle y mentes abierta a la vida que habita el contexto musical, más no los pormenores de una institución artística. Educados en un panorama típicamente dance y posteriormente desempeñando en una escena experimental, en ellos no habita ni la superficialidad, ni lo pedante. Son una simple conjunción afectiva y de buena voluntad de los elementos que hacen de la cultura musical electrónica motivante e interesante. Lo somático y psíquico vivien a la par en el mundo de Matmos.

Con esto en mente, y en el marco del recién lanzado Plastic Anniversary, hablamos con Daniel y Martin Schmidt, sobre la vida académica, la seriedad y el humor, el contexto social de la música electrónica, el reggaeton y más.

¿Cómo carajos vamos a tocar eso en vivo?

Daniel, me parece interesante tu lado académico. Entiendo que tienes un especial interés en la melancolía dentro de la literatura. Cuéntame un poco más de esto.

Drew Daniel: Claro, de hecho estoy por regresar a mi oficina a prepararme para mi clase de mañana. Soy profesor del departamento de inglés, doy clases de literatura a universitarios en la escuela Johns Hopkins, he estado ahí 12 años. Es una cosa extraña tener dos vidas, pienso que he sido muy afortunado de tener una vida en la música, además de una fuera de esta haciendo algo que me importa mucho. Averiguar cómo hablamos de la forma, poder y emociones. Tratar de unir estas tres cosas. Es una manera diferente de pensar y hablar, que en Matmos. Parte de eso es porque Matmos se trata de Martin y yo. Matmos es un diálogo, yo soy el poder, el es la forma y emoción (risas). La academia es brutalmente…

M. C. Schmidt: Te puedes dar cuenta que se está preparando para clase ¿Verdad? “Bla bla bla bla”

DD: No quiero ser como un profesor aburrido que solo habla, donde no hay conversación, pero sí quiero resaltar que la academia es brutalmente jerárquica, ha sido muy buena para mi, pero soy extremadamente afortunado. Tengo una posición catedrática, lo cual me da una seguridad de trabajo que me deja florecer, todo dentro de una institución que me apoya, pero tristemente para mucha gente en la academia simplemente no es así. No quiero ser un modelo a seguir de “la academia es increíble”, porque solo es increíble para un grupo pequeño de personas. Para muchos puede ser una mierda. 

¿Te parece difícil hablar con los jóvenes del 2019?

DD: Seguro, la universidad se vuelve más cara, hay más presión sobre ellos de lograr tener una profesión con mercado laboral. Cuando metes temas como el cambio climático y el miedo al colapso social, es fácil preguntarse ¿Por qué pasaría 10 años aprendiendo a hacer argumentos sutiles sobre algo altamente específico? Todo cuando estamos en medio de lo que parece ser el borde del colapso.

Quiero hablar un poco de Plastic Anniversary (2019), me parece un gran ciclo de álbum. No solo la música, me parece un concepto importante. Me da la impresión que son uno de esos actos que realmente deben pensar en la preparación de su acto en vivo.

MCS: Honestamente, tendría que decir no. No es una gran parte de nuestro pensamiento, pero como tocamos tantos shows, siempre está en el fondo de nuestras cabezas. Frecuentemente decimos “¿Cómo carajos vamos a tocar esto en vivo?”. Me parece que los dos consideramos hacer las grabaciones el objeto principal.

DD: Nosotros nunca frenamos una idea porque parece difícil hacerla en vivo. No hacemos que “el tour fácil”, sea el esquema por cual entramos, pero tienes razón, si pasamos mucho tiempo averiguando cómo haremos de algo, un show que valga la pena para la gente, y se sienta válido para nosotros. Eso cambia álbum con álbum, por ejemplo creo que el tour de “la lavadora” fue un reto logístico, además de caro y de mucho trabajo. Estoy feliz de que lo hayamos hecho, pero con este precedente, no queremos repetirnos con “objetos chiflados”. Volvernos la banda que “toca con cosas raras”. Eso sería una especie de trampa, tienes que seguir evolucionando. 

¡Eso es suficiente!

Espero pronunciar esto de manera correcta, ¿Qué me pueden decir de The Ekdahl Moisturizer?

(risas)

MCS: Esta es mi versión de la historia, porque la otra gente en la historia diría “eso no es lo que paso Martin”, fue hace años y ninguno de nosotros lo puede recordar a ciencia cierta. Yo ayudaba a manejar una tienda de discos, un día trabajando, entra un chico sueco con un mohawk y que parece un punk de los ochentas. Nos dice “Soy Carl y acabo de mudarme a Baltimore, hago reparación a equipo de música electrónica, reparo sintetizadores, ¿tienen espacio para que ponga un taller aquí”. Mi compañero y yo nos volteamos a ver y dijimos “Claro que sí”, los dos pensando en nuestra mierda descompuesta en los estudios, pensamos “este chico puede reparar mi sintetizador”.

Puso su taller en otro cuarto de la tienda que no habíamos llenado de discos. Estuvo ahí como dos años haciendo eso y un día dijo “Siempre he querido hacer algo desde cero, pero no tengo suficiente dinero”. Yo que tenía un poco de dinero ahorrado y le pude dar un poco para construir esta cosa. Carl se preguntaba qué debía construir. Jason Willett, quién es el dueño de la tienda y bajista de Half Japanese, dijo que quería un spring reverb que pudiera tocar con los dedos. Qué pudiera físicamente tocar el resorte y yo dije “Si vas a hacer eso, deberías poner una sección de filtro” y Carl dijo, “Bueno, si vamos a hacer eso, debe tener un mixer para que puedas cambiar entre el sonido dry/wet” y Jason dice “Bueno, si vas a tener un filtro, debe haber un LFO en el filtro”. Así que Carl dijo “Sí va a haber un filtro y un LFO, debes de ser capaz de controlarlo con CB y conectarlo a un sintetizador modular” y Jason dijo “Bueno si vas ha…” y Carl dijo “¡No! ¡Eso es suficiente, eso es lo que haré!”.

[Carl] hizo todas las cosas que requerían una compresión de electrónica, yo hice gráficos para el aparato, hicimos la caja juntos. 

DD Y MCS: Ahora se han hecho centenares de ellos [Moisturizers], quizá más de mil.

MCS: Pero Carl, literalmente los construía uno a la vez, a mano. Originalmente tenía los circuitos… bueno no se cuanto detalle quieres de esto… te puedo contar cada paso del proceso (risas).

¡Me encanta! Hermosos gráficos por cierto.

MCS: Trent Reznor tiene uno, el hombre de The Magnetic Fields tiene uno, toda esta gente. Vez videos de los estudios de gente y hay un Moisturizer por ahí. Todo salió de una extraña y pequeña tienda de discos en Baltimore. ¿Por qué preguntas?

Lamentablemente soy un aficionado al equipo de audio, no me puedo contener hablando de esto.

MCS: Genial. ¿Tienes uno?

No, me encantaría, pero creo que primero necesito ahorrar un poco y pepenar.

MCS: Es bastante caro y no es porque seamos codiciosos. ¡Dios! Creo que Carl apenas recibe un pequeño ingreso de cada uno que se vende, digo le va bien. Es un hombre asombroso y su apellido es Ekdahl. Carl Ekdahl. Jodida Suecia, puedes aprender estas cosas en la escuela, te enseñan cosas prácticas. El sabe de todo. Lentamente se ha construido un ethos alrededor de él.

Al principio hacíamos los circuitos en China. Hoy el hace los circuitos y está aprendiendo a fundir metales, como aluminio, es un creador muy dedicado e independiente. Primero, el construyo una maquina CNC que hace metal, ¿Sabes lo que es una máquina CNC? Digo apenas se lo que es por el. Es como un taladro controlado por computadora, este se mueve en un plano cartesiano de X y Y, así programas lo que hace. Con esto el puede hacer sus propias partes metálicas, usando esta cosa, que construyó él mismo. Hizo una máquina de pick & place, que es otro apartado controlado por computadora que recoge partes electrónicas y las pone de manera automática en un circuito. Entonces básicamente él construyó la cosa, que construyó la cosa… (risas) que construye la cosa. Ahora casi todo el Moisturizer está más automatizado de lo que solía serlo. 

Esa cosa de 4/4

Saliendo un poco de este tema, pero tocando aún esta extraña y pequeña tienda en Baltimore. Para mí, viendo desde afuera, veo a San Francisco como esta ciudad histórica y sumamente cultural, me pregunto, cuando se mudaron a Baltimore ¿Cuáles son algunos de los cambios tangibles que percibieron, siendo actores de este tipo de industrias creativas?

DD: Pobreza. Fue un cambio muy drástico pasar de una ciudad muy rica, donde mucha gente que conocíamos trabajaba en la industria del software, donde las laptops eran la norma. Llegamos a una ciudad donde conocíamos a mucha gente que vivían al día. Tenían trabajos como de paseadores de perro, lavando platos, gente que estaba hurgando en la basura, viviendo de estampillas de comida. Te mudas de una América a otra, ambas son reales y cuando pensamos en el sistema de clases sociales, están relacionadas estructuralmente. Fue también como dar un reset creativo para nosotros. 

Veníamos de un lugar con un esquema de fondo eran los raves y el techno. Llegamos a uno donde el noise y la libre improvisación eran el estándar, el contexto social de la música era otra. Creo que nuestra música cambio y la manera en que nos acercamos a la colaboración también. Baltimore hizo mucho para nosotros como artistas. Todas las cosas relacionadas con poco dinero, se volvieron un poco buenas culturalmente para mi. Vimos muchos shows cuando nos mudamos aquí y ninguno de ellos fue en un bar. 

MCS: En San Francisco nos decían “Si vas a tocar un show, tienes que tocar en lugar como un bar, con empleados, donde hay entradas” toda esta estructura, mientras que en Baltimore la falta de dinero y el profundo deseo por aún así tener música, hacían que la gente hiciera todo por sí mismos. Todos los shows eran en una casa, o bodega, o jardín. Lugares donde la gente vivía realmente. 

En una manera muy básica, no era tanto como música electrónica de computadora, pero música con mierda que la gente que construía por sí misma. Con un PA que arreglaron ellos mismos. Esto hacía de la música mucho más vital para mi que esta cosa que haces en un bar mientras la gente toma cerveza. En verdad me hizo ver que tan mierda son muchos venues, por qué en realidad no se tratan de música, sino de vender cerveza.

DD: Muchas de las cosas que tomábamos por sentado fueron expuestas por este cambio. Creo también, que cuando esperas que haya un beat constante y que mucho del trasfondo de la gente es la música dance, hacer algo “raro” es como estar en contra de este fondo, de las expectativas de esta música. Pero cuando llegamos a Baltimore, todo esto se fue por la borda, no había una expectativas de género. 

MCS: Lo cual no quiere decir que a la gente no le guste bailar aquí, por qué lo hacen, pero había mucha menos expectativa del “punchis-punchis”. Esa cosa de 4/4 no era lo esperado. Mientras que San Francisco, que fue una parte muy importante de mi educación musical, era ir a raves y fiestas de techno. No me estoy meando encima de esto, para nada, fue muy inspirador, pero este cambio fue del techno al noise. Como una escena de noise, no diciendo que Matmos sea una banda de noise exactamente, pero no somos una banda que no es de noise. Muchas de las cosas que hacemos están basadas en texturas que no son obviamente musicales. No comienzan siendo música, como un escudo de policía para redadas o una bolsa de plástico.

Sí, creo que eso pasa también aquí en la CDMX. En una ciudad muy grande y hay muchas expectativas de lo que debe ser una escena musical. Acabo de ir un show de música electrónica en un club de dance, que parecía un ambiente extraño para esto. Se sentía casi como forzar a los artistas a cambiar su forma de tocar. 

MCS: Sí, hemos vivido con esto toda nuestra carrera.

DD: Creo que tienes que tener confianza en tu propia estética para resistirte a ese placer fácil y el miedo a el que pasa si a la audiencia no le gusta. Creo que para los DJ’s especialmente, esta esa dilema de si se van a dejar ir por el mínimo común denominador o sí harán que la gente llegue a otro lugar. Puede todavía ser algo utópico y celebratorio, sin tener esa vieja forma establecida.

Hazte a la idea, perra

Espero que esto no sea redundante, pero me interesaría saber, después de tantos años en Baltimore, ¿sienten que ya encontraron su hogar?

DD: No lo sé, me encanta aquí. Acabamos de tener varias noches seguidas muy divertidas viendo a nuestros amigos tocar música. Martin tocó una noche, la otra noche vi a Horse Lords y Womb, hay muchos músicos fantásticos y gente interesante.Pero no quiero olvidar la lección de dejar una ciudad por otra, encontrar una nueva manera de hacer las cosas, no quiero olvidar esa lección. No quiero descartar la posibilidad de que tal vez un día viva en Irlanda o la Ciudad de México, ¿Cómo lo sabría? Creo que rendirse frente a la contingencia y reconocer que no puedes planear todo, es probablemente una cosa buena. Baltimore se siente como mi hogar, digo tengo una casa aquí, así que a la chingada. La vida, si eres afortunado, es larga. No siempre puedes predecir hacia dónde irás. Mantente suelto, eso es lo que dire.

Hablando de su proceso creativo, a falta de mejor término, su música es muy lúdica. Tienen que buscar la creación con materiales inusuales y demás, pero claro, siempre hay una estructura en este proceso. ¿Hay un cierto punto donde se tienen que limitar para poder funcionar dentro de este esquema?

DD: Hay un problema de atiborrarse, del que tenemos que ser conscientes. Cuando escuchas algo una y otra vez, te acostumbras a este y se empieza a sentir aburrido. Quieres agregar algo más. Escuchas esto otro millón de veces y quieres agregar algo más. Escuchas esto, te acostumbras y quieres agregar algo más. Estás creando novedad para tus propios oídos, pero estas negando a un escucha la oportunidad de disfrutar solo de estas primeras capas. Eso es un problema. 

MCS: Estaba hablando con alguien en Mutek y me preguntaron ¿Son minimalistas? y dije “Dios mío no, somos… barrocos” y me vieron en shock “¿Barroco? Nunca he escuchado a nadie decir eso sobre música electrónica”

(risas)

MCS: Y fue como “Hazte a la idea, perra”

(risas)

MCS: Digo, en serio somos como la pinche iglesia católica de los años 1700, nuestra música electrónica es como “BEEP BOOP BEEP VROOM BOOP VROOM VROOM”, decoraciones sobre decoraciones. 

DD: La mayoría del techno es como Mies Van Der Rohe o Walter Gropius, líneas ultra limpias, con estructuras claras. Hay un momento gracioso en ese documental de Jeremy Deller, llamado Everybody in the Place (2018), un documental del techno y rave de la BBC, que por cierto recomiendo mucho, hay un momento donde un salón de clases lleno de jóvenes de 18 años, es otorgado una serie de aparatos electrónicos, un 303 y un sampler. Empiezan a construir patrones y se están emocionando, hasta que una estudiante dice “Creo que tenemos muchas cosas pasando aquí” (risas). Cuando vi ese momento, hizo click conmigo que Martin y yo, nos enfrentamos a esto muchas veces. ¿Esto se está convirtiendo en un revoltijo? “Hay demasiadas cosas”.

A Martin le gusta perforar a las mezclas con silencio, poner espacio en la música me parece muy importante. Tener esas anguilas para respirar. Claro pienso que lo “lúdico” está obviamente ahí, es una cualidad para nosotros que es parte de la humanidad, de ser honestos, pero no me gusta el intento forzado al humor.

MCS: Sí, no hay punto alguno en donde estemos pensando “Debemos hacer esto más gracioso”. Pienso que cuando trabajamos en algo, estamos siendo increíblemente serios, al menos pensamos eso.v Digo, personalmente no puedo evitar ser sarcástico, no lo se, parece preferible reírse como para no estar llorando todo el tiempo. Tienes que ver a este mundo como algo gracioso (risas). 

DD: Como académico, escribí un libro sobre la melancolía en el siglo XVI. Estoy escribiendo un libro sobre el suicidio, todo referente a las políticas dentro de una comunidad, como lamentamos este tipo de muertes. Trabajo en temas tan serios cuando soy un académico, que cuando es tiempo de Matmos, algo más surge a la superficie. 

MCS: OK, mira. Justo ahí. [Drew] te esta diciendo “Oh, trabajó con el suicidio y melancolía, la la la” pero tiene capítulos en el libro sobre suicidio, que son sobre comedia (risas) Ahí te quiere decir “No, sí soy muy serio”, pero el hecho, es que no se puede detenerse a sí mismo.

DD: La parte difícil de todo esto, es que cuando sabes de un concepto como del camp, de esa seriedad fallida, la que en realidad es graciosa, entonces todas las apuestas son válidas. Creo que solo tenemos que balancear que si algo es muy maníaco, feliz y para arriba, tiene que tener un subtexto, o sí algo es muy sombrío, debe tener una chispa por ahí. Es una manera de regular lo que el trabajo hace. 

Here Comes Santa Claus

Tuvieron un show en 2015 con Terry Riley. ¿Me pueden contar la historia detrás de este?

MCS: Tocamos varios show con el, como 3 o 4.

DD: Tocamos en su cumpleaños número 70 y diez años después, tocamos su cumpleaños número 80. Ambos de esos shows fueron con su hijo Gyan [Riley]. Nuestra relación con Riley es por medio del Kronos Quartet. Hicimos una colaboración con ellos, donde editamos y manipulamos una sesión de ellos ensayando una pieza de Riley.

MCS: Íbamos a grabarlos haciendo otra cosa, llegamos cuando estaban ensayando, nos pidieron esperar a que terminaran de ensayar esta pieza [de Riley] y grabamos esto también.

DD: Por medio de esta colaboración conocimos a Terry. Pasamos un día increíble con el donde llevamos nuestro ARP 2600 a su casa. Toco este para nuestro álbum Supreme Balloon (2008) para un track inédito. Hemos tocado en varios eventos con el. En Los Ángeles fuimos parte de uno de sus ensambles. Siempre hemos admirado su música, es una hermosa vindicación de lo que pasa cuando la improvisación, la música hindú y la tradición de jazz van a un lugar muy personal. Acabo de trabajar en un álbum que tiene unos momentos, que tengo que admitir, tienen relación con esas ideas de patrones pequeños que van mutando de manera libre por medio de un grupo que toca con módulos.

MCS: Ahora que lo pienso sí han habido varios shows con el. Lo cual es extraño, por qué el es un verdadero compositor, un verdadero músico. Una frase con la que a veces me meto en problemas “música real”, porque no creo que la hagamos nosotros (risas). No creo que seamos músicos de verdad, porqué no trabajamos con pitch, solo trabajamos de manera tosca y con la ayuda de computadoras, en mantenernos en tiempo. Riley es todas estas cosas, solo con su cuerpo desnudo, es un verdadero músico. Yo siempre he sido muy agradecido de que nos ha tolerado. No se que le pasaba de malo en la cabeza a esa gente que nos seguía bookeando a su lado, pero fue muy divertido (risas).

DD: Hay una gran admiración por su trabajo y su legado, personalmente es una persona amable y muy divertida. Algunos de esos ensayos en donde solo te sientas a escucharlo tocar piano, es uno de mis placeres y memorias musicales favoritas. 

MCS: Solo verlo calentar…

DD: Una vez toco “Here Comes Santa Claus” por un rato, canciones navideñas (risas)

MCS: Luego pasaba a Duke Ellington y seguía cambiando, nos volteaba a ver como dándonos miradas graciosas porque sabía que nos estaba haciendo reír.

Un agente de ICE

Quiero terminar con esta pregunta, que me parece seria, pero a veces recibo respuestas que desvalidan esto. Hablando de la música como reflejo social, creo que lo que pasa en América Latina con el reggaeton, esta visibilidad global de música en español siendo consumida por audiencias internacionales, en su mismo idioma es sorprendente. Muchos aquí, no podemos evitar más que sentirnos contentos con esto, pero al mismo tiempo es un tema problemático, mucha gente lo percibe casi como “vulgar”. Se que es una pregunta de largo aliento, pero sí tuvieran que hacer una predicción ¿Tienen una apuesta de hacia dónde vamos con su perspectiva tan innovadora?

MCS: Obviamente hay que hablar del Internet, es simplemente una cosa abrumadora para que cualquiera escuche, cualquier cosa, de cualquier lugar. Creo que terminará con la gente cerrándose un poco, porque sino se volverán locos. Claro, los europeos están haciendo reggaeton, gente en Zimbabwe está escuchando musique concréte. Hablo con jóvenes hoy día y saben todo de lo que yo consideraba, como persona vieja, música desconocida. Dicen como “Oh sí, claro Alban Berg, lo que sea, claro he escuchado todo de eso.” El internet es un cosa increíble para derretir cosas juntas, pero las predicciones, siempre son algo peligroso.

DD: Yo diría que siempre hay una complejidad sobre como una forma muta y se desplaza. “La Gasolina” hace del reggaeton un meme inmediato para la gente, tiene esa nostalgia, pero ves algo como “Despacito” y la cantidad de dinero hecha de la canción, significa que también existe un capitalismo. Esto es de expandir un mercado, podemos vender a un mercado latino y un mercado de Bieber, con una sola canción que séa tan grande que valide a una industria discográfica que es codiciosa. Especialmente después del colapso de las ventas de álbumes, los sencillos son dónde está el dinero y el streaming solo lo hace peor. Ese es el lado de las sombras, capitalismo y los mercados que necesita alimentar. 

Pienso que es un gran momento musical para la música electrónica dance porque el eje ha rotado hacia el América Latina, cuando escuchas Lechuga Zafiro o algo de NAAFI, escuchas estas grabaciones increíbles, porque finalmente están escapando el chasis del house y electro. Hay otros tipos de ritmo. Sea que estén en diálogo con la cumbia, o merengue, o lo que sea, hay muchas formas rítmicas. El reggaeton es el más exitoso, ese especie de galopeo en el ritmo permite a tu cuerpo moverse en otras maneras. Para mi es un gran momento, pero es muy doloroso, que justo en este momento donde la dominación europea y americana, está aprendiendo de centroamérica y sudamérica, es un momento intenso de inmigración y racismo apanicado. Te debes preguntar cuántas veces un agente de ICE está escuchando “Despacito” en su Spotify y están felices de escucharlo mientras manejan a los centros de detención. Es difícil mantener todas las contradicciones en tu cabeza, de algo que es tan utópico y positivo del presente como lo son las  formas explotando, pero es extraño que pase en un tiempo de fascismo y racismo.

MCS: No creo que sean opuestas, creo que es un pánico, esa queja de “las cosas están cambiando” 

Matmos se presento este año como parte de MUTEK Montréal. Para conocer la propuesta de la edición CDMX del festival ingresa aquí.